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viernes 13 de septiembre de 2024
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Mujeres en El Salvador buscan equidad

San Salvador (Prensa Latina) Relegadas en el entramado político y social del país, las mujeres en El Salvador empeñan esfuerzos para alcanzar la equidad en un ambiente hostil, pese a que son la mayoría poblacional.

Por Luis Beatón

Corresponsal jefe en El Salvador

Un ejemplo de lo que enfrentan las que visten faldas se aprecia en informes del Observatorio de violencia de género de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), la cual denuncia que en lo que va de año se registran al menos 21 feminicidios.

Al menos ocho de estos casos fueron perpetrados por parejas y exparejas de las víctimas que trataban de castigar, poseer y a veces casi esclavizar a sus compañeras de vida, según las denuncias.

De acuerdo a datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2022, el país tenía hasta el año 2021 un total de seis millones 330 mil 947 habitantes, de los cuales tres millones 373 mil 945 eran mujeres, lo que representa el 53.3 por ciento de la población, superior al 46.7 del género masculino.

Un “guasón” en esos años bromeaba: “Estamos dominados por las mujeres”, pero al mismo tiempo reflexionaba que los datos debían tomarse en cuenta para “darle importancia a este sector en la toma de decisiones en temas nacionales. Además, deben de comenzar a ocupar cargos relevantes tanto en las instituciones públicas como en las privadas”.

Hasta ahora, la situación numérica no varió mucho. ¿Cuántas mujeres hay en El Salvador 2024?; según el Reloj de Población de El Salvador, en el país residen seis millones 557 mil 236 personas (47.5 por ciento), tres millones 111 mil 463 hombres y tres millones 445 mil 772 mujeres (52.5): las que llevan faldas siguen como mayoría.

SOCIALMENTE RELEGADAS

Pese a esta situación, ellas se mantienen relegadas a una posición inferior en su participación en la sociedad, en la política, en el trabajo, en los salarios y en casi todo, por lo general.

Ganan menos que los hombres. En promedio, los varones reciben un salario mensual de 400 dólares y las mujeres 344. Dado que el salario mínimo en el país es de 365 aproximadamente, ellas reciben menos, según un estudio publicado por Ormusa.

En 10 grupos ocupacionales donde están en desventaja, destacan los de funcionarios de los poderes Ejecutivo y Legislativo, profesionales, científicos e intelectuales, técnicos y profesionales de nivel medio, entre otros.

En el país las mujeres suelen tener empleos de menor calidad en comparación con los varones, en ocasiones pese a tener mayor preparación, según el estudio. En este segmento, El Salvador ocupa el puesto 13 de 17, con una brecha de género más amplia que otros países de América Latina.

Una mirada a la ocupación en política muestra que en el gobierno actual hay un buen avance con féminas ocupando importantes ministerios como Turismo, Economía, Vivienda, Relaciones Exteriores y hasta hace pocos meses Cultura, ahora en manos de un hombre.

Una ley en el país plantea que ellas deben ocupar al menos el 30 por ciento de los cargos electivos, algo que no termina de concretarse.

Por ejemplo, el 82 por ciento de los alcaldes de El Salvador son hombres luego de la reducción, aprobada por la Asamblea Legislativa a propuesta del gobierno, de 262 a 44 municipalidades del país en sus 14 departamentos, a partir de mayo de 2024.

La tendencia muestra que en 2021 existían al menos 910 mujeres integrando los concejos municipales y para 2024 la cifra se redujo a 151.

Ahora, para el período 2024-2027, hay 36 alcaldías dominadas por hombres, mientras que solo ocho de jefas edilicias son mujeres, lo que es una muestra de la desigualdad que enfrentan y que también se manifiesta en los demás cargos dentro de los concejos municipales como síndicos, regidores y suplentes.

Datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), citados por la organización Acción Ciudadana (AC), señalan que hay ocho mujeres alcaldesas, 20 síndicas, 58 regidoras propietarias y 65 regidoras suplentes, mientras que con anterioridad había 29 alcaldesas, 67 síndicas, 423 regidoras propietarias y 391 regidoras suplentes, una muestra evidente de la exclusión de las faldas.

“Las mujeres son y continúan siendo, como en muchos cargos políticos, suplentes sin posibilidad de ejercer algún poder de decisión”, precisa AC, lo cual evidencia que en el país se necesitan “políticas inclusivas al interior de los partidos políticos” y en las leyes para permitir “una mayor integración de las candidaturas femeninas a nivel local”.

Actualmente, el Código Electoral exige una cuota del 30 por ciento de representación de las mujeres en la política, la cual usualmente es completada con candidaturas para suplencias en la Asamblea Legislativa y en otros órganos de poder.

En cuanto al trabajo y la participación de las féminas destaca que estas tienen una alta participación en el sector informal (72 por ciento), comparado con el 56 por ciento de los hombres.

Asimismo, las mujeres salvadoreñas se han incorporado recientemente al mercado de trabajo y representan el nivel más alto de analfabetismo y, además, existen fuertes desigualdades de género en cuanto a la calidad educativa, niveles de educación y áreas de formación.

Uno los problemas que enfrentan las mujeres es el marcado retroceso en la educación sexual, con un discurso religioso que promueve la criminalización del aborto y el hostigamiento.

¿Cuántas mujeres forman parte del 85 por ciento de los votos que permitieron a Nayib Bukele proclamarse vencedor en los últimos comicios?, es una pregunta que habría que hacerse para determinar hasta qué punto las féminas son en parte responsables de su situación.

CRIMINALIZACIÓN DEL ABORTO

En 2018, cuando Nayib Bukele era candidato a la presidencia, participó en un conversatorio donde declaró que “en el tema del aborto, únicamente estamos de acuerdo cuando esté en riesgo la vida de la madre” y que las mujeres de mayores recursos no son cuestionadas cuando tienen abortos espontáneos.

Entonces fue abucheado, según reseñas de la época. Pocos meses después, su discurso cambió de forma radical: pasó a llamar al aborto un “genocidio”.

Es evidente cómo, independientemente de los gobiernos en turno, la despenalización del aborto es un tema que los partidos políticos creen puede traer un costo electoral; piensan que al identificarse con algunas demandas feministas pierden votos o temen perder imagen, señaló en una entrevista Vilma Vaquerano, vocera de Ormusa.

Es algo abusivo que no exista ninguna posibilidad de discutir la legalización del aborto en El Salvador. Este país castiga la interrupción del embarazo con hasta 50 años de cárcel, lo cual afecta principalmente a mujeres pobres que son sometidas a tortura y acoso judicial, incluso por tener abortos espontáneos.

Este es solo un ejemplo de los problemas que enfrentan las mujeres al no poder decidir sobre su cuerpo y la reproducción humana.

Lastimoso que pese a su peso en las elecciones y en la política del país, las féminas no tienen apenas derechos.

Todo indica que deben hacer un esfuerzo sostenido para llegar a la paridad con su contraparte masculina y ocupar, por derecho, por ser mayoría, por su preparación, un lugar de vanguardia en la sociedad salvadoreña, por demás marcadamente machista y en la cual el feminicidio aún es un problema. arb/lb

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