Por Jorge Petinaud Martínez
Corresponsal jefe en Bolivia
Aseguró el joven guionista y director a esta agencia de noticias que el documental de 54 minutos La Raíz del Olivo será estrenado oficialmente en diciembre, en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
“El hilo conductor son cinco personas palestinas, quienes viven lejos de la patria y narran sus experiencias ante el recrudecimiento de la injerencia y el genocidio perpetrado por Israel durante más de 76 años”, sostuvo Eguino.
Tales historias de vida, relaciones familiares y de amistad, lutos, infancias aplazadas, sueños y militancia, se entrelazan con la impotencia que les provoca la distancia, pese al apoyo constante que les brinda Cuba, y de su fe en que Palestina será libre, explicó.
Al referirse a los testimonios que discurren en la pantalla, el joven realizador sostuvo que Watan escribe a Handala en busca de fuerza y consuelo, mientras que Omaima conversa con el futuro, sin perder de vista la importancia del pasado y la cultura que las madres transmiten a sus hijos.
Otro testimonio es el de Murid, quien le habla a su difunto abuelo, cuyo recuerdo le estimula a convertirse en médico.
Baylasan, en tanto, comparte su vida en un relato acerca de cómo lucha con sus palabras y estudios, mientras anhela el regreso a la tierra natal y el reencuentro con su familia. Bassel, por su parte, a pesar de las pérdidas de su padre y numerosos familiares martirizados por el sionismo, sostiene que los revolucionarios nunca mueren, se multiplican.
Con Carolina González como asistente de dirección, producción general de Eguino y ejecutiva de Graciela Ramírez, el largometraje filmado completamente en Cuba se basa en una investigación de Eguino, Carolina González y Annalie Rueda.
La obra es una coproducción del Laboratorio Audiovisual Chaski (Bolivia) y Resumen Latinoamericano y del Tercer Mundo (Cuba-Argentina) con la colaboración de Al-Mayadeen en español (Líbano).
En la realización también intervino el Laboratorio de Sonido Choco Records, a raíz de los testimonios y textos de Watan Jamil, Omaima Alkhawaja, Murid Abukhater, Baylasan Rattrout y Bassel Salem.
Hasta ahora me había dedicado a hacer mucho trabajo para televisión en forma de reportajes y docurreportajes”, declaró Eguino a Prensa Latina.
Al respecto, consideró que este documental significa un punto de inflexión en el sentido de que es un proyecto mucho más cinematográfico que lo realizado hasta el presente.
“Yo estudié cine -destacó Eguino-, aspiro a dirigir obras de ficción, y este documental me permitió jugar con algo que es la no ficción. Si bien todo está basado en hechos reales, el mismo modo en que tratamos los testimonios me permitió dramatúrgicamente una mayor intensidad en el mensaje”, describió.
Precisó que los cinco entrevistados hablan árabe y español, pero su castellano no es el mejor, y entonces se recurrió a una dinámica menos común dentro de los documentales expositivos.
Se recopilaron los testimonios de todos ellos, con una duración de varias horas, y sobre esa base el director les pidió escribieran una carta a personas palestinas, que comentaran cómo transcurre su día a día, que hicieran públicos poemas o compartieran una correspondencia
ya existente.
“A partir de esa materia prima se confeccionó el guion”, confesó el realizador.
Advirtió que se trata de un documental porque todo está basado en la realidad, pero tiene dispositivo de la ficción, porque todos los testimonios fueron reorganizados en función del relato y el discurso, y fueron esos los momentos potenciados.
Insistió Eguino en que los testimonios recopilados fueron contrastados con personas, con la tierra, con personajes ficticios, y así se engranó la historia narrada en el documental.
ROMANTIZACIÓN DE LA COTIDIANIDAD
El joven director describió que en las imágenes intentaron aplicar una técnica que se utiliza mucho en las redes sociales y que denominó romantización de la cotidianidad, sin dejarlo en la banalización característica de estos portadores comunicacionales.
Más que la sensación poética -subrayó el cineasta-, buscaron dentro de la cotidianidad de los personajes, aquellos elementos que pueden servir como metáfora visual dentro de la narración.
“Tuvimos la opción de grabarlo tanto en árabe como en español, y, de hecho, el documental está completo en árabe, lo cual es una manera también de reivindicar la cultura del pueblo palestino”, consideró.
Eguino opinó que pequeños detalles como los libros de las casas de los entrevistados, acciones cotidianas como sembrar una planta, preparar el té o caminar por La Habana Vieja son acciones que eligieron del diario quehacer de los personajes, y al final crean una metáfora visual muy fuerte cuando hablan de su tierra, de su cultura y sus tradiciones.
“Estas costumbres que podrían parecer carentes de contenido pasan a tener un valor muy fuerte en el material”, acotó.
Recordó que la acción de uno de los entrevistados con más años, Bassel, fue preparar un té, pero al cerrar su episodio, habla de esta infusión, la importancia que para él tiene y por qué lo sigue preparando con una planta que se llama Maravilla, la cual significa la de la Virgen María.
“Es una planta que solo se da en Palestina -subrayó Eguino-, y por eso toma Maravilla siempre que puede para sentir el contacto con su tierra, recordarla y darse la esperanza de que algún día será libre”.
Comentó el cineasta a Prensa Latina que enfatizaron en lo metafórico porque desde el inicio de las masacres sionistas en Gaza el 7 de octubre de 2023, se tiende en los medios y en las redes a ver a las víctimas de este conflicto como cifras.
“Sin embargo -advirtió-, es importante, y ese es nuestro objetivo, hacer notar que cada numerito es una persona con una historia, con una vida, con sueños, aspiraciones; por eso el centrarnos tanto en la cotidianidad hace que el espectador sienta una empatía hacia quienes brindan estos testimonios”.
FESTIVAL DEL NUEVO CINE LATINOAMERICANO
Informó Eguino a esta agencia de noticias que el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano este año tendrá una sección dedicada a Palestina, en la cual se estrenará oficialmente La Raíz del Olivo.
“Lógicamente, antes estaremos realizando algunos preestrenos en Cuba y en Bolivia, así como enviar el documental a algunos festivales, pero el más importante para nosotros es el de La Habana”, insistió.
“Un factor que nos motiva -abundó el realizador-, es que en todas las entrevistas resalto la importancia de Cuba como ejemplo, como una razón más para tener fe”.
“De hecho, un poema que cierra el documental expresa que no es tiempo de hablar de los mártires y que no se puede sufrir a pesar de estarse desangrando porque nada de eso es suficientemente grave mientras Cuba esté de pie, pues siempre ha sido solidaria y ha estado
junto a Palestina y para ella es un ejemplo”, recordó.
Eguino regresó de Cuba a Bolivia para impartir clases de cine y realizar en el país altiplánico varios proyectos audiovisuales. “Próximamente comenzaré a trabajar con el Grupo Ukamau, del maestro Jorge Sanjinés, donde impartiré clases de dirección y guion”, informó.
Anticipó que entre los proyectos audiovisuales que prevé en Bolivia junto a Carolina González, figura una obra de ficción cuyo tema central es la intolerancia en las esferas racial, sexual, cultural y de diferentes idiosincrasias que, al final, son las que conforman a la nación andina amazónica.
arb/jpm