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viernes 27 de septiembre de 2024
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ESCÁNER: El legado de la Antigua Roma (+Fotos)

Roma (Prensa Latina) En el Circo Máximo, construido hace casi tres milenios, se celebró el 21 de abril de este año el aniversario 2777 del surgimiento de la Antigua Roma, una de las civilizaciones más influyentes en el desarrollo de la humanidad.
Por:
Oscar Redondo
Corresponsal en Italia

En la fundación de la ciudad de Roma convergieron tribus latinas, sabinas y etruscas, y sus primeros habitantes se asentaron en siete colinas: Celia, Capitolina, Esquilina, Viminale, Quirinale, Palatina y Aventina, ubicadas en la confluencia entre el río Tíber y la vía Salaria, a 28 kilómetros del mar Tirreno.

La formación de la cultura romana fue el resultado de la interacción entre estas diversas poblaciones, así como de la influencia de los colonos griegos que habitaron la denominada Magna Grecia, al sur de la península itálica y en la isla de Sicilia.

La historia de la Antigua Roma se dividió en tres etapas, según sus formas de gobierno, comenzando por la monarquía que se extendió entre los años 753 y 509 antes de nuestra era (a.n.e.), cuando la ciudad-estado de Roma fue gobernada de forma consecutiva por siete reyes elegidos por el consejo de ancianos.

Desde el 509 hasta el año 27 a.n.e. se instauró la República y el gobierno pasó a estar a cargo de altos magistrados electivos como los cónsules, y del Senado, compuesto inicialmente por patricios y luego también por plebeyos, quienes además tenían representación en el cargo del Tribuno de la plebe.

Conquistó con su ejército a los diversos pueblos que habitaban la península itálica, tras lo cual entre los años 264 y 146 a.n.e. enfrentó a Cartago, imperio del norte de África fundado por poblaciones fenicias, y tras derrotarlo Roma se convirtió en la gran potencia del Mediterráneo.

El imperio, desde el año 27 a.n.e. hasta el 476 de nuestra era (d.n.e) se caracterizó por un gobierno unipersonal y autocrático, en el cual el poder residía en la persona del emperador, cuyas decisiones no estaban sujetas a leyes.

En el año 117 d.n.e. el Imperio Romano alcanzó su máxima extensión y llegó a controlar casi todo el continente europeo, la costa mediterránea de África, así como las zonas habitadas del Cercano Oriente.

Su frontera norte estaba marcada por los ríos europeos Rin y Danubio, mientras la occidental llegaba hasta el océano Atlántico, la oriental era limitada por los mares asiáticos Rojo y Negro y la frontera sur por el desierto de Sahara, en África.

El término civilización romana alude, de tal forma, a la sociedad, cultura e infraestructuras que se crearon a lo largo de la historia de una pequeña aldea que llegó a convertirse con el tiempo en el imperio más amplio y poderoso del mundo, hasta su caída, en el año 476 d.n.e., fecha que marcó el fin de la Edad Antigua en Occidente.

Hizo enormes aportes que perduran en el mundo actual, en los campos del derecho, la política, la cultura y las construcciones, entre otros muchos.

El derecho romano, de estudio obligado por los juristas actuales, fue una de las más destacadas contribuciones de esa civilización a la actualidad, con sus normas y matices.

Ese ordenamiento jurídico que rigió a los ciudadanos de la Antigua Roma, se caracterizó por su gran complejidad, aplicabilidad práctica y calidad técnica, y es la base de la mayor parte de los códigos civiles contemporáneos.

Estableció la división entre derecho público y privado, que aún perdura en nuestros días, y actuales ramas como las del derecho penal, el tributario o el administrativo existieron en la Antigua Roma.

La sociedad romana estuvo, por otra parte, muy politizada, fruto de la influencia griega, y una de sus innovaciones fue la institución del Senado, a partir de las asambleas helenas, el cual se convirtió en la principal institución de la República, donde el poder se dividía entre el mismo, el pueblo y los magistrados.

Otro novedoso concepto romano fue la res pública, base de lo que actualmente se conoce como bien común, que amparaba las decisiones estales y justificaba los perjuicios a las personas en favor del beneficio de la mayor parte de la comunidad.

La aplicación de la res pública permitió el desarrollo de infraestructuras y la búsqueda del beneficio colectivo por parte de las entidades, principio que marcó el funcionamiento de esa sociedad clásica.

Roma fue el primer imperio que estableció un sistema para circular información entre su pueblo, denominado Acta Diurna, hojas con noticias escritas a mano sobre acontecimientos políticos, juicios, campañas militares y ejecuciones, entre otros temas, publicaciones antecesoras de los actuales periódicos.

Es destacada la trascendencia que tuvo la evolución del latín, idioma indoeuropeo de los antiguos romanos originario del Lacio, del cual derivan lenguas romances como el italiano, el español, el francés, el portugués y el rumano, además del creole haitiano, el catalán/valenciano y el gallego, que hoy hablan más de mil 500 millones de personas.

También en tiempos de la Antigua Roma, durante el período de la República, se estableció el calendario juliano, con siete días de la semana y 12 meses en el año, ideado por Julio César, base del actual calendario gregoriano, que posteriormente incorporó el año bisiesto.

Resultaron significativas las contribuciones realizadas en el campo arquitectónico, con construcciones caracterizadas por su monumentalidad y utilidad pública, como sus circos, teatros, anfiteatros, termas, carreteras, foros, basílicas, arcos, plazas, mercados, baños públicos, acueductos, viaductos, puentes y alcantarillados, cuyos restos perduran aun en diversos confines del antiguo imperio.

Sus redes de alcantarillado basadas en canales transportaban mediante agua los desechos hacia los ríos más cercanos, entre los cuales resaltaba el construido en la ciudad de Roma.

También sobresalieron los acueductos para abastecer de agua a las ciudades que tenían deficiencias hídricas, edificados principalmente como una sucesión de arcos de medio punto, que conformaban generalmente dos alturas.

Una vez que el agua llegaba a esas urbes, se almacenaba en grandes embalses y se distribuía mediante una red, con un sistema al que se conectaban los baños públicos, las fuentes, los inodoros y las villas privadas. Aunque las diferencias con los actuales acueductos son marcadas, la idea sirvió de base.

Para realizar esas obras desarrollaron el hormigón, material imprescindible en las construcciones modernas, que en esos tiempos se conformaba con una combinación de rocas volcánicas o tobas, lo cual aumentaba la durabilidad.

Muchas de esas impresionantes edificaciones, construidas hace miles de años, como el Panteón de Agripa y el Anfiteatro Flavio, también conocido como Coliseo, se encuentran entre los monumentos de la Antigua Roma que nos maravillan en estos días, orgullosos testigos del legado de esa gran civilización.

arb/ort

Colaboraron en este trabajo:
Amelia Roque
Editora Especiales Prensa Latina
Alberto Salazar
Jefe de la Redacción Asia y Oceanía
Laura Esquivel
Editora Web Prensa Latina
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