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viernes 22 de noviembre de 2024
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ESCÁNER: Saberes y empeños de la biotecnología por la vida (+Fotos +Info +Video)

La Habana (Prensa Latina) La biotecnología ha originado inestimables avances y resultados para Cuba, y en especial para la salud de su población, y por extensión a la de otras naciones, porque en esta isla caribeña el fundamento y prioridad de esa rama científica es salvar al ser humano, mejorar su calidad de vida.
Por:
Cira Rodríguez César
Jefa de la Redacción Ciencia y Técnica

Y cómo no hacerlo en un país bloqueado por más de 60 años, con una política hostil de Estados Unidos que le impone limitaciones de recursos materiales y financieros para adquirir medicamentos, tecnologías o insumos para producirlos.

De las necesidades siempre nacen las soluciones y así surgieron en las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo los primeros centros que conforman la industria biotecnológica y farmacéutica cubana con productos únicos de su tipo en el mundo.

Entre estos figuran el Heberprot-P para el tratamiento del pie diabético, las vacunas VA-MENGOC-BC contra la meningitis  y la CIMAVAX para combatir el cáncer de pulmón.

De esos esfuerzos mucho tienen que mostrar los científicos, investigadores, técnicos y trabajadores del Centro de Inmunología Molecular (CIM), inaugurado el 5 de diciembre de 1994 a partir de un pequeño grupo de profesionales con la visión de curar el cáncer.

Nació precisamente como parte de esa estrategia de impulsar la biotecnología en función de nuevos productos farmacéuticos y diagnósticos-tratamientos para Cuba y el mundo en los difíciles años de crisis económica en la década de los 90, conocido como período especial.

El CIM se identifica como una institución biotecnológica cubana, que a partir del cultivo de células superiores orienta su investigación básica, desarrollo y fabricación de productos al diagnóstico-tratamiento del cáncer y otras enfermedades autoinmunes.

Actualmente es una empresa de alta tecnología del Grupo Empresarial Biocubafarma, que funciona con el principio de ciclo cerrado (investigación-desarrollo, producción y comercialización) para lo cual cuenta con tres plantas productivas y cuatro empresas mixtas en China, Tailandia, Singapur y Estados Unidos.

Prensa Latina conversó para su sección Escáner con la doctora Mayra Ramos Suzarte, jefa de Ensayos Clínicos del CIM, integrante de ese colectivo que nació y se desarrolló  con el deseo, la voluntad y el mandato de buscar alternativas propias, “porque somos muy inventores y creadores”.

Recordó que en fecha tan temprana como 1986 ya tenían en marcha las primeras tentativas de lograr anticuerpos monoclonales, teniendo en cuenta que apenas antes el químico argentino César Milstein ganó el Premio Nobel en Medicina (1975) por sus investigaciones sobre los anticuerpos monoclonales.

Por ese camino, indicó la experta, el primer anticuerpo monoclonal se logró en 1989 para el rechazo del trasplante renal, el cual fue presentado con muchas expectativas, y resultó un decisivo paso en la naciente y fructífera biotecnología cubana.

Hoy los grandes aportes del CIM son los fármacos inmunoterapéuticos, creados por profesionales fervientes creyentes de que el sistema inmune es una herramienta para el control del cáncer hasta en las  etapas más avanzadas.

“Trabajamos para transformarlo, incluso en una enfermedad crónica, que si bien hoy no tiene cura, se puede controlar con calidad de vida mediante tratamientos que no sean muy tóxicos y compatibles con una larga supervivencia sin afectar al paciente”, afirmó.

Al preguntarle sobre qué significó para el país apoderarse de la biotecnología,  la doctora en Ciencias y directora de Investigaciones Clínicas del CIM, Tania Crombet Ramos, no dudó en afirmar que Cuba tiene una sólida industria biofarmacéutica con más de 40 empresas y una cifra superior a los  22 mil trabajadores agrupados en Biocubafarma.

Sobre la base de una fuerte e imprescindible integración se fusionaron la farmacéutica convencional y la biotecnología, para la creación de medicamentos y tecnologías, innovadoras y originales, de gran impacto en la salud pública cubana y el resto de la humanidad.

Crombet explicó que cada una de esas instituciones tiene una función específica, porque la biotecnología cubana no es solo Biocubafarma, hay muchas otras que se dedican al equipamiento tecnológico, las investigaciones digitales y la producción de animales de laboratorio para los experimentos y preclínica obligada.

A modo de ejemplo comentó que el Instituto Finlay de Vacunas se dedica a las vacunas preventivas, su gran logro es la VA-MENGOC-BC, y también sintéticas como la generada contra la Haemophilus influenzae tipo B, la primera a nivel mundial creada por antígeno sintético, que reduce la incidencia de neumonías por ese patógeno.

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología en mayo de 1981 logró el primer lote de interferón con todas sus características físico-químicas y biológicas, con muchas expectativas para las enfermedades virales y el tratamiento del cáncer, después incluido en el protocolo cubano para  combatir a la Covid-19.

Más tarde vendrían la vacuna recombinante Heberbiovac HB contra la hepatitis B, y el Heberprob B que prevé la amputación de miembros inferiores en los diabéticos, al permitir la cicatrización de la úlcera con mucha efectividad.

Novedoso resulta lo alcanzado por el Centro de Neurociencias con un programa de pesquisa auditiva neonatal, con paquetes tecnológicos que permiten el diagnóstico oportuno de trastornos auditivos, y la corrección e inserción de prótesis con mucho impacto en la salud

El Centro de Inmunoensayo es el creador de un programa de pesquisa neonatal de enfermedades que son tratables si se diagnostican precozmente.    Un centro de gran impacto en la reducción de la mortalidad infantil, que trata otras patologías para que el niño no las desarrolle, como el hipotiroidismo congénito.

PASOS DECISIVOS EN LA INMUNOTERAPIA

Con el mérito de investigar por más de 20 años sobre la inmunoterapia, ambas especialistas destacaron que hoy no se concibe un tratamiento para el control del cáncer sin ese proceder, teniendo en cuenta todo lo que avanza el mundo en esa materia.

Señalaron que en 2013 fue la más importante de todas las ciencias, cuando se lograron algunos medicamentos que cambiaron significativamente la supervivencia de los pacientes de cáncer.

“Nos asiste el mérito de producir y registrar en nuestros casi 30 años de existencia tres medicamentos para esos fines: Nimotuzumab (CIMAher), un anticuerpo monoclonal humanizado terapéutico para cáncer de cabeza y nasofaríngeo avanzado,  de esófago y pancreático localmente avanzados”, enfatizó la doctora Crombet.

Nimotuzumab también está registrado en Pediatría para tumores cerebrales de niños, los más frecuentes aparte de los linfomas y otros tumores de la sangre, uno de los más agresivos en población infantil que han podido controlarse por tiempos prolongados, algo sin precedentes, significó la doctora Ramos.

Inscrito en 25 países con gran impacto en la reducción de la mortalidad por cáncer, fue también aprobado para su uso de emergencia en pacientes con enfermedad severa de Covid-19.

Mucho habla de su efectividad el hecho de que en China está incluido en la norma terapéutica para tratar el tumor nasofaringe,  y en la India para el cáncer de cabeza y cuello.

Racotumumab, otro monoclonal empleado  como una vacuna, actúa sobre el carcinoma pulmonar, idóneo para la inmunoterapia del cáncer de pulmón de células no pequeñas con una demostrada supervivencia en los pacientes, en comparación con otras terapias de soporte.

Cimavax es una vacuna terapéutica indicada para enfermos de cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadios avanzados. El CIM, autor de la patente principal, logró registrarlo para su uso en Cuba y en otros países.

Pero no son los únicos, también están registrados el Hitolizumab, un monoclonal  para la soriasis, y la NeuroEpo una proteína modificada para el tratamiento del Alzheimer.

Además, tiene patentados otros fármacos no originales como la Eritropoyetina Recombinante, la cual contrarresta la anemia en pacientes con enfermedad renal crónica, y el Factor Estimulante de Colonias  Granulocíticas, conocido por GCCF, capaz de prevenir la aparición de leucopenia por la quimioterapia en enfermos de cáncer.

Todos estos productos cuentan con el aval médico requerido luego de pasar rigurosos ensayos clínicos, procesos que son la mejor herramienta para evaluar la eficacia y seguridad de un nuevo fármaco o tratamiento, por lo que se convirtieron en el nuevo paradigma de los métodos científicos de investigación.

En tal sentido, la doctora Ramos expresó con satisfacción la validez de los ensayos clínicos a nivel nacional de cualquier medicamento o vacuna directamente en el paciente desde la atención primaria de salud, “porque no basta con disponer de su registro”.

Por su parte la doctora Crombet afirmó que todos los productos creados por la industria biofarmacéutica cubana son innovadores y con patentes propias; “todos son únicos, no tienen igual en el mundo, y aunque hay similares los nuestros son más seguros y los mejores en su clase. Son verdaderos aportes de nuestros científicos e investigadores”.

En tal sentido mencionó  la formulación nasal NeuroEpo para pacientes con enfermedad de Alzheimer leve y moderado, con mucha efectividad por la notable mejoría de los afectados al mostrar una reducción en la progresión del deterioro cognitivo.

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En biotecnología, como en otras tecnologías, es indetenible la modernización acorde con las tendencias actuales, y si bien el CIM domina la fermentación de células superiores, ya el mundo avanza en la secuenciación masiva de genes y animales transgénicos.

Y si bien aún no puede acceder a esos procederes, con la colaboración internacional y alianzas estratégicas con institutos de otras naciones se satisfacen tales necesidades y se facilita registrar productos en no pocos países, además de realizar investigaciones clínicas en Japón, Europa, Alemania, Italia, Suiza, Argentina, Brasil, México, Canadá y ahora  Estados Unidos.

Hoy el CIM cuenta con cinco medicamentos registrados en 32 países y más de una treintena de destinos de exportaciones, en tanto sus productos benefician a más de 30 mil pacientes.

Para la directora de Investigaciones Clínicas y la jefa de Ensayos Clínicos del CIM “es el resultado de la confianza que generan nuestros anticuerpos monoclonales,  proteínas recombinantes, reactivos y vacunas terapéuticas, lo que ha permitido, incluso,  que nos soliciten transferencias tecnológicas”.

Este emblemático centro de la biotecnología cubana tiene en la actualidad 40 ensayos clínicos en curso y desarrolla nuevas investigaciones en tres inmunomoduladores monoclonales para la terapia del cáncer.

A ello se sumará la producción de medicamentos copias, conocidos por el nombre antipd1 para el tratamiento del cáncer, debido a la imposibilidad de comprarlos en el mercado exterior por ser fabricado en Estados Unidos.

A las puertas de arribar a los 30 años de fructífera labor, ambas expresaron con satisfacción que más de 150 mil cubanos se han tratado con productos del CIM, mientras fuera del país superan los tres millones 500 mil personas, el mejor reconocimiento para  los investigadores y técnicos de esa institución biotecnológica.

arb/crc

Colaboraron en este trabajo:
Amelia Roque
Editora Especiales Prensa Latina
Laura Esquivel
Editora Web Prensa Latina
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