Por Manuel Vázquez

De la redacción de África y Medio Oriente

Asimismo, el desempeño nacional estuvo caracterizado por la expansión de su presencia en mercados asiáticos, según datos de instituciones gubernamentales.

En 2025, la economía sudafricana priorizó un modelo de desarrollo basado en el beneficio mutuo, el multilateralismo y la justicia climática, posicionándose como puente entre el Sur Global y las economías desarrolladas.

AfCFTA: MOTOR DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA CONTINENTAL

La implementación de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) constituyó uno de los ejes centrales de la política económica sudafricana en 2025.

Según reportes del ministerio de Relaciones Internacionales y Cooperación (DIRCO), Sudáfrica utilizó su presidencia del G20 para acelerar los protocolos de implementación del AfCFTA, al facilitar un aumento estimado del 15 por ciento en el comercio intraafricano durante el año.

Al respecto, el Ministerio enfatizó en que “la integración económica continental no es una opción, sino una necesidad para el desarrollo africano”, y coordinó esfuerzos con la Unión Africana para eliminar barreras arancelarias y no arancelarias. Los beneficios de esa estrategia ya se manifestaron en sectores clave.

De acuerdo con el organismo estadístico nacional, Statistics South Africa (Stats SA), las exportaciones sudafricanas a países africanos registraron un crecimiento de 12 por ciento interanual en el tercer trimestre de 2025, con destaque de manufacturas, equipos tecnológicos y productos agrícolas procesados. Medios locales de prensa reportaron como más de 500 empresas expandieron sus operaciones a otros mercados africanos bajo el paraguas del AfCFTA, generando aproximadamente 50 mil nuevos empleos directos e indirectos.

EXPANSIÓN EN MERCADOS ASIÁTICOS: VIETNAM COMO CASO DE ÉXITO

También en 2025 la diversificación constituyó otro pilar de la estrategia económica sudafricana, con resultados particularmente notables en Vietnam.

Así, por ejemplo, las exportaciones de cítricos sudafricanos a la nación del sudeste asiático experimentaron un crecimiento extraordinario, al pasar de 53 mil 311 cajas en 2024 a 209 mil 569 en 2025, un aumento del 293 por ciento, que representó aproximadamente 8.4 millones de dólares en valor comercial.

Asimismo, la firma de un Memorando de Entendimiento con Vietnam en noviembre de 2025, ampliamente reportado por la Cancillería, estableció las bases para una cooperación ampliada en agricultura, manufactura y tecnología.

El acuerdo facilitó que las exportaciones sudafricanas de frutas y frutos secos comestibles sudafricanos alcanzaran los 54 millones de dólares anuales, con proyecciones de superar los 200 millones para 2027.

En el periodo, el mercado vietnamita, con importaciones agrícolas valoradas en más de 30 mil millones de dólares anuales, se consolidó como puerta de entrada estratégica de Sudáfrica al Sudeste Asiático.

Además, las relaciones comerciales con China llegaron a hitos históricos.

Por ejemplo, durante la Cumbre del G20 en Johannesburgo, el primer ministro chino, Li Qiang, anunció la implementación progresiva de un régimen de cero aranceles para productos sudafricanos, medida que, según cálculos del ministerio de Comercio e Industria, podría incrementar las exportaciones a China en mil 200 millones de dólares anuales.

La participación sudafricana en el Mecanismo de Intercambio Pueblo a Pueblo y el Diálogo Estratégico bilateral, programados para diciembre de 2025 en Beijing, reforzaron ese dinamismo.

REVOLUCIÓN ENERGÉTICA: LIDERAZGO EN ENERGÍAS RENOVABLES

Además, el sector energético experimentó transformaciones profundas durante 2025.

Según datos de la oficina presidencial, Sudáfrica alcanzó una capacidad instalada de 17 gigaWatts (GW) en energías renovables para consolidarse como líder continental en cuanto a la transición energética.

El plan oficial contempla expandir esa capacidad a 45 GW para 2035, con inversiones estimadas en 48 mil millones de dólares durante el periodo que incluyen asociaciones público-privadas y financiamiento internacional.

Por tal motivo, el evento “Scaling Up Renewables in Africa”, coorganizado con Global Citizen durante la Cumbre del G20 en noviembre pasado, resultó particularmente significativo.

En él se confirmaron compromisos por 16 mil 300 millones de dólares para financiar proyectos de energías renovables en todo el continente. Esa iniciativa, alineada con el Plan de Inversión para una Transición Energética Justa de Sudáfrica, prioriza proyectos solares, eólicos e hidroeléctricos que combinan generación de energía con desarrollo comunitario.

Los avances en energías limpias ya generan impactos económicos tangibles. Stats SA documentó que el sector renovable creó 35 mil empleos directos durante 2025, mientras la dependencia del carbón para la generación eléctrica disminuyó del 75 al 68 por ciento medido de forma interanual.

La implementación de la Asociación para una Transición Energética Justa, con inversiones de ocho mil 500 millones de dólares por parte de economías desarrolladas, aceleró la reconversión de regiones mineras afectadas por el proceso de descarbonización de la economía.

DIPLOMACIA ECONÓMICA: MULTILATERALISMO Y ALIANZAS ESTRATÉGICAS

En 2025, la diplomacia económica sudafricana se caracterizó por un enfoque pragmático orientado a establecer alianzas mutuamente beneficiosas.

Datos de la Cancillería revelan que las inversiones de los Emiratos Árabes Unidos en África totalizaron 118 mil 600 millones de dólares de 2020 a 2024, con el comercio bilateral Sudáfrica-EAU, de los cuales 107 mil millones de dólares correspondieron a 2024, un aumento de 28 por ciento respecto al año anterior.

En ese apartado se cuenta la iniciativa de inteligencia artificial lanzada por los EAU durante la Cumbre del G20, valorada en mil millones de dólares, que incluye significativos componentes de transferencia tecnológica hacia Sudáfrica.

A ello se sumaron las fortalecidas relaciones con el bloque BRICS.

Cifras gubernamentales hablan de que el comercio sudafricano con países del grupo BRICS creció un 18 por ciento interanual, 25 por ciento de su comercio exterior total.

La participación en el Nuevo Banco de Desarrollo de BRICS facilitó el financiamiento de infraestructuras críticas por dos mil 500 millones de dólares, incluyendo corredores logísticos y proyectos de digitalización.

La presidencia del G20 también permitió a Sudáfrica articular posiciones comunes del Sur Global en foros multilaterales.

Según la Presidencia, los acuerdos alcanzados en la Cumbre de Johannesburgo incluyeron compromisos para reformar la arquitectura financiera internacional, aliviar la deuda de países en desarrollo y movilizar 100 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático hacia economías emergentes.

IMPACTO MACROECONÓMICO Y PERSPECTIVAS

En este acápite, los avances sectoriales se reflejaron en indicadores macroeconómicos positivos.

Stats SA reportó como las exportaciones totales de Sudáfrica alcanzaron 125 mil millones de dólares en los primeros tres trimestres de 2025, un aumento del 8.5 por ciento interanual, mientras la inversión extranjera directa registró entradas por cinco mil 300 millones de dólares, sobre todo en manufactura, tecnología y energías renovables.

De esa manera, el sector citrícola, del cual Sudáfrica es el segundo exportador mundial, batió récords históricos con 203,4 millones de cajas exportadas e ingresos estimados de tres mil 500 millones de dólares.

Esa industria, que emplea directamente a 120 mil personas, demostró su competitividad global, pese a desafíos logísticos y fitosanitarios.

Además, los compromisos internacionales adquiridos durante 2025 establecen bases sólidas para el crecimiento futuro.

La implementación del Acuerdo de Asociación Económica Integral con Indonesia, las negociaciones avanzadas con India y la participación en la Conferencia Panafricana de Inversiones programada para 2026 diversificarán aún más los mercados destino, espera el Gobierno.

EN BUSCA DE UN DESARROLLO SOSTENIBLE

Al cerrar 2025, Sudáfrica consolida un modelo económico que combina integración regional, diversificación comercial y transición energética justa.

Los logros en el periodo reflejan una visión estratégica que prioriza el desarrollo humano y la sostenibilidad ambiental sobre el crecimiento meramente cuantitativo. Como afirmó recientemente el presidente Cyril Ramaphosa, “construimos una economía que sirve a nuestro pueblo y a nuestro continente, donde la prosperidad se comparte y nadie queda atrás”.

Ese enfoque, respaldado por datos concretos y alianzas globales, resumen analistas locales, posiciona a Sudáfrica como referente del nuevo multilateralismo Sur-Sur y como motor del renacimiento económico africano en la década venidera.

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