martes 19 de agosto de 2025

“Al Oeste, en Zapata”, un documental sobre Cuba (+Fotos)

Lima (Prensa Latina) El documentalista cubano David Bim participó en el 29 Festival de Cine de Lima con “Al Oeste, en Zapata”, un retrato en blanco y negro de una familia que sobrevive en los márgenes de la isla.

Por Rodrigo Portales*

Colaborador de Prensa Latina

La cinta incluida en la Competencia Latinoamericana Documental, sigue a Orlando “Landi” García, un padre que se adentra en la ciénaga de Zapata para cazar cocodrilos con las manos y alimentar a su esposa Mercedes Morejón y a su hijo Deinis, quien padece autismo severo.

Entre ausencias y regresos, la película revela un ciclo de necesidad, amor y resistencia, y Bim encontró a sus protagonistas durante un viaje por la zona, lejos de la imagen de Cuba que suele verse en festivales de cine.

Antes de filmar, convivió con ellos durante cinco años, construyendo una relación familiar que le permitió captar la intimidad de su día a día.

El rodaje, realizado en 2021 en plena pandemia de la Covid-19, duró un mes y medio, pero el proyecto tomó casi nueve años desde su concepción hasta el estreno.

El director describe a Landi y Mercedes como símbolos de esperanza en un arduo contexto económico y social.

“Ellos se mantienen unidos por su hijo, aunque deban vivir separados la mayor parte del tiempo. El amor activa una fuerza que ni siquiera tendrían para sí mismos”, señala.

Esa dinámica de ausencia y espera estructura el documental en dos capítulos.

La película también refleja la dureza de la subsistencia. La caza de cocodrilos, más que una tradición, es una necesidad para obtener proteínas ante la escasez que padece un país bloqueado durante más de 60 años.

“Antes que cazador, Landi es un padre. Se juega la vida porque no hay otra opción cuando tienes a alguien vulnerable a tu cargo”, explica Bim.

Filmada con lentes soviéticos antiguos que rompen la nitidez digital, la obra apuesta por un blanco y negro que, según el realizador, “achata” la profundidad visual para trasladarla al sonido.

El diseño sonoro, construido sin archivos de biblioteca, captura paisajes, respiraciones y tensiones que transmiten la tridimensionalidad y el vínculo de los personajes con su territorio.

Bim asume casi todas las tareas técnicas: dirección, guion, fotografía, sonido directo y montaje en su ópera prima de 75 minutos de duración, que contó además con apoyo de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (Eictv) de San Antonio de los baños, de donde es egresado el director y donde han estudiado también muchos de cineastas peruanos.

Con escasos recursos y sin apoyo externo, desarrolló un método que parte de aceptar sus limitaciones. “Es como la escultura: la forma ya está en la roca, uno solo quita lo que sobra. Prefiero hacer un agujero profundo que muchos superficiales”, comenta.

El realizador reconoce influencias más allá del cine, como la poesía japonesa del haiku, por su mirada concreta y despojada de ornamentos.

Entre sus referentes cinematográficos cita al cineasta cubano Nicolás Guillén Landrián y a los hermanos Lumière, de quienes rescata la capacidad de descubrir el mundo con mirada fresca.

En “Al Oeste, en Zapata”, la política asoma sin discursos explícitos, como sonido de fondo inevitable en Cuba.

Para Bim, más que hacer un filme político, su interés está en “escuchar sin juzgar” y registrar lo concreto. “El cine es el arte de convivir en el tiempo. No busco dar respuestas, sino acompañar y dejar que cada espectador formule sus preguntas”, dice.

Tras el estreno, continuó manteniendo contactos con Landi y Mercedes, quienes vieron el filme y se reconocieron en él.

Para el director, el mayor valor de la experiencia fue compartir y preservar su historia. “Esta familia tiene un gran grado de intimidad: solo se tienen a ellos mismos y a su hijo. El cine nos permitió estar ahí y acompañarlos”, concluye.

“Al Oeste, en Zapata” ha sido galardonado en el Festival Visions du Réel (Nyon, Suiza), uno de los más prestigiosos del mundo para el documental, con el Premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (Fipresci) y el Premio Especial del Jurado.

Además, su director, David Beltrán i Mari (Bim), ganó el premio CineVision Award a la mejor ópera prima internacional en el 42 Festival Internacional de Cine de Múnich.

arb/mml/mrs

*Periodista, crítico de cine y gestor cultural peruano.

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