La hazaña de Valentina inspiró a miles de mujeres en todo el mundo, que vieron reflejado en el talento de la joven y sencilla rusa, la posibilidad de alcanzar cualquier meta que una representante del mal llamado sexo débil se proponga.
Entre las inspiradas estuvo Svetlana Savitskaya, quien 19 años después, en 1982, fue la segunda en volar de nuevo al espacio.
Según expresó Svetlana recientemente a Escáner, decidió convertirse en cosmonauta, incluso mucho antes del vuelo de Valentina, pues en 1961, cuando el segundo cosmonauta del mundo Germán Titov realizó un vuelo más prolongado, comprendió que había aparecido un nuevo trabajo, una nueva profesión. En ese momento tenía 13 años.
Fue entonces que comenzó a superarse, y decidió que lo primero sería obtener la condición de aviadora, y si su físico se lo permitía, continuar esforzándose hasta alcanzar la categoría de piloto cosmonauta.
Se propuso la tarea de ser una buena piloto de aviación, pues en esencia existía aún el criterio de que sólo los hombres podrían ser pilotos cosmonautas.
Además, desde muy pequeña estuvo vinculada al mundo de la aviación. Su padre, el mariscal Evgueni Savitski, fue comandante de las defensas aéreas soviéticas, participó en la Gran Guerra Patria y resultó condecorado con el título de Héroe de la Unión Soviética.
Desde los 16 años practicó el paracaidismo sin el consentimiento de sus padres. De hecho, su padre tardó un año en conocer lo que la hija hacía a escondidas.
Su habilidad era más que obvia ya que logró 3 récords mundiales en los saltos desde la estratósfera y 15 en saltos desde aviones a reacción.
Ganó el campeonato del mundo de pilotaje de acrobacia celebrado en Londres, algo muy importante en su carrera, pues este hecho le abrió el camino hacia cualquier tipo de pilotaje y le permitió, además, ingresar en el exclusivo Instituto de Aviación de Moscú, en 1972.
Tras finalizar los estudios, trabajó de monitora de aviación y desde 1976, después de realizar un curso especializado en la escuela de pilotos de avión, le otorgaron el título de piloto de pruebas del Ministerio de Industria Aérea de la URSS, donde aprendió a dominar más de 20 tipos de aviones.
En esa época trabajó como uno de los pilotos de prueba de la oficina del famoso diseñador Yakovlev. Fue probadora de aviones de combate supersónicos y despegue vertical y aterrizaje vertical, de muchos aviones deportivos y del conocido avión de pasajeros Yak 42.
Cuando se creó nuevamente el grupo de mujeres cosmonautas para vuelos espaciales en naves del tipo Soyuz, en 1980, Svetlana pidió permiso a Yakovlev para ser parte de ese colectivo, y simultaneó el trabajo como piloto probador con la preparación de cosmonauta.
Según cuenta, del grupo de ocho mujeres que comenzó la preparación sólo ella era piloto, el resto eran médicos y científicas por lo que también fue la preparadora de paracaidismo del grupo que se entrenaba.
Entre las candidatas fue la escogida para el vuelo del 19 de agosto de 1982, 19 años después del de Valentina Tereshkova.
Svetlana Savitskaya viajó al espacio en la Soyuz T-7 y volvió a tierra a bordo de la Soyuz T-5, debido a que la T-7 se quedó atracada en la Salyut.
Su vuelo espacial duró 7 días, 21 horas, 52 minutos y 24 segundos. Aunque ya tenía la titulación de piloto cosmonauta, en esa ocasión voló como cosmonauta investigadora e hizo varios experimentos en la estación.
Posteriormente, en julio de 1984, tripuló también la Soyuz T-12, y durante su estancia en la estación espacial Salyut 7, el 25 de julio de 1984, Svetlana se convirtió en la primera mujer en dar un paseo espacial.
Permaneció fuera de la estación durante 3 horas y 35 minutos, para realizar con éxito trabajos de montaje, cortes de metal y soldaduras. En aquel momento se convirtió en la primera mujer que viajó dos veces al espacio.
Ese segundo vuelo y salida al espacio, como narró a Escáner, fue casual, pues estaba previsto que después de ella, en 1982 volara otra cosmonauta, pero al final se decidió aplazarlo, y solo cuando trascendió que las estadounidenses preparaban la primera salida al espacio, se decidió enviar nuevamente a Svetlana, por su experiencia, para hacer la hazaña.
Siguió su preparación para cumplir el sueño de pilotar la nave Burán, la cual realizó un solo vuelo, exitoso, pero sin tripulación, tras lo cual por problemas financieros y la caída de la URSS, se decidió cerrar ese programa.
Entonces comprendió que ese sueño ya era irrealizable por el paso del tiempo, y decidió pasar a la vida política, labor que desempeña que hasta ahora.
Svetlana Savitskaya es considerada la última cosmonauta soviética, puesto que Yelena Kondakova, siguiente en viajar al espacio el 3 de octubre de 1994 en la Soyuz TM-20, lo hizo ya como ciudadana rusa.
En su carrera espacial, además de dificultades técnicas y riesgos vitales que asumió como el resto, como mujer pionera en este ámbito profesional sufrió el machismo de algunos de sus compañeros, como lo testimonian las palabras de acogida que tuvo por parte de ellos cuando se abrió la escotilla de la estación espacial soviética: “Tenemos un delantal preparado para ti, Sveta”.
En un ámbito considerado exclusivamente de hombres, según dijo la heroína, tras su primer vuelo “ya nadie tenía preguntas, nadie decía que la cosmonáutica era exclusivamente para varones. Ya no se atrevían a decirlo, aunque no a todos, por supuesto, les gustaba”.
Después de sus viajes especiales, Svetlana Savitskaya obtuvo muchos galardones y reconocimientos. Entre otros, fue elegida dos veces como Héroe de la Unión Soviética, condecorada además con dos Órdenes de Lenin y la Orden de la Insignia de Honor.
Asimismo, posee una medalla de oro y 18 diplomas de la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), 16 medallas de deporte de la URSS, y una medalla especial por superar la marca de permanencia en el espacio abierto.
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