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jueves 10 de octubre de 2024
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Ocho meses de nuevo Gobierno en Guatemala, ¿cambio sustancial? (+Fotos)

Ciudad de Guatemala (Prensa Latina) Con un análisis riguroso de las cosas, nadie podía esperar un cambio sustancial en Guatemala, afirmó el analista político Marcelo Colussi a propósito de los primeros ocho meses de gestión del Gobierno en ejercicio.

Por Zeus Naya

Corresponsal jefe en Guatemala

Si lo vemos desde el campo popular, nosotros, los pobres de a pie, la gente trabajadora, el movimiento social, de verdad que no se ve un avance positivo en lo que algunos esperaban, subrayó el sicólogo de profesión y licenciado en Filosofía.

La llegada del partido Movimiento Semilla y de Bernardo Arévalo a la presidencia generó expectativas, claro, eso es humano, viene algo diferente, consideró el también catedrático universitario.

Siempre está la esperanza, es lo último que se pierde, dicen, comentó en declaraciones exclusivas a Prensa Latina el igualmente investigador social, quien recordó que pocos esperaban el triunfo de esa agrupación.

A su juicio, los más sorprendidos fueron los mismos de Semilla, calificada en principio de progresista, socialdemócrata, “porque no tenían un proyecto político para hacerse cargo de manejar la nación”, añadió Colussi.

Una fuerza que hablaba de la lucha contra la corrupción, surgida a partir de las movilizaciones del 2015, no tenía realmente un plan articulado, organizado, de transformación, no tenían gente, remarcó el intelectual.

Entonces se encuentran con que ganan las elecciones de agosto de 2023 y enfrente el Pacto de Corruptos, los sectores mafiosos, la narcoactividad y el contrabando, describió el asimismo escritor argentino, radicado en este país.

Incluyó además el crimen organizado, todas las redes de trata de personas, “que han copado buena parte de la estructura del Estado, el sistema judicial, las Cortes, buena parte del Congreso”, entre otros.

PRIMER DÍA

Desde antes de llegar el primer día, ni el mismo 14 de enero de 2024 fue un día feliz y tranquilo para Semilla, Arévalo y su compañera de fórmula Karin Herrera, porque se le obstaculizó la toma del poder, amplió el entrevistado.

En su opinión, y la de muchos, dijo, esos supuestos 106 días de lucha popular de los 48 Cantones del departamento de Totonicapán, que defendieron la democracia, parecen un artificio en el cual estuvo la mano de Estados Unidos.

Ellos, los gringos saben hacerlo muy bien, son otras tantas revoluciones de colores, y ese movimiento indígena tiene una inclinación de derecha, votaron incluso por el genocida Ríos Montt (jefe de Estado entre 1982 y 1983), añadió el experto.

Entonces –enfatizó- fue una movilización que pedía la renuncia del cargo de Fiscal General Consuelo Porras, también jefa del Ministerio Público, pero nada más que eso, sirvió para que la democracia en Guatemala se resguardara.

¿Cuál?, preguntó, al tiempo en que respondió que es solo la entendida como ir a votar cada cuatro años, la formal, que no cambia absolutamente nada, aseveró Colussi, quien escribe regularmente en diversos medios electrónicos alternativos.

“La gente sigue tan pobre como siempre, excluida, reprimida, la democracia es un chiste, ¿no es cierto?, pero bueno, se defendió”, expuso el analista político.

Desde una posición crítica –acotó- cómo podemos llamarla real cuando hay 30 partidos políticos financiados todos por el gran capital, la oligarquía tradicional, que siguen siendo los dueños del país y aportan el guión.

Hasta el sábado 13 de enero de 2024 todavía no estaba claro que pudieran asumir Arévalo y Herrera, fue necesaria la intervención de la embajada estadounidense, algo que no se habla mucho, confesó a Prensa Latina.

Subieron a Semilla, agregó, con el aval de la actual administración demócrata de la Casa Blanca norteamericana, “por eso el Pacto de Corruptos ve a Donald Trump como la posibilidad de empoderarse nuevamente y hacer cualquier cosa”.

La llegada del presidente Arèvalo al cargo –apuntó el profesor- significó un parto con forceps, con mucho sufrimiento, y demostró que iba a ser difícil avanzar con esos grupos incrustados en el Estado.

TRAS OCHO MESES

Para el investigador social, el actual Gobierno en este tiempo identificó muchos casos de corrupción, más de 100, “siguiendo su propuesta”, aparte atacaron en cierta medida grupos criminales, accionaron en materia de seguridad.

Apoyó al movimiento deportivo y su inclusión con la bandera y el himno en los Juegos Olímpicos de París 2024, así como busca la transparencia al sacar una u otra ministra por determinados actos, reconoció Colussi.

Sin embargo, señaló, el poder continúa en manos de los empresarios, la burguesía ascendente, en lo cual Estados Unidos juega un papel crucial.

Hay una lucha contra la corrupción y ese es el proyecto de Semilla, pero cuidado que los árboles no nos impidan ver el bosque, insistió el intelectual.

Descartó que ese flagelo sea realmente el gran problema de Guatemala o del mundo, “la gente está pobre, tiene penuria, pasa hambre, está hecha lata, y no hay trabajo, por el sistema capitalista”, argumentó.

La corrupción –ejemplificó- es la guinda en el pastel, “aquí el 50 por ciento de la población está bajo el nivel de la pobreza, uno de cada dos niños, terrible, lamentable”.

Guatemala tiene la novena economía de Latinoamérica, no resulta una nación sin recursos, posee un producto interno bruto más grande que el de Costa Rica, Bolivia, aunque súper mal distribuido, advirtió el experto.

Arévalo despertó esperanzas y rápidamente se vio que eran papel mojado, porque –explicó- el problema básico del país está en cómo se reparte la riqueza.

La organización del sistema es absolutamente injusta, con un 18 por ciento de la población en analfabetismo abierto en pleno siglo XXI, 80 por ciento funcionales, resaltó.

Eso no se resuelve con democracia formal, burguesa, representativa, “la llegada de Semilla en una noche tan oscura representó una lucecita que hizo pensar en un cambio”, recalcó Colussi.

Qué hizo pues, no puede gran cosa, partamos de eso, “contra la corrupción si, ¿tiene un discurso políticamente correcto? tal vez, ¿reforma agraria? ni pensarlo, acentuó.

La promesa de una nueva primavera y que el hijo de Juan José Arévalo (expresidente entre 1945-1951) lleva en la sangre la Revolución, aparece como una forma muy romántica de observar el asunto, concluyó el analista político.

arc/znc

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