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miércoles 18 de septiembre de 2024
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ESCÁNER: Ecos del Valle del Indo (+Fotos +Info +Video)

Nueva Delhi (Prensa Latina) La Civilización del Valle del Indo, una sociedad floreciente durante el Período de la Edad de Bronce de la India, fue una de las primeras comunidades urbanas que surgieron y prosperaron en el planeta.
Por:
Livia Rodríguez Delis
Corresponsal jefa en India

Entre los años 2600 y 1900 antes de nuestra era (A.N.E.), la también conocida como Civilización Harappa, por los primeros descubrimientos en el territorio que llevaba ese nombre ubicado en lo conocido hoy como Punjab, en Pakistán, abarcó alrededor de un millón 200 mil kilómetros cuadrados que incluyó asimismo el oeste y el noroeste de la India y parte de Afganistán.

Con el avance de las investigaciones, se demostró que ambos nombres son insuficientes para demostrar su grandeza y comprender su cultura en todo su esplendor.

La civilización del valle del Indo o Harappa es una de las antiguas más importantes de la historia de la humanidad, aseguró a Prensa Latina el profesor Saifuddin Ahmad, del departamento de Historia, de la Facultad de Ciencias Sociales, en la Universidad de Delhi.

Si bien es una de las más antiguas, no es preciso describirla como la madre de la civilización antigua en un sentido literal, pero si fue la más extendida, acuñó.

Otras como Mesopotamia, el antiguo Egipto y las de China se desarrollaron de forma independiente en torno al mismo período o incluso antes; no obstante, la del valle del Indo contribuyó de forma única a la historia de la humanidad, opinó el investigador.

En particular, destacó el progreso en la planificación urbana avanzada, la arquitectura impresionante y el sistema de drenaje eficiente que, en cierto modo, precedió a los de la antigua Roma.

Ahmad agregó que la civilización del valle del Indo también fomentó el comercio con regiones como Mesopotamia, lo que demuestra conexiones de largo alcance, y también desarrolló el primer sistema preciso de pesas y medidas estandarizadas.

Aunque no se puede decir que sea el único punto de origen de todas las demás civilizaciones a nivel mundial, la del valle del Indo fue, sin dudas, una de las fundacionales de la humanidad, remarcó.

Orígenes y etapas harappas

A fines de 1829, James Lewis, un desertor del ejército británico, mientras vagaba por las zonas de Punjab (Pakistán) halló cúmulos pertenecientes a la otrora civilización y pensó que correspondían a restos de la guerra de invasión de Alejandro Magno en el subcontinente, en el siglo IV A.N.E.

Posteriormente, otros arquitectos de la época visitaron el sitio arqueológico como el teniente Alexander Burnes en 1833, quien, según fuentes especializadas, fue el primero en publicarlo poco tiempo después.

No obstante, los expertos indios atribuyeron el descubrimiento de la aún misteriosa civilización a los nacionales Rai Bahadur Daya Ram Sahani y Devadatta Ramakrishna Bhandarkar, un arqueólogo y epigrafista, quien trabajó con el Servicio Arqueológico de la India.

Gregory Louis Possehl (1941 -2011), un eminente antropólogo, profesor y curador de la Colección de Asia de la Universidad de Pensilvania, enumeró más de dos mil 500 asentamientos de diversos tamaños que formaban parte de la civilización en sus momentos de mayor auge, de los cuales solo un centenar ha sido investigado.

Hasta el momento, se conoce que atravesó tres fases: la formativa que se caracteriza por la vida agrícola sedentaria de la etapa nómada anterior y marcaba el comienzo de una civilización de tan amplia escala.

Luego la etapa de madurez, con su elaborada planificación y características urbanas y el reemplazo de la diversidad primitiva por la uniformidad cultural y, por último, el periodo tardío o de declive.

Signos de desarrollo

Aun cuando la civilización del Indo tenía características complejas y sofisticadas con variantes regionales, los expertos, entre ellos Possehl, coincidieron en los elementos comunes que los enlazaron como escritura en sellos bien diseñados de alta calidad y cuidadosamente elaborados con motivos animales.

También, la aparición de un sistema de pesas y medidas ampliamente utilizado, el uso de una amplia variedad de materiales como el corpus cerámico, nuevas formas de arte y crecimiento estilístico y el estilo característico de pintura de Harappa en negro sobre engobe rojo.

De igual modo, las tendencias centrales como la estratificación social, el aparente surgimiento del Estado y la diferenciación política, la especialización de los oficios y las profesiones, la creación de ciudades y una nueva forma de regulación social.

Conocido es que la civilización del valle del Indo fue muy prominente en el comercio, existe evidencia del cultivo de cosechas a mayor escala de guisantes, semillas de sésamo, dátiles y algodón.

Una de las características significativas resulta la eficiente planificación urbana con calles bien definidas, una alta muralla, puertas de la ciudad, un foso, desagües cubiertos con ladrillo o piedra conectados con las plataformas de baño y letrinas de casas particulares.

Aunque no todos sus territorios, muchos de estos dependían del río Indo, que se desbordaba todos los años, inundando extensas zonas y depositando suplementos fértiles.

Los graneros encontrados en algunos de los territorios sugieren claramente que se producían cereales en grandes cantidades a fin de satisfacer las necesidades inmediatas de la gente y alcanzaban para hacer frente a cualquier emergencia.

Los cereales favoritos eran el arroz, el trigo y la cebada, y también se cultivaban variedades de mijo, guisantes y frijoles, dátiles, variedades de legumbres, sésamo y mostaza.

Fragmentos de tela de algodón encontrados en Mohenjo-Daro y otros sitios muestran que también producían algodón al menos a dos mil años antes de la fase madura de la Civilización.

Junto con las numerosas figurillas y sellos grabados, se encontraron numerosos malacates de lana y algodón grueso, y algunas agujas de coser, de cobre.

El conocimiento actual sobre los trajes indios primitivos se basa en el estudio de las figuras esculpidas y los sellos grabados encontrados en los yacimientos del valle del Indo, en los cuales se representan a hombres y mujeres con telas sin coser que cubren el cuerpo y una variedad de prendas cosidas como túnicas, capas, faldas sencillas y pantalones.

Una de las estatuas descubiertas en Mahenjodaro es el busto de un hombre que generalmente se considera un sacerdote, aunque puede ser un noble o incluso una deidad.

Su apariencia majestuosa se crea en parte por la expresión meditativa y en parte por el drapeado formal de su túnica o chal estampado que debe haber evolucionado a partir de una tradición sartorial definida.

También, de una estatuilla de bronce de una bailarina, cuyo cuerpo está adornado con una profusión de joyas.

Si bien la desnudez o el uso mínimo de ropa a menudo se asocia con las culturas primitivas o subdesarrolladas, la prenda sin coser se usaba en el entorno urbano sofisticado y siguió siendo la forma de vestimenta aristocrática preferida a lo largo de la historia de la India.

Del esplendor al ocaso

Han encontrado modelos de arado de madera, evidencias de domesticación de un gran número de animales como ovejas, cabras, búfalos machos, elefantes, camellos, cerdos, perros y gatos y del empleo de la caza para la alimentación.

La producción agrícola intensiva y el comercio a gran escala desempeñaron papeles importantes en la economía general de los pueblos del Indo, cuyos habitantes comerciaban con productos agrícolas, y materias primas industriales como minerales de cobre, piedras preciosas y semipreciosas.

Además, vendían o compraban ollas y sartenes, armas, cuentas, colgantes, amuletos, y adornos de oro y plata en varias áreas.

Excavaciones revelaron la existencia de grupos especializados de alfareros, constructores, fabricantes de ladrillos, cortadores de sellos, fabricantes de cuentas y trabajadores del cobre, bronce, piedra y otros materiales.

Para el movimiento de mercancías de un lugar a otro por tierra, los comerciantes utilizaban carros guiados por ganado y por mar un barco sin mástil, según representaciones en varios de los miles de sellos encontrados en las ruinas.

Durante la fase Harappa se desarrolla el comercio exterior en la búsqueda de materiales que no se encontraban en el territorio para la élite.
La mayoría de los sellos tienen grabados búfalos, toros, tigres, elefantes, rinocerontes, peces y cocodrilos; sin embargo, la escritura no ha sido descifrada.

En cuanto a la industria adornaban sus cuerpos con ricos ornamentos de plata, oro, marfil y piedras preciosas, empleaban el cobre para armas, utensilios y herramientas, incluyendo hachas, hacían útiles de barro de una gran variedad de formas y combinaban agricultura, metalurgia y alfarería.

Las causas de la decadencia o el fin de la gran civilización en el valle del Indo es un gran campo de investigación para los arqueólogos, pues no existe una opinión unánime sobre los factores que provocaron su declive.

Se han postulado varias teorías como la emigración de otros pueblos o invasión extranjera, el fin del comercio con Egipto o Mesopotamia, el cambio climático, la reducción de las precipitaciones, la ocurrencia de terremotos, el cambio del curso de ríos y la explotación excesiva de los recursos naturales.

Aunque la civilización de Harappa desapareció hace miles de años, su legado cultural y tecnológico influyó en otras culturas antiguas y modernas. Por ejemplo, se cree que la escritura pudo incidir en el desarrollo de la de Mesopotamia, y su urbanismo avanzado como modelo para otras civilizaciones antiguas en Asia.

El legado cultural de Harappa sigue siendo relevante en la India y Pakistán, modernos como en la artesanía y la moda en la región.

arb/asg/lrd

Colaboraron en este trabajo:
Amelia Roque
Editora Especiales Prensa Latina
Alberto Salazar
Jefe de la Redacción Asia y Oceanía
Laura Esquivel
Editora Web Prensa Latina
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