César Del Vasto*, colaborador de Prensa Latina
(Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida misma es todo un canto.
Si se calla el cantor, muere de espanto, la esperanza, la luz y la alegría.
Horacio Guarany)
Trabajó desde niño en las labores de la tierra, hasta hacer sus primeras letras en primaria, para abandonar la escuela y laborar como transportista, y luego ingresar a la vida religiosa como seminarista. Ese fue su refugio ante la pérdida de su madre a los quince años, pero lo abandonó un par de años más tarde, al convencerse de no poseer vocación para el sacerdocio.
Cumplió luego el servicio militar, pasando a ingresar al coro de la Universidad de Chile, donde se vincula a la investigación y recopilación folclórica.

Al cumplir 24 años se une a la Compañía Los Mimos de Noisvander, iniciando sus estudios de actuación y dirección en la Escuela de Teatro de esa institución de educación superior. Luego conoció a Violeta Parra, quien lo suma al conjunto folclórico Cuncumén y a La Peña de los Parra.
A los 27 años dirige su primera obra teatral y visita varios países latinoamericanos, dirigiendo piezas hasta 1961 cuando viaja a Europa; ese año compone su primera canción.
Graba su primer disco de larga duración (LP) y es nombrado director de la Academia de Folclore de la Casa de la Cultura de Ñuñoa, además de desempeñarse como profesor en la universidad.
Combina la dirección teatral, la dirección artística y su labor de cantautor. Primero trabaja con la agrupación Quilapayún, desde 1966 a 1969 viajando a encuentros teatrales y giras musicales tanto en América como Europa.
Apoyó consecuentemente a la Unidad Popular con su candidato del pueblo, Salvador Allende, quien obtuvo la victoria electoral-pese al sabotaje de la oligarquía y los imperialistas estadounidenses- en 1970.
Ese nuevo gobierno democrático le nombra embajador cultural. Él intensifica su trabajo con agrupaciones, solistas, instituciones culturales como el Ballet o la Universidad Técnica del Estado, gana premios por sus nuevas canciones, participa activamente en apoyo al Gobierno revolucionario, apoya las actividades culturales de los campesinos, emprende nuevas giras.
Había logrado armonizar las más expresivas tradiciones del canto popular, instalándole contenidos actualizados de la lucha emocional y pasional del momento vivido en su patria, en nuestra América y el planeta humano.
Arribo del hermano Víctor
Eran tiempos de las canciones-poemas, sin máscaras. Inicia 1972 y nuevos combates lo llevan a salir de Chile, pasa por Panamá en escala, no baja del avión ya que su destino es Cuba.
Casa de las Américas, la institución dirigida por Haydée Santamaría, recoge en su revista lo siguiente:
«Música en la Casa. Víctor Jara, el destacado cantante popular y compositor, brindó el pasado 4 de marzo un recital de canciones de su propia cosecha y de otros compositores como Atahualpa Yupanqui y Violeta Parra.
Como autor, Jara tiene más de cincuenta canciones, ha compuesto para el teatro, el cine y la televisión, y es una de las principales figuras de la “nueva canción chilena”, movimiento que integra raíces del folclor latinoamericano con temas de actualidad política y social. Fue también fundador del conjunto Quilapayún».
Pasa algunos días con los compañeros cubanos, partió rumbo a Europa, con destino final en Moscú.
Allá realizó varias presentaciones, conoció más a la nación rusa y sus logros culturales, interesándose por los nuevos proyectos en materia teatral y musical.
Luego estuvo en algunos países europeos, como Inglaterra, Francia, Italia y España, para salir hacia Cuba, donde ofreció un nuevo recital, grabó otro larga duración y continúo investigando sobre el folclore latinoamericano.
Es decir, participa en el Encuentro de Música Latinoamericana organizado por Casa de las Américas, presentándose en septiembre junto a músicos como Dahd Steir, Payo Grondona, Martha Jean Claude, Lucía Campos, Carlos Soto, Elena Burke, el conjunto Los Olmeños y César Portillo de la Luz, entre otros.
De ese encuentro salieron dos discos más.
Mientras esto sucedía en la vida de Víctor, el panameño Manuel Fernando Zárate, hijo de los esposos e investigadores del folclore nacional Dora y Manuel, recién arribaba a su país proveniente de Francia, luego de concluir sus estudios de matemáticas en la Universidad de Strasbourg, en febrero de 1972; se suma a las labores de la juventud del Partido del Pueblo, ya que poseía el talento de tocar la guitarra y componer canciones.
Musicalizó los poemas Visión de Panamá, de Demetrio Korsi, y Cuartos, del santaneco Demetrio Herrera Sevillano, entre otros.
A mediados de febrero había participado en Berlín, capital de la República Democrática Alemana, en el Tercer Festival Internacional de la Canción Política, con el lema “La Juventud Acusa al Imperialismo” invitado especialmente al mismo, asistieron 43 grupos musicales provenientes de 23 países.
Ese evento contó con la participación de los Quilapayún, de Chile; Alí Primera, de Venezuela; Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Eduardo Ramos y Augusto Blanca, de Cuba, y otros de África, Asia y Europa.
Silvio Rodríguez afirma que cantó con Víctor en el Estadio Nacional de Santiago- Chile fue el primer país latinoamericano donde cantó el cubano-, junto a Pablo Milanes y Noel Nicola, en septiembre de ese año.
Pasado ese evento, Jara es invitado por la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la Universidad de Panamá, cuyo director era el abogado Eligio Salas, exdirigente estudiantil de la Federación de Estudiantes, para presentarse en la institución de educación superior.
Zárate sostiene que Jara llegaba proveniente de un recorrido musical de recitales desde México, presentándose en Costa Rica.
Se sabe mediante los periódicos que la misma Dirección de Asuntos Estudiantiles había invitado también a los solistas argentinos Piero y Mercedes Sosa para esas mismas fechas, presentándose Piero el día 18 de octubre.
Víctor Jara será el segundo en arribar, el 21 de octubre, para presentarse en el Paraninfo Universitario el día 22. El diario El Matutino anunciaba desde el día 13 de octubre en una nota: «Cantante chileno ofrecerá recital en la Universidad. Víctor Jara, completamente gratis para los estudiantes y público en general en el Paraninfo Universitario, se ha presentado en Cuba, México y ahora en Panamá».
Su introductor sería Manuel Fernando, quien interpretó el poema Cuartos, de Demetrio Herrera Sevillano. El paraninfo estaba lleno, hasta con personas sentadas adelante al no encontrar puestos. Allí interpretó para la juventud universitaria, primeramente, Te recuerdo Amanda, luego El derecho a vivir en paz, Canto libre, Plegaria a un labrador, Canción de minero, cerrando su presentación con Las casitas del barrio alto.
Como era costumbre de quienes impactaban en el exigente gusto musical, la masa pidió su ñapa, otra canción, y el cantautor interpretó la melodía compuesta en homenaje a Vietnam, que se batía en esos años victoriosos derrotando al ejército más poderoso de la tierra.
La presentación se dio en la tarde, a eso de las 4, y duró hasta las 6. Cada melodía recibía su explicación breve por parte del cantautor.
Y cada una era interrumpida con aplausos cariñosos, algunos eufóricos, de tanto sentimiento y conciencia política.
A su salida del paraninfo, la masa trató de abordarlo, pero un cordón de seguridad del Frente de Reforma Universitario, organización hermana de la Federación de Estudiantes, cuyo secretario general era Rómulo Betancourt, le garantizó su salida segura por la puerta lateral del recinto, a los gritos de «¡Jara, Jara, Jara!» y «Viva Chile», y otras loas al presidente Salvador Allende, e incluso se escucharon consignas dedicadas al MIR.
Abordó el auto que lo esperaba para trasladarlo al hotel, donde se reunió con algunos panameños y chilenos residentes en el país, y él anunció que no podía quedarse más tiempo en Panamá, ya que saldría rumbo a Chile al día siguiente.
Regaló algunos de sus discos a los presentes, principalmente al director de Asuntos Estudiantiles, Eligio Salas, y a algunos dirigentes de la FEP, quienes lo pasaron a la Juventud del Partido del Pueblo, conocedores de la militancia de Jara en el Partido Comunista de Chile.
El diario El Matutino, escribió: «Víctor Jara es uno de los más importantes intérpretes de la canción protesta y se ha dedicado desde hace varios años a la difusión de la música chilena y de otros países del continente. Su presentación en nuestra primera casa de estudios fue altamente apreciada por el público estudiantil, que se dio cita para aplaudirlo».
Algunas fuentes, como Ramiro Ochoa López, me comentaron que Víctor se mostró interesado en conocer a Carlos Francisco Changmarín, autor de la letra de la popular canción Tío Caimán, pero aparentemente no fue posible, así que le envió a este por medio de otros amigos panameños del Partido del Pueblo un disco de Quilapayún grabado con ese tema.
Partió de retorno desde el aeropuerto de Tocumen, acompañado del embajador de Chile en ese momento y algunas admiradoras, salidas de repente, las cuales se sacaron un par de fotos con él. Se fue impresionado del nivel de politización alcanzado, de las simpatías profundas en el pueblo por el proceso revolucionario alcanzado en su patria, percepción compartida por todos con los cuales conversó, reafirmando su compromiso en la lucha librada.
Tranquilamente, partió a su destino. Dicen que solamente volteó un instante para saludar mano en alto, regalar su última sonrisa y entrar al aparato que lo llevaba a Colombia y Venezuela para otras presentaciones hasta arribar a su querida tierra.
Al año, en 1973, el boletín de Asuntos Estudiantiles, llamado Periódico, informó: «Entre las principales actividades culturales que nos ha tocado realizar, podemos señalar la actuación del notable cantante internacional de protesta, el chileno Víctor Jara. En esta línea podemos mencionar la presentación del compositor y joven cantante panameño, Manuel Zárate, que se preocupa por rescatar nuestra música y darle un contenido de renovación y orientación revolucionaria».
Tras el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, Jara fue detenido por las fuerzas represivas de la dictadura militar recién establecida, siendo torturado y posteriormente asesinado en el antiguo Estadio Chile, hoy renombrado Estadio Víctor Jara, como homenaje.
rmh/cdv
*Historiador, egresado de la Universidad de Panamá, ha realizado estudios en España, y publicado trabajos de ensayo histórico en ese país, México, Cuba y Argentina. Entre sus obras están: Historia del Partido Comunista de Panamá, Breve historia del movimiento de liberación nacional 29 de noviembre, Universidad de Panamá, pasado y presente, Breve historia del Cine panameño, Historia de la televisión panameña, Constructores de la nación (masonería panameña), Un soldado llamado Omar (biografía de Omar Torrijos), Un hombre de ideas (biografía de Diógenes de la Rosa)





