Por Isaura Diez Millán
Corresponsal jefe en China
Washington solo empeora una visión diseñada hace más de 200 años y reinterpretada en su nueva estrategia de Seguridad Nacional, en contraposición, Beijing actualiza su mirada sobre la región enfocada en un nuevo texto que prioriza cooperación tangible, pragmática y mutuamente beneficiosa.
Recientemente dos noticias evidenciaron las estrategias de ambas potencias en esta zona: Estados Unidos robó a fuerza de asalto un buque petrolero venezolano, mientras que China inauguró en Nicaragua el primer taller Luban de América Latina para la formación técnica y vocacional.
Precisamente numerosos expertos coinciden en que el despliegue de fuerza y “bullying” del país norteño es para contrarrestar la influencia y acercamiento creciente entre América Latina (ALC) y el gigante asiático.
Según cifras oficiales, China es el segundo socio comercial de la región, el primero de Brasil y Perú, y una de sus principales fuentes de inversión extranjera directa.
Por otro lado, 24 países latinoamericanos y caribeños se han adherido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, mientras que Beijing profundiza su cooperación con Cuba y Brasil en el marco de la construcción de comunidades de futuro compartido.
El comercio bilateral superó por primera vez los 500 mil millones de dólares en 2024, y en los primeros 10 meses de 2025 alcanzó casi los 450 mil millones de dólares con un crecimiento del 3,5 por ciento pese a los vientos en contra globales.
DIFERENCIAS ENTRE POLÍTICAS DE CHINA HACIA ALC (2008, 2016 y 2025)
Desde 2008, China ha publicado tres documentos sobre su política hacia América Latina y el Caribe que reflejan la evolución de la cooperación: desde listas de áreas de colaboración hasta proyectos estratégicos integrales, así como consolidación de vínculos políticos, económicos y culturales.
En entrevista con Prensa Latina, el profesor Pan Deng, de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de China, señaló que el primer documento estableció la cooperación bilateral como “asociación cooperativa integral” basada en igualdad, beneficio mutuo y desarrollo conjunto.
En 2016, el segundo documento representó la fase de mejora integral y promovió un “nuevo patrón de cinco dimensiones” para elevar la asociación cooperativa a un nivel superior, explicó.
Sobre el documento de 2025, el académico subrayó que la relación entre China y América Latina se define ahora como una “comunidad de destino compartido construida conjuntamente”, en un contexto de cambios globales acelerados y fortalecimiento del Sur Global.
“Esta definición proviene de la identidad compartida como miembros del Sur Global, de la tarea común de desarrollo y de la búsqueda de un orden internacional más justo y razonable”, comentó.
A su juicio, esto significa que la relación entre ambas partes trasciende el simple intercambio de intereses y se eleva a una conexión profunda de compartir dificultades, enfrentar desafíos y construir un futuro común.
El profesor apuntó que el texto ahonda en los “Cinco Grandes Programas” -solidaridad, desarrollo, civilizaciones, paz y programa de los pueblos- como guía estratégica para la cooperación política, económica, cultural y social.
Agregó que la perspectiva global de la política china ha evolucionado de un enfoque bilateral y regional hacia la participación en la gobernanza global, conectando la cooperación con las Iniciativas de Desarrollo, Seguridad, Civilización y Gobernanza Global.
El académico concluyó que el tercer documento constituye una hoja de ruta para la relación bilateral en el próximo período y una declaración de cooperación entre China y los países del Sur Global, incluyendo América Latina y el Caribe, para buscar desarrollo conjunto y enfrentar desafíos globales.
VISION DE CHINA y ALC SOBRE EL DOCUMENTO
El tercer Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe está enfocado en impulsar la cooperación sin cálculos geopolíticos en un contexto de crecientes incertidumbres globales.
Así lo explicó el ministro asistente de la Cancillería china, Cai Wei, al presentar este texto que está centrado en promover la construcción conjunta de una comunidad de futuro compartido entre ambas partes.
El documento traduce en acciones concretas los cinco programas anunciados por el presidente Xi Jinping en mayo pasado durante la Cuarta Reunión Ministerial del Foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
China reiteró su oposición a presiones geopolíticas externas y su rechazo a que terceros interfieran en sus relaciones con ALC, al tiempo que defendió la no injerencia en los asuntos internos de los países latinoamericanos.
El gobierno chino comprometió el uso efectivo de la línea de crédito de 66 mil millones de yuanes (unos 9,1 mil millones de dólares) anunciada en la Cuarta Reunión Ministerial del Foro China-Celac, con foco en infraestructura, energías limpias, agricultura, digitalización e inteligencia artificial.
Cai Wei destacó que la cooperación incluirá asistencia al desarrollo sin condiciones políticas, especialmente para pequeños Estados insulares en su lucha contra el cambio climático.
Anunció el impulso de más rutas aéreas directas, becas gubernamentales, intercambios culturales, traducciones mutuas de obras audiovisuales y colaboración entre centros académicos.
Reafirmó el apoyo chino a la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y a la no proliferación nuclear en la región.
Asimismo, reiteró la importancia del principio de una sola China y confió en el respaldo continuo de ALC a la posición china sobre Taiwán.
Representantes de América Latina y el Caribe subrayaron que la cooperación con China responde a las necesidades específicas de la región y demuestra que Beijing es un socio confiable y un verdadero amigo.
El embajador de Dominica y jefe del Cuerpo Diplomático de latinoamericanos y caribeños en Beijing, Charles Martin, calificó el texto como una guía práctica para la cooperación bilateral.
Señaló que los cinco programas contemplan más de 40 acciones concretas en áreas como solidaridad, desarrollo, intercambio civilizatorio, paz y conectividad entre pueblos.
El diplomático subrayó que la implementación del texto tendrá impactos directos en sectores como infraestructura, comercio, inversión, tecnología, educación, cultura, agricultura, energía, salud y desarrollo sostenible.
Además, indicó que, pese a la distancia geográfica, ambas partes han superado desafíos y construido una relación duradera basada en valores compartidos y en beneficios mutuos.
Destacó ejemplos tangibles como la expansión de redes ferroviarias en Sudamérica, proyectos energéticos en Centroamérica y programas de intercambio académico y cultural.
Martin reiteró que la asociación no se limita a transacciones económicas ni genera dependencia, sino que fortalece la capacidad de los países para enfrentar los retos actuales y futuros.
Por su parte, el coordinador de Asuntos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de Colombia, Francisco Gutiérrez, destacó la importancia de la asociación con China, centrada en cooperación en reducción de la pobreza, conservación ambiental, seguridad alimentaria, salud, educación y crecimiento económico.
Señaló que la colaboración se basa en el intercambio de buenas prácticas, el fortalecimiento de capacidades y la promoción de metodologías sostenibles.
Asimismo, subrayó la necesidad de reforzar infraestructuras sanitarias, fomentar intercambios académicos e impulsar el comercio y la inversión.
Apuntó que la cooperación técnica, la innovación y los intercambios científicos son pilares fundamentales para alcanzar objetivos comunes.
De la misma forma, afirmó que la acción coordinada debe reconocer las distintas realidades nacionales de los países miembros de Celac.
Indicó que la organización regional desempeña un papel clave para articular, respaldar y promover las aspiraciones colectivas de América Latina y el Caribe en su relación con China.
El funcionario reiteró que la asociación busca beneficios mutuos y responde a desafíos globales con enfoques adaptados a las necesidades locales.
arc/idm
