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viernes 22 de noviembre de 2024
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Pedrito

La Habana (Prensa Latina) La lamentablemente conocida frase viene esta vez como anillo al dedo: el periodismo cubano y la intelectualidad nacional, así como nuestra sociedad civil, hemos sufrido la irreparable pérdida de Pedro de la Hoz González, a la relativamente temprana edad de 71 años, cuando estaba dando- y aún le quedaba mucho por dar- lo mejor de sí en su múltiple accionar en favor de las causas populares, nacionales, patrióticas y revolucionarias a las que consagró su vida desde su natal Cienfuegos.

Gustavo Robreño Dolz*, colaborador de Prensa Latina

Periodista de raíz y de pura cepa pudiera calificársele, pues venía de familia de tronco periodístico cuyo camino también escogió. Así llegó al diario 5 de Septiembre en la capital cienfueguera desde su fundación y en el bregar cotidiano de esa publicación recién iniciada se forjó profesional y cívicamente, abrazando las ideas y las banderas que nunca abandonó.

Lo conocí en 1988 a su llegada al Periódico Granma como un profesional maduro y experimentado, aunque aún en pleno desarrollo, cuando ambos estábamos bajo la dirección de Enrique Román, quién desde entonces me anunció de la valiosa adquisición que estábamos haciendo y lo mucho que iba a contribuir, sobre todo desde la redacción cultural.

No se equivocó, y durante más de 30 años, Pedrito fue un puntal de esas páginas en las que demostró elevados valores profesionales y morales que lo llevaron hasta su jefatura por un largo período y compartió con la práctica de un riguroso y talentoso periodismo de opinión sobre los más disímiles temas también desde entonces.

Pero no podemos reseñar las fecunda vida de Pedro de la Hoz sin referirnos a su activa participación desde la sociedad civil cubana, en particular desde la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) donde fue su vicepresidente, y desde la combativa Comisión Aponte contra la discriminación racial, cuando la Revolución le confió la presidencia de esa novel experiencia, donde puso a prueba exitosamente su firmeza e inteligencia, sentido político e interpretación de esa problemática en las condiciones de Cuba, sin concesiones oportunistas ni extremismos baldíos.

Fue un divulgador consecuente y esclarecedor de la política cultural de la Revolución Cubana, sin vacilaciones ni temores, que aportó en un lenguaje comprensivo y útil para el hombre y la mujer de la calle-sin teorizaciones ni academicismos- las verdades en las que creía y defendía.

No descansará en paz, pues sus ideas seguirán en combate.

rmh/grd

*Periodista cubano jubilado. Laboró en diferentes medios de prensa. Director General de la agencia Prensa Latina (1973-1984). Subdirector del diario Granma (1984-2004). Desempeñó cargos diplomáticos en el exterior. Miembro de número de la Sociedad Económica de Amigos del País. Profesor a tiempo parcial del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Asesor de la Oficina del Programa Martiano.

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