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lunes 29 de abril de 2024
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Tensiones demográficas en Cuba

La Habana (Prensa Latina) El envejecimiento poblacional y la reducción de la natalidad constituyen rasgos distintivos de la dinámica demográfica en Cuba, cuyas políticas públicas están llamadas a encarar visibles desafíos por las interrelaciones entre población y desarrollo socioeconómico y cultural.

Por María Julia Mayoral

Redacción de Economía

En 2023 hubo apenas 90 mil 300 nacimientos, la cifra más baja de las últimas seis décadas, indicó el Gobierno en febrero de 2024, al remarcar la necesidad de “una mirada profunda e integral a cuestiones asociadas a la disminución de la tasa global de fecundidad y la atención al adulto mayor”, el único grupo con crecimientos continuos, reveló el periódico Granma.

A juicio de las autoridades, el comportamiento inercial de los indicadores demográficos plantea numerosos retos para los gobiernos territoriales, organizaciones, instituciones académicas y actores sociales en general.

“Ante este escenario, la comprensión, la atención y el control de la situación demográfica requiere de un cambio de mentalidad”, señaló el primer ministro, Manuel Marrero, en la más reciente reunión de la Comisión Gubernamental encargada de atender el tema.

Desde la década de los 70 del siglo pasado, diferentes investigaciones alertaron aquí sobre las complejidades del asunto, en particular los análisis de la entonces Oficina Nacional de Estadísticas, así como del Centro de Estudios Demográficos (Cedem) de la Universidad de La Habana.

“Los escenarios demográficos de la población de Cuba, en el horizonte de 2025, indicaban un franco decrecimiento absoluto ubicado desde finales de la primera década del siglo XXI, con un marcado proceso de envejecimiento poblacional”, recordó el doctor en ciencias Antonio Aja, en un artículo publicado en la revista Novedades en Población.

A lo largo del siglo XX, el comportamiento de la dinámica demográfica demostró que la fecundidad era la variable de mayor incidencia en el crecimiento de la población, básicamente a partir de la década de 1970.

“En la medida en que se materializó la tendencia decreciente de la fecundidad, la mortalidad tomó un mayor protagonismo. Sin embargo, desde mediados de la década de los 90, el componente emigratorio se fue convirtiendo en una variable clave en el equilibrio poblacional, en el sentido de adelantar o retrasar en el tiempo los procesos demográficos”, señaló Aja.

El escenario, redondeó, se completa con altos niveles de educación de la población, la cual es protegida por regímenes de asistencia y seguridad social de carácter universal.

En ese contexto, “incorporar el enfoque de la relación población-desarrollo a las estrategias económicas y sociales demanda un particular abordaje desde los ámbitos territoriales y locales, unido al fortalecimiento de las capacidades gubernamentales, institucionales y académicas a nivel nacional, territorial y local”, a fin de comprender e intentar transformar la situación, juzgó el profesor.

De acuerdo con el Cedem, el aumento del número de ancianos y su propio envejecimiento coinciden con las tendencias de la familia en Cuba, entre ellas, la reducción del tamaño, la creciente participación de la mujer en la actividad laboral y el auge de la jefatura femenina de los hogares.

Al abordar la problemática en 2024, el primer ministro Marrero convocó a buscar soluciones a partir de los recursos locales, y a dar seguimiento a los indicadores que reflejan los avances y las deficiencias.

Siempre, comentó, “vamos a tener la insatisfacción de aquellas cosas que no podamos lograr, pero eso nos tiene que hacer crecer para buscar soluciones alternativas”, pues a la dinámica demográfica “hay que darle la prioridad que lleva”, pese a las limitaciones financieras y materiales del país.

Al respecto la viceministra primera de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo, destacó que el plan para el año en curso contempla acciones vinculadas al funcionamiento de las casas de abuelos y los hogares de ancianos, así como el incremento de las capacidades en los círculos infantiles.

Según informaron en el foro, una pesquisa reciente del Cedem en 33 municipios corroboró también la importancia de reforzar la atención al fenómeno del embarazo precoz en las mujeres.

La subdirectora de la institución, Matilde Molina, explicó que la fecundidad en las adolescentes aumentó en casi todos los territorios objetos de la muestra, mientras el análisis sobre el envejecimiento arrojó un predominio de las personas en las edades más frágiles, de 85 años en adelante.

Por su parte la viceministra primera de Salud Pública, la doctora Tania Margarita Cruz, puntualizó que se trabaja en la ubicación de hogares maternos en municipios carentes del servicio, así como en la atención diferenciada a las gestantes y en la prevención del embarazo en la adolescencia.

CONSTATACIONES REGIONALES

El pasado 5 marzo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ofreció nuevas luces sobre el asunto, al presentar el “Observatorio Demográfico 2023: La dinámica demográfica de América Latina y su impacto en la fuerza de trabajo”.

Mediante diversas estadísticas y gráficos comparativos, el documento expone datos relevantes sobre el área y los 20 países contemplados en el examen; a saber, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

El análisis pronostica que la tasa de crecimiento cada vez menor de la cifra habitantes llevará a la región a alcanzar una población de 737 millones de individuos en 2050, con una fuerza de trabajo de 402,7 millones de personas, equivalente al 54,6 por ciento del total.

“La absorción de la fuerza de trabajo adicional seguirá, por lo tanto, constituyendo un gran desafío para los mercados laborales”, advirtió el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Al decir del representante de Naciones Unidas, será necesario aumentar la productividad, elevar el crecimiento económico y crear más y mejores empleos para absorber una fuerza de trabajo superior y con una estructura por edades distinta.

Diferente, explicó, porque aumentarán el número de mujeres y personas mayores en el mercado laboral, así como los años de permanencia en la actividad, sobre todo en el medio urbano.

“Para abordar adecuadamente las diferentes dinámicas demográficas y necesidades de la población, se requieren políticas públicas específicas que sustenten un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible, sin dejar a nadie atrás”, estimó el directivo de la Cepal.

La información contenida en esta nueva edición del Observatorio Demográfico puede aportar a la incorporación de los factores poblacionales en las políticas públicas, especialmente las dirigidas “a la inclusión laboral, la reducción de la pobreza y la desigualdad”, subrayó.

En los últimos 70 años, verificó la investigación, la dinámica demográfica de América Latina cambió “drásticamente”, al pasar por transformaciones sin precedentes, que se caracterizan por una rápida caída de la fecundidad y la mortalidad, lo cual se refleja en los cambios de la estructura por edades de la población, en la que los grupos de jóvenes y adultos pasaron a ser mayoritarios.

Para 2050, precisó, la ampliación de la fuerza de trabajo será mayor que el crecimiento poblacional, y la absorción de la mano de obra adicional seguirá constituyendo un gran desafío para los mercados laborales de la región.

Los cambios estructurales de la fuerza de trabajo entre 1980 y 2022, y sus proyecciones hacia 2050, presentan escenarios radicalmente diferentes según los grupos de edad y sexo, así como por áreas urbanas o rurales, lo cual “tiene implicaciones para las políticas públicas en materia de trabajo, educación, salud y cuidado”, entre otras esferas. Resulta evidente, valoró la Cepal, que la dinámica demográfica tiene un impacto directo en el mercado de trabajo debido a la presión del crecimiento de la población en edad de trabajar, el aumento de la participación laboral femenina, el envejecimiento poblacional y la urbanización.

arb/mjm

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