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viernes 21 de junio de 2024
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ESCÁNER: Brasil envejece como Europa (+Fotos +Video)

Brasilia (Prensa Latina) Brasil está más viejo y figura en la categoría de países con ancianidad moderada, en la que las tasas de fecundidad y mortalidad se despeñan cual cataratas.
Por:
Osvaldo Cardosa
Corresponsal jefe en Brasil

Actualmente se mantiene una proporción importante de jóvenes, pero el segmento de personas añosas comienza a aumentar en una densidad poblacional cercana a los 204 millones de habitantes.

En unos 20 años, la sociedad brasileña será considerada envejecida.

Los números no mienten. Datos del Censo de 2022 revelaron una nueva configuración: la proporción de longevos con 65 años o más alcanzó la marca del 10,9 por ciento, mientras que la de niños y jóvenes, hasta 14 años, se desplomó para un 19,8.

Con lo anterior, el gigante sudamericano avanza en la mutación demográfica hacia el envejecimiento observado en países europeos, en los cuales un 21 por ciento de sus habitantes tiene más de 65 años.

Para el portal Brasil de Fato, la pirámide de edad en esta inmensa nación, que presentaba una base ancha, acortó y tomó la forma de gota con la ampliación de la parte superior.

En 12 años, la euritmia de ancianos pasó de 14 millones a 22 millones de habitantes. En 2010, sumaban un 7,4 por ciento de la población.
Tal cifra era aún menor en 1980: solo un cuatro por ciento de los nacionales tenía 65 años o más.

Mientras, el total de jóvenes hasta 14 años se redujo en 5,8 millones de individuos. En el censo anterior, sumaban un 24,1 por ciento de la población.

“El envejecimiento de la población en Brasil caracteriza la actual y significativa transición demográfica, y dos son las razones principales”, afirmó de forma exclusiva a Escáner de Prensa Latina el reputado profesor Marcio Pochmann, presidente del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Primeramente, explicó, “la caída en la tasa de fecundidad de las mujeres hace aumentar la tasa de dependencia del total de la población anciana (60 años o más de edad) cuando se relaciona con el conjunto de los niños y adolescentes (menos de 14 años)”.

Por otro lado, prosiguió el economista e investigador, “la elevación en la expectativa media de vida de los brasileños resulta de la caída en la tasa de mortalidad, indicando cuánto más vive la población”.

En el caso del desplome de la fecundidad, estadísticas del IBGE lo atribuyen a la mayor escolarización de las mujeres.

Desde la década de 1960, el acceso a la educación se amplió con la masificación de la enseñanza universitaria. Además,ocurrió la diseminación de métodos anticonceptivos, como la píldora, y las mujeres pasaron a aplazar la maternidad.

La fecundidad fue de 6,28 hijos por mujer en 1960, a 1,9 en 2010, y 1,76 en 2021. En 50 años, la caída de esa tasa fue del 70 por ciento, según el instituto.

ENVEJECIMIENTO Y SECUELAS

Estudios aseguran que, entre las principales consecuencias económicas del envejecimiento de la población, aparecen los cambios en el mercado laboral (reducción del crecimiento o incluso disminución de la oferta de trabajadores) y su impacto en el crecimiento económico.

Una sociedad envejecida apunta a cierta gerontocracia, en una desestructuración social, en un alud en las tasas de productividad y progreso, lo cual suscita dudas en términos de sostenibilidad del desarrollo.

Otros entendidos alegan que el envejecimiento trae problemas como la posibilidad de faltar jóvenes en el mercado de trabajo, lo cual eleva incluso el costo de la mano de obra generando problemas económicos y la subida en los costos de la previsión social y gastos en salud.

De la misma forma, cuando había predominio de niños, adolescentes y jóvenes en el total de la población, la preocupación en la agenda pública era con la educación y salud, pero el envejecimiento requiere innovaciones en el conjunto de las políticas públicas, admitió Pochmann a Escáner.

Esto se debe, detalló, a que el envejecimiento presupone impulsar la economía de los cuidados y de calidad de vida, sobre todo para quienes llegan a los 60 años y pasan a ser adultos mayores.

“De ahí la importancia de que los sistemas de previsión social y salud estén asegurados por el dinamismo económico, justamente en la fase en que la población en edad de trabajo está disminuyendo relativamente”, apuntó.

Interrogado sobre si las mujeres envejecen más y si esto condiciona el flagelo, el timonel del IBGE expresó que el envejecimiento es un fenómeno general en la población brasileña, aunque marcado por inmensas desigualdades.

“Las personas blancas viven más y mejor que las no blancas. También la esperanza de vida para las mujeres es superior a la de los hombres”, reconoció.

Certificó, además, que “las mujeres tienen cromosomas XX con más genes para prolongar la vida más que los hombres, en general, la calidad de vida y la incidencia de muertes violentas contribuyen a explicar por qué ellos tienden a vivir menos que las féminas”.

POLÍTICAS PÚBLICAS PARA MITIGAR SITUACIÓN

Las políticas públicas de empleo para las personas de edad avanzada pueden mitigar los efectos negativos del envejecimiento sobre el mercado laboral y permitir la permanencia y reinserción de los ancianos en el mercado laboral brasileño.

Algunos especialistas abogan, entre otras iniciativas, tener una mayor planificación familiar, ascendentes inversiones en los servicios de previsión, mejores políticas de asistencia social y de ayuda a las personas mayores.

De igual manera, incluir a ciudadanos de edad avanzada en el mercado laboral adaptado, generar renta al anciano e instalar una adecuada política de prevención de enfermedades.

La transición demográfica es inexorable, según indican estudios especializados sobre el tema. Esto no significa que no se pueda hacer nada en términos de políticas públicas, especialmente demográficas, manifestó el científico.

Punteó que se “requiere saber las razones por las cuales las mujeres brasileñas están teniendo menos hijos para poder ofrecer, por parte de políticas públicas, iniciativas innovadoras y más adecuadas”.

Añadió que también existen alternativas a las políticas migratorias que pueden reducir la tasa de dependencia de la población de edad avanzada.

Según datos del Ministerio de Salud, en 2016 Brasil tenía la quinta mayor población de ancianos del mundo y, en 2030, el número de longevos superará el total de niños entre cero y 14 años.

Al respecto, el acreditado académico comentó que los indicadores sobre el envejecimiento en Brasil no son inéditos en comparación con el mundo, pero revelan la rapidez con que eso viene ocurriendo en el país.

“El desconocimiento de las razones por las que las mujeres tienden a tener menos hijos puede obstaculizar la mayor efectividad y eficacia de las políticas públicas”, asentó.

Al mismo tiempo, continuó, “parece caber un reavivamiento de las actuales políticas de atención y salud, lo cual podría permitir la elevación en la calidad de vida, así como reducir las enormes desigualdades que marcan el envejecimiento del pueblo brasileño”.

Sobre la preparación del Gobierno del presidente LuizInácio Lula da Silva para hacer frente a esta población envejecida en 2030, Pochmann relató a Escáner que esta administración “se ha caracterizado por la profunda sensibilidad y compromiso con la atención y la elevación en la calidad de vida de los brasileños”.

Pormenorizó que, en su tercer mandato, Lula recibió como herencia del Ejecutivo pasado,  del exmandatario Jair Bolsonaro, la destrucción de varias políticas públicas que han sido objeto de reconstitución.

“A partir de esto, innovaciones deben ser realizadas, justamente cuando el desafío del envejecimiento se presenta creciente en el país que aún sufre los males del subdesarrollo”, subrayó finalmente.

arb/to/ocs

Colaboraron en este trabajo:
Antonio Rondón
Jefe Redacción de Europa
Amelia Roque
Editora Especiales Prensa Latina
Laura Esquivel
Editora Web Prensa Latina
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