Por Antonio Paneque Brizuela
Corresponsal jefe en Costa Rica
Fotos Lesyani Sobrado García
La orquesta de estirpe mundial, igual que su director, el tocador de tres Pancho Amat, trajo al país centroamericano sus tradicionales ritmos soneros mezclados con música costarricense, esta última acompañada también por la marimba como instrumento originario de Centroamérica y asumida aquí.
El show del 30 de abril pudo considerarse “cubano-costarricense” por su sello de mixtura cultural entre dos naciones, pero también por la integración del público cantando y bailando en medio del espectáculo, motivado por un inteligente guion cubano y una cómplice respuesta nacional, en la segunda actuación aquí del grupo en menos de un año.
Soy tico, una canción nacida en 1995 bajo la firma del compositor costarricense Carlos Guzmán, fue la escogida por Amat y sus arreglistas para conformar esa parte del espectáculo y sorprender a aficionados y a entusiastas por su creciente familiaridad previa ante la oferta de la banda y de la música cubana en general.
“CANCIÓN DEL SER COSTARRICENSE”
Joya de la música popular de esta nación, Soy tico es definida por la crítica local como “la canción que describe el ser costarricense”, una suerte de resumen de los elementos con los cuales un ciudadano local puede identificarse, en especial quienes por alguna razón viven fuera del país.
“La llevamos al territorio de la música cubana –cuenta Amat a Prensa Latina- porque clasifica dentro del estilo que utiliza los ritmos característicos de aquí de Costa Rica, y los de la música cubana, aunque los nuestros tienen toques un poco diferentes, más afroides si se quiere.
“Tuvimos la experiencia de tocar la canción allá en nuestro local en La Habana y cuando la ensayábamos, el público que pasaba se paraba, bailaba un poquito y nos preguntaba: oye, ¿de dónde sacaron eso?”.
Según el líder del Buena Vista “tuvimos desde entonces la esperanza de que a los costarricenses les gustaría como a los habaneros, quienes fueron los primeros en asistir, si se quiere, al estreno cuando estaba naciendo la canción como parte de nuestro repertorio para este país”.
Curiosamente –comenta Amat- Soy tico no es ni de la tradición cubana, ni cubana, pero significa para este pueblo algo muy querido, que retrata el amor por la patria.
“Es una canción bella que nos satisface a todos, como lo es la propia Costa Rica, nación de la cual nos sentimos orgullosos todos los latinoamericanos, sobre todo porque exista en nuestra área un Estado que se preocupe tanto por la conservación del medio ambiente, de la flora, de la fauna”.
La presentación aquí de Soy tico por la orquesta sorprendió a los espectadores, como también el novedoso acompañamiento y adaptación de la marimba dentro de la orquesta, tocada en actuación especial por el artífice costarricense Alonso Ramos.
“Todo esto es también el resultado de lo satisfecho que quedamos el público y nosotros por nuestra presentación hace menos de un año cuando debutamos acá –recuerda Amat. Fue un encuentro realmente muy fraternal que nos dejó muy contentos y ahora nos dio mucha alegría volver”.
BUENA VISTA Y EL RETORNO A SAN JOSÉ
El público de Costa Rica ovacionó a las Estrellas de Buena Vista Social Club durante su concierto único en el capitalino teatro Melico Salazar.
La banda transmitió su habitual universo musical de sones y boleros, mientras Amat la condujo hacia un contagioso ambiente rítmico que puso a bailar a los presentes junto a sus lunetas mientras coreaban las canciones de cantautores cubanos de todos los tiempos.
Las acostumbradas actuaciones sumaron “improvisaciones” o diálogos melódicos entre los músicos mediante sus instrumentos, que asumieron excelencia y virtuosismo, como los del pianista Alejandro Falcón, el clarinetista Javier Zolba, el trompetista Roberto García, la violinista Osiris Valdés y el bongosero Rosenio Perdomo.
Los cantantes, imprescindibles por su contagiosa sonoridad para este tipo de espectáculo sonero, alternaron en virtuosismo con los instrumentistas, mediante artistas de la talla de Rosalía Gómez, Kico Ruiz, Carlos Calunga y el fundador de Buena Vista Lázaro Villa.
Canciones como La Negra Tomasa, Dos Gardenias, Lágrimas Negras y El Manisero parecieron renacer del acento sonero y bolerístico de estos intérpretes, acoplados al timbre general de una banda cuyos músicos saben muy bien cómo estremecer a públicos exigentes.
Esta actuación de las Estrellas de Buena Vista Social Club fue la segunda en Costa Rica, tras 10 meses de su debut en esta capital el 1 de junio de 2024, recordó el periódico La Nación.
Las interpretaciones de la banda, como ya es costumbre, combinaron a músicos originales de la agrupación inicial, “junto a representantes de la nueva generación”, explicó Pancho Amat a Prensa Latina.
El show en el capitalino teatro Melico Salazar pareció reeditar el gran impacto de aquella interpretación inicial en el Centro Internacional de Convenciones de la norteña provincia de Heredia.
“A sus 75 años, el cubano Amat -describe La Nación- es el corazón de la banda, cuya música es parte fundamental en la historia del baile en Latinoamérica, mediante artistas nacidos en Cuba que conquistaron el mundo a punta de son, salsa y sabor”.
BUENA VISTA PARA PANCHO AMAT
¿Qué significa para un público no conocedor el nombre de esta banda? ¿Qué es Buena Vista Social Club?, preguntamos a su actual director, poco tiempo antes de partir desde Costa Rica hacia Colombia, donde lo esperaba otro público sediento.
“Bueno -contesta rápido Pancho Amat- el proyecto aquel del último lustro de 1990, se hizo muy popular y ganó un Grammy.
“Pero también tuvo un tremendo apoyo de una discográfica británica y de un músico estadounidense, Ry Cooder, un investigador, diría yo, que, además de gran guitarrista, se interesaba mucho por la cultura de raíz y era buen conocedor de la música étnica de su país”.
“Lo conocí en La Habana en 1995, un año antes de Buena Vista, cuando viajó con un grupo irlandés llamado Los Chieftains, muy famoso, quizás el más famoso en hacer música típica irlandesa.
“Fueron a Cuba con un proyecto que llamaban La Huella Celta (donde quiera que hay gaita, hay huella celta), que conocemos por Galicia, Asturias, regiones de España donde es típica, igual que en Escocia, Irlanda, Normandía.
“Conocimos así a Los Chieftains y cantamos un son con ellos, imagínate, un son que tenía que ver un poco con la herencia gallega en Cuba, por la letra precisamente.
“Entonces, Ry Cooder tuvo la idea de hacer este proyecto con la música tradicional cubana, utilizando canciones donde él también podía conectarse bien con la guitarra esa suya de blues, que tienen el aliento de las márgenes del río Mississippi.
“Y por ahí empezó la cosa, eso fue muy famoso, un proyecto que le dio la vuelta al mundo y lo que pasa es que en Costa Rica no lo habían visto nunca.
“Es la primera oportunidad que tienen de escuchar todo aquel repertorio de canciones, tocadas muy cercanas a la manera en que lo hacía antes el Buena Vista, pero ahora ya con una óptica un poco diferente.
“En estos momentos se trata de una banda donde la mitad, por lo menos, son miembros de aquel primer proyecto de Buena Vista. Y los otros son jóvenes que siguen la huella de la música tradicional cubana.
“Nos están conociendo -concluye el tresero cubano- y nosotros felices de poder, a pesar del tiempo, servir de polea transmisora de aquel mensaje del Buena Vista de hace veintitantos años, a los aficionados a esos ritmos en Costa Rica y en el mundo, en un momento histórico como este”.
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