jueves 11 de diciembre de 2025

El desafío del turismo para Cuba

La Habana (Prensa Latina) Para algunos analistas, al margen de estadísticas y gráficas de ingresos y viajeros, el turismo se mide por bondades del paisaje, atractivos, bellezas, gente y tradiciones, elementos bien presentes en la Cuba de hoy.

Por Roberto F. Campos

De la redacción de Economía

El archipiélago cubano, por una u otra causa siempre es noticia, y en materia de turismo mucho más. Figuran modalidades como naturaleza, aventuras y ruralidades, viajes históricos, escarbar en las tradiciones y pese a los problemas alimentarios, indagar en receta de platillos que permanecen en el historial de las familias.

En busca de un equilibrio de información y análisis, el 2025 se perfila para Cuba como un período de recuperación moderada, pero tangible.

La industria de los viajes sigue siendo vital para su economía. Tras no alcanzar las metas más ambiciosas en 2024, el enfoque consiste en consolidar su oferta y enfrentar sus crónicos desafíos estructurales para captar una mayor cuota del mercado global.

Como proyección de cierre en cuanto a llegadas internacionales, parece que al término del año habrá de 2,2 a 2,8 millones de visitantes extranjeros.

Esta cifra representaría un crecimiento significativo respecto a 2023-2024, aunque por debajo de los más de cuatro millones que llegaron antes de la pandemia de la Covid-19 y el recrudecimiento de las medidas coercitivas de los Estados Unidos.

Por demás, las barreras de Washington contra La Habana por más de 60 años permanecen inalterables en cuanto a sistemas financieros, comerciales y económicos.

En cuanto a mercados emisores, se mantiene la diversificación, siendo Canadá el primer lugar. Incluso, recientemente el ministro de Turismo, Juan Carlos García, durante una visita a Canadá aseguró que están creadas las condiciones para que el próximo año lleguen a Cuba más de un millón de visitantes de dicha procedencia.

En el segundo puesto de emisores se encuentra los cubanos, principalmente los que viven en los Estados Unidos, mediante permisos de viaje.

Se observa una recuperación en la emisión de visitantes europeos con vuelos directos desde España, Francia, Alemania y el Reino Unido. El turismo desde Estados Unidos (no cubano-americanos) continúa como un segmento minoritario y volátil, sujeto a la cambiante política entre las dos naciones.

Pero los desafíos para Cuba se apoyan en una estrategia que comprende hasta nuevos perfiles, pues se captan cada vez más a viajeros en busca de autenticidad y cultura.

Hay un crecimiento en los segmentos turismo de naturaleza, senderismo y cultural especializado, con escenarios muy atractivos como el Parque Nacional Viñales, Topes de Collantes, y vacaciones de cara a la música, arte, y arquitectura.

En este último punto, hay una Oferta Cultural Única e Intacta, en tanto que la autenticidad de las ciudades Patrimonio de la Humanidad (La Habana, Trinidad, Cienfuegos), su música en vivo y su cultura vibrante siguen siendo un imán poderoso.

Los analistas vuelven entonces al tema del potencial de turismo de naturaleza y sostenible por la biodiversidad excepcional y los paisajes bien conservados del país.

Una de las principales fortalezas del sector es el producto de sol y playa, con destinos como Varadero, Cayo Coco y Cayo Largo del Sur que mantienen su competitividad por la calidad de sus playas y la excelente relación calidad-precio de sus resorts todo incluido, de particular gusto para el mercado canadiense y europeo.

A tales asuntos se agrega el desarrollo de la infraestructura no estatal: El crecimiento de los negocios privados (restaurantes conocidos como Paladares y casas particulares y hostales) que enriquece la oferta gastronómica y de alojamiento.

Pese a esas posibilidades y probabilidades, existe una cartera de desafíos y desventajas, en primer lugar la infraestructura y conectividad, al persistir problemas crónicos de transporte, suministro eléctrico intermitente y baja conectividad a Internet.

Por demás, se mantiene como problemático la accesibilidad aérea y costos. Aunque mejora la oferta de vuelos internacionales aún no recupera su red completa, cuando los costos de los vuelos y paquetes turísticos pueden ser elevados en comparación con destinos caribeños.

Y, por supuesto, es imprescindible tener en cuenta la situación económica interna, compleja sobre todo financiera (con la circulación del peso cubano y el MLC, o el dólar mediante tarjetas), ello genera dificultades de abastecimiento y afecta la disponibilidad y variedad de productos en hoteles y restaurantes.

Este es un punto que las autoridades han abordado en diversas ocasiones, y para resolverlo establecen contratos con proveedores y distribuidores, con la finalidad de enfrentar la falta de alimentos y otros insumos imprescindibles para la hotelería.

A los desafíos entonces se suma la competencia regional ante la competencia de destinos como República Dominicana, México y Jamaica, que suelen tener una infraestructura más desarrollada y una comercialización más agresiva.

POTENCIALIDADES COMO ARMA

El año 2026 se presenta como una oportunidad crucial para Cuba si logra abordar sus puntos débiles.

De ahí que documentos y expertos insisten en la inversión en infraestructura crítica. La esperada llegada de más inversión extranjera, sobre todo en el sector energético y hotelero, podría empezar a mostrar resultados tangibles y en la mejoría de la fiabilidad de los servicios.

El otro aspecto sería posicionamiento como destino Slow Travel y de bienestar, a causa del potencial para captar viajeros interesados en una desconexión digital parcial, bienestar auténtico y conexión con la comunidad local, unido al turismo de reuniones y congresos.

Otro detalle que se encuentra como espada de Damocles sobre el turismo cubano sería la flexibilización de las relaciones con Estados Unidos.

Para algunos estudiosos cualquier gesto de distensión política tendría un impacto inmediato y positivo, facilitar los viajes de ciudadanos estadounidenses y abrir el mayor mercado emisor del mundo, algo que por el momento no se perfila de acuerdo con las constantes presiones de Washington.

Por último, sería apropiado tener en cuenta la capitalización del turismo de cruceros, porque una completa recuperación de ese mercado y la modernización de sus puertos puede convertir a Cuba en un hub clave para itinerarios en el Caribe.

Cuba en 2025 no es el destino de turismo masivo de antaño, sino uno que se reinventa para un viajero más especializado y de cuyo éxito a medio plazo depende su capacidad para mejorar la experiencia en el terreno mediante inversiones estratégicas y navegar en el complejo panorama geopolítico para atraer más visitantes.

Los datos oficiales sobre el turismo en Cuba destacan la existencia de unas 84 mil habitaciones hoteleras, 10 aeropuertos internacionales e igual cantidad de marinas, con tres terminales de cruceros.

Además, en este archipiélago operan 19 gerencias extranjeras de 10 países, para 57 mil 291 habitaciones, de 153 instalaciones, con España a la cabeza y Meliá Hotels International que administra 36 establecimientos, también relevante Iberostar

Esta estructura turística crece constantemente, respaldada por un acervo cultural, arquitectónico y natural con nueve sitios declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

A ello se suman seis Reservas de la Biosfera, 17 manifestaciones de Patrimonio cultural de la nación, cinco Patrimonios culturales Inmateriales de la Humanidad, 227 Monumentos Nacionales, seis Sitios Ramsar (Humedales) y 14 Parques Naciones. Todo ello enriquece las posibilidades de recuperación turística.

arc/tdd/rfc

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