Por Adis Marlén Morera
Redacción de Cultura
Multiplicidad de colores y ritmos se hicieron eco este 2024 en el público cubano, y entre premios y festivales hubo quien tiró su pasillo, mientras otros honraron la herencia o abrazaron la dicha del arte que los convocó.
PA’QUE FLUJAZZ A NUESTRO RITMO
Entre el 21 y el 28 de enero, las provincias de La Habana y Santiago de Cuba acogieron la edición 39 del Festival Internacional Jazz Plaza, un certamen que brilló junto a la actuación de notables figuras, entre ellas, su principal artífice Bobby Carcassés, Premio Nacional de Música en 2012.
Momento de lujo devino la presentación de los pianistas cubanos radicados en Estados Unidos Arturo O’Farrill e Ignacio «Nachito» Herrera, también la de otros artistas y músicos provenientes de 21 países, de ellos, 92 intérpretes estadounidenses y 66 agrupaciones internacionales.
Bajo el slogan Pa’que flujazz a nuestro ritmo, el festival homenajeó el 75 aniversario del Ballet Nacional de Cuba y el 60 de la orquesta Original de Manzanillo, liderada por Wilfredo «Pachi» Naranjo; también a los virtuosos Bola de Nieve, Miguelito Cuní y César «Pupy» Pedroso.
Además, celebró los 50 años de vida artística del maestro Joaquín Betancourt, Premio Nacional de Música en 2019, y los 15 de la Jazz Band. En tanto la gala de clausura reservó un espectáculo sin precedentes: la alianza entre el pianista Roberto Fonseca, director artístico del evento, y el Ballet Nacional de Cuba, Patrimonio Cultural de la Nación.
PARA GUSTOS, MELODÍAS
Nuevas melodías animaron al público bailador y a quienes simpatizan con los formatos corales, también a esos príncipes enanos que convidan a creer en imposibles, de los que emanan sueños, alegrías y esperanzas.
De manera que el esplendor propio de los grandes eventos dio la bienvenida al VIII Festival Internacional de la Salsa, en el que participaron intérpretes y agrupaciones como Los Van Van, Manolito Simonet y su Trabuco, Alexander Abreu y Havana D’ Primera, Haila María Mompié, Issac Delgado, Maykel Blanco y su Salsa Mayor, entre muchos otros.
El evento evocó los 60 años de fundada la Original de Manzanillo y promovió la enseñanza artística a través de talleres y clases magistrales.
Otras celebraciones prestigiaron la escena en Cuba este 2024: el XV Festival Internacional de Coros «CorHabana» y el V Encuentro Internacional de Artes para las Infancias «Corazón feliz».
La primera tuvo entre sus invitados especiales al Coro Nacional de Cuba, la Sinfonietta Duchesne Cuzán, la Orquesta del Lyceum Mozartiano de La Habana, la Banda Nacional de Conciertos y el Festival Singers Choir, de Estados Unidos.
Presidida por la Premio Nacional de Música Digna Guerra, la cita homenajeó el 505 aniversario de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana y el quinto de haberla nombrado Ciudad Creativa en el apartado de música. Agrupaciones corales y figuras con una obra de elevado vuelo artístico resultaron igualmente agasajadas.
Dedicado al cuidado del medio ambiente, al teatro con títeres y a la música para niños compuesta por el cantautor Silvio Rodríguez, Corazón feliz reservó conciertos, espectáculos, sesiones teóricas, presentaciones de libros y el collage más grande del mundo, iniciativa de la ilustradora argentina Estrellita Caracol.
Sembrar valores, rescatar la identidad nacional y latinoamericana, así como promover una cultura de paz en los infantes es el propósito del encuentro internacional.
El 38 Festival de Música Contemporánea de La Habana y el III Festival Cultural con Cubanos Residentes en el Exterior «Cuba va conmigo» también hicieron gala de sus propuestas armónicas.
Si bien este último abarca todas las expresiones del arte, es importante destacar la entrega de la Distinción por la Cultura Nacional al virtuoso guitarrista Reynier Mariño, entre los más sobresalientes cultivadores de la música flamenca.
CUBADISCO: HONRAR LA EXCELENCIA MUSICAL
Dedicada a la música campesina y a Colombia como país invitado de honor, la edición 27 de la Feria Internacional de la Industria Musical «Cubadisco» contó con la participación de artistas cubanos y otros provenientes de naciones como Alemania, Francia, Portugal, Brasil, Hungría, España, Argentina y México.
En esta fiesta del disco cubano, que honra la excelencia en la creación musical, se alzó con el Gran Premio el pianista y compositor Frank Fernández por la obra “Beethoven. Conciertos para piano”, con la colaboración de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro Enrique Pérez Mesa.
El fonograma del Premio Nacional de Música en 2005 conquistó además los galardones en las categorías de Solista concertante, de Diseño gráfico (Osmel Lorenzo) y de Notas musicológicas (Jesús Gómez Cairo).
Otro de los momentos que conmovió al auditórium en la ceremonia de clausura fue cuando la diva del Buena Vista Social Club, Omara Portuondo, recibió el Premio a la Obra de la Vida por su álbum “Vida”, premiado en la edición 24 de los Grammy Latinos, en la categoría de Mejor Álbum Tropical Tradicional.
Cubadisco confirió varios lauros internacionales, reconoció la trayectoria de personalidades e instituciones y dio a conocer los ganadores en las distintas categorías.
Convertido en una gran festividad discográfica, el encuentro evidenció la riqueza artística de dos pueblos hermanos y reafirmó los caminos de colaboración que nos conectan con nuestras raíces y con ese legado común, así lo consideró, en la gala inaugural, la socióloga colombiana y especialista en Escrituras Creativas, Xiomara Suescún.
SONORIDADES PROPIAS DEL TERRUÑO
Conciertos, encuentros teóricos y momentos en los que primó el buen arte y la sensibilidad de los artistas con el público, identificaron al XXI Festival Piña Colada en abril, en la central ciudad de Ciego de Ávila, con la presencia de artistas de Panamá, República Dominicana, Puerto Rico y el país anfitrión.
En esa urbe y en el municipio de Morón, subsede del evento, notables músicos como Arnaldo y su Talismán, Buena Fe y Laritza Bacallao, entre otros, fusionaron talento con los invitados internacionales.
La cita acogió además la octava edición del Simposio Música y Juventud con talleres, conferencias, clases prácticas y presentaciones de jóvenes creadores.
La puesta en escena Fátima y el Parque de la Fraternidad, interpretada magistralmente por Ray Cruz, y la cruzada cultural por las comunidades, integrada por reconocidos músicos y actores, cautivaron también al público avileño.
En otras provincias no faltó la alegría y la melodía que las distingue y así lo evidenció el IV Festival Varadero Josone; Rumba, Jazz & Son, celebrado en uno de los destinos turísticos más importantes del Caribe; el V Festival Internacional Camagua Folk Dance, en Camagüey; y el VIII Festival Chocolate con Café, en Guantánamo, entre otros.
Sin lugar a dudas, cada cubano lleva en la sangre las sonoridades propias de un terruño que, entre múltiples satisfacciones, atesora la de considerarse Isla de la Música.
arb/mml/amr