Por Daimarelys Pérez
Redacción de Cultura
En entrevista exclusiva con Prensa Latina, Vega Miche mostró orgullo al hablar de la Cinemateca de Cuba, sobre todo, de los carteles cubanos del cine, como la joya directa para que el público tenga referencia de un determinado filme. La categorización de Memoria del Mundo para este bien cultural del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) favoreció la respuesta a una pregunta que en un momento planteé con respecto al resguardo y conservación de los carteles, precisó la especialista.
En concreto lo que podemos hacer es crear un lugar donde se acojan los carteles y se aproveche el espacio para todo el movimiento del diseño, relató la experta al recordar los días en los cuales comenzó a gestarse la idea del centro para archivar los afiches.
Fueron jornadas intensas, lanzamos una campaña a través de la cual hicimos proyecciones, talleres, conferencias, clases y emprendimos con los jóvenes todo un movimiento relacionado con el cartel para exhibir periódicamente estas obras, tanto las antológicas como las más actuales, declaró.
Vega Miche se ha desempeñado también como curadora en exposiciones de carteles cubanos de cine en la isla y en el extranjero, es coautora de libros sobre el tema y muchos textos suyos forman parte de publicaciones, como catálogos y revistas.
Al cartel cinematográfico cubano se le considera Patrimonio Cultural de la Nación y por sus evidentes méritos artísticos está inscrito en los Registros Nacional y Regional del Programa Memoria del Mundo de la Unesco.
Mucho deben estos reconocimientos al tesón de Vega Miche durante años para que esa expresión de la gráfica cubana perdure y ocupe su correspondiente lugar dentro de las artes visuales del país.
De ese empeño surgió una de las más importantes exposiciones presentadas en Cuba: “La memoria diseñada. Carteles Icaic 1960-2017”, de la cual fue curadora. En una entrevista anterior, esta conocedora y enamorada de la cartelística nacional atribuyó el auge del cartel cinematográfico de los años 60 a los cambios de aquellos años, tras el triunfo de la Revolución cubana en 1959.
Pasaron muchas cosas, se crearon instituciones nuevas, como el Icaic, y la cultura de la isla tuvo una continuidad diferente bajo las coordenadas económicas, políticas, sociales y culturales de esa época, expresó.
Así se decidió la inclusión de un cine en pequeña escala hasta entonces, agregó Vega Miche; y la dirección del Icaic en aquel momento consideró que para hacer un público más culto, avezado e inteligente, era necesario mostrar la diversidad de producción a nivel internacional, añadió al evocar los primeros años de la Revolución en el plano cultural.
La historia del cartel de cine en el país también quedará registrada en un libro que actualmente está sujeto a una investigación, puntualizó en sus declaraciones a Prensa Latina.
Estamos montando aún todo ese proyecto y será cuando tenga que ser, pero estoy muy contenta porque ha arrojado mucha luz sobre zonas que incluso no estaban ni claras ni oscuras, como si no existieran, y ahora aparecen a partir de este estudio.
EN EL IMAGINARIO COLECTIVO
La impronta de estas obras tuvo su repercusión y efecto directo en el imaginario colectivo de cada ciudad cubana, movieron toda una serie de elementos, señaló.
Cambiaron la mirada del pueblo, influyeron en la pintura, educaron al público visualmente, hicieron que entrara a las salas de cine, estaban también las vallas, y eso tan diferente a todo lo anterior, además del movimiento editorial, influyó en la manera de entender el cine cubano, analizó.
Hay personas que todavía tienen carteles puestos en sus casas, comentó.
En Latinoamérica el cartel cubano ocupa un lugar sumamente valioso, precisó; sin embargo, no es mejor, sino una manera diferente, porque la gráfica tiene la particularidad de ser única, en específico la nuestra, en términos de formato, de técnicas de impresión, de todo; son obras modestas, de pequeño tamaño, distinto en cuanto a su concepto, explicó Vega Miche.
Me refiero a la diversidad con relación a lo que se hace en el mundo todavía, porque la gráfica de la región está muy influida por lo comercial, declaró la especialista.
El Icaic está de aniversario, el 24 de marzo se cumplieron 65 años fiel a un público conocedor, y el movimiento del cartel en la filmografía nacional representa una de las matrices principales para la promoción de este arte, el cual está por estos días -y durante un año- celebrando la Fiesta Por el Cine Cubano, nombre dado a la campaña.
Se trata de un amplio programa que incluye proyecciones de clásicos y estrenos, conferencias, exposiciones, homenajes, convocatorias -como la edición 45 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano-, y en esta agenda el cartel juega el papel fundamental de promocionar el filme y llevar a su público a cada sala.
arb/dpm