Por Germán Ferrás Álvarez
Corresponsal jefe en Rusia
Según el experto, Rubio no tiene mucha experiencia en relaciones internacionales, por lo que no se ve como el Secretario de Asuntos Exteriores de Estados Unidos que aplique políticas constructivas.
Su política será muy situacional: contra quien sea necesario luchar, lo hará, pues está considerado un político estadounidense auténtico y controvertido, dijo Yarigin.
Sus puntos de vista cambian drásticamente: hoy apoyó a un candidato y mañana a otro. Así, el político criticó a Donald Trump, quien respondió de la misma manera, agregó el profesor asociado del Departamento de Estudios Americanos de la Universidad Estatal de San Petersburgo.
Recordó que en 2016, Rubio peleó con Trump por la nominación del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos. Sus sentimientos eran mutuos en ese momento: por ejemplo, Trump le puso a Rubio apodos despectivos, en particular llamándolo “pequeño Marco”.
“No descarto que al presidente electo estadounidense no le guste ni siquiera el senador de Florida”, añadió Yarigin. Sin embargo, Rubio se pasó al bando de los partidarios de Trump en 2024 y apoyó activamente su campaña electoral, precisó.
Según el politólogo, esto no ocurrió por casualidad. En su opinión, la reorientación de las valoraciones de Rubio se debieron al hecho de que si ganaba el republicano (como finalmente ocurrió), ya se le había prometido un puesto en la Casa Blanca.
De igual manera destacó que Trump confirmó los rumores, apoyados por los medios estadounidenses, de que le ofrecería a Rubio el puesto de Secretario de Estado de Estados Unidos.
Con esa jugada, el político de origen cubano mantiene sus ambiciones de postularse para presidente en algún momento. Después de todo, Trump regresó por cuatro años y luego se desarrollará otra pelea, consideró el experto.
Los motivos de Donald Trump en este asunto también son bastante comprensibles: “distribuye ciertos cargos entre aquellos grupos de élites que lo apoyaron y a quienes está agradecido”, añadió.
Y uno de estos grupos parece estar detrás de Marco Rubio. A pesar de que el político no tiene mucha experiencia en relaciones internacionales, su candidatura será aprobada por el Senado controlado por los republicanos, predice el americanista.
LATINOAMÉRICA: DIRECCIÓN FUNDAMENTAL DE LA POLÍTICA DE RUBIO
La política exterior de Rubio estará relacionada principalmente con la dirección latinoamericana, es decir, con la confrontación con Cuba, Venezuela y Nicaragua, considera Yarigin, quien agregó que también apoyará la línea de confrontación con China.
Según el futuro canciller estadounidense, el régimen político de la República Popular China es un competidor de Estados Unidos, aclaró el experto, y recordó que Rubio también condenó a Rusia. “Éste es un político con opiniones antirrusas”.
Además, están relacionados no sólo con actitudes electorales, cuando en Estados Unidos era costumbre criticar a Moscú, sino también con su convicción personal de que Moscú, La Habana y Beijing son oponentes que se enfrentan a Washington, detalló Yarigin.
Es decir, en las relaciones con Rusia no se debe esperar de Rubio una política constructiva, significativa y de largo plazo. Sus opiniones indican que para nosotros será un Secretario de Asuntos Exteriores de Estados Unidos difícil, cuyo formato de trabajo es comprensible, acotó.
Hasta qué punto es negociable e independiente es una cuestión abierta. Pero Donald Trump ha actuado anteriormente de forma independiente en política exterior, y probablemente seguirá siendo así ahora.
Por lo tanto, en aquellas áreas que el presidente electo supervisa, es poco probable que dé libertad de acción al Secretario de Estado y al Asesor de Seguridad Nacional, considera el politólogo.
Además, Trump todavía no es el tipo de persona que confía en todos los que rápidamente reformatearon y de repente se convirtieron en sus partidarios. Marco Rubio no es su amigo, añadió el portavoz.
Yarigin también llamó la atención sobre la candidatura del asesor de seguridad nacional, Mike Walz. “Estos dos –Walz y Rubio– nunca se han cruzado profesionalmente y no tienen experiencia común en política exterior.
Walz tiene una posición activa en la contención de China y la confrontación con Rusia”, recordó el politólogo. “Para el pròximo Secretario de Estado, un asesor de seguridad nacional tan activo y fuerte es un factor de complicación que limitará su trabajo.
Quizás volvamos a observar un enfrentamiento entre el Ministro de Asuntos Exteriores y el Asesor de Seguridad Nacional en la lucha por la influencia sobre Trump, que es muy independiente en materia de política exterior”, concluyó Yarigin.
Marco Rubio tiene 53 años. Es miembro del Senado desde 2011. Según informes de los medios estadounidenses, Trump consideró anteriormente a Rubio como posible vicepresidente, pero optó por el senador de Ohio J.D. Vance.
Rubio se ha establecido como un halcón en política exterior, con posturas duras hacia China e Irán. En el contexto de la cuestión ucraniana, es partidario de las negociaciones, pues cree que así se ayudará a resolver el conflicto.
En abril, Rubio estuvo entre los 15 senadores republicanos que votaron en contra de 95 mil millones de dólares en ayuda militar a Ucrania, Israel y Taiwán.
Dada su amplia experiencia en política exterior y su mandato como miembro del Comité de Inteligencia del Senado y del Comité de Relaciones Exteriores, así como por su connivencia con el pensamiento político de Trump, el Departamento de Estado “parece ser la agencia adecuada para él”, concluyó Yarigin.
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