Por Roberto F. Campos
De la redacción de Economía
Durante una visita de Prensa Latina a esa ciudad de la provincia Granma, las frases altisonantes, y el mapa más atractivo de la urbe presentado por tal anfitrión, permitió tener una idea clara de la actualidad del lugar y las potencialidades que cuenta para un visitante curioso.
Murillo comenzó su relato por la Fábrica de Ron Pinilla, creada en 1906 bajo el apelativo de Ron Cotunta, en otro momento se unió con Pinilla y desarrollaron una novedosa fórmula del espirituoso que, con posterioridad, alcanzó fama internacional.
Aunque algunos bebedores bien podrían ponerla en duda, sin lugar a dudas convence el guía mediante palabras bien hilvanadas y una expresión de satisfacción en el rostro.
Por tanto el Pinilla, según Murillo, tiene importantes premios en Italia, España y otros lugares y es uno de los tres o cuatro rones más antiguos de Cuba, con bodegas y alcoholes de excelente calidad.
La lista de elaboraciones incluye el Carta Oro, Refino Pinilla, Carta Blanca y Extraseco, entre otros.
Salta para un tema vinculado como es el caso de que esas bebidas se pueden degustar con tabaco, de acuerdo con la historia de ambos gremios, el del ron y el del puro.
Por tanto, el ron Pinilla que ahora apunta al mercado exterior, está vinculado con el turismo y la historia, e incluso ya tiene una carpeta de mini dosis.
En cuanto al gremio de tabaqueros, posee una tradición de más de 150 años y en una pequeña factoría reciben a los visitantes con el toque de chaveta, o herramienta cortante que usan en su trabajo y golpean sobre su mesa de torcido.
Murillo refiere que la mayor parte de los empleados en esa fábrica son mujeres y también allí, en una sala aledaña se construyen las mazas para los centrales azucareros de Cuba.
El recorrido sigue por las calles y apunta ahora a la parte antigua y al sistema de construcción ecléctico que se aprecia en muchos de sus rincones y edificios.
Orgulloso reclama que Manzanillo siempre fue importante y una buena muestra de ello era los muchos bancos que poseía, y aun se conservan, una ciudad poderosa, cabecera de región, del sur de la actual Granma, con un aeropuerto, dos universidades, cinco hospitales provinciales, lo que interpreta como poderío.
Seguimos por otras arterias que resaltan por su limpieza, los recodos bellos de portalones y columnas, como si no hubieran dificultades económicas, y después de la fábrica de tabaco seguimos por el parquecito Bertó.
Se mencionan las Licetas de Manzanillo, un tipo de pescado que se hizo famoso entre gente gourmet y se pescan en las aguas aledañas.
José René Murillo Gamboa es Director General de una pequeña y mediana empresa (Pyme) que a su vez es un proyecto de muchas personas, con un nombre singular Cangrejo Tecnología.
La función de este grupo está en recuperar las tecnologías gastronómicas, entre ellas muchas recetas con nombres verdaderamente raros.
Se llaman esas formas de comer, por ejemplo, El cura del desmayo, y también intentan rescatar para el turismo los asados, el Burén, Cazuela en Vasijas de Barro y otros, que señala con contenidos muy sabrosos.
El proyecto además tiene un acápite de inclusión social para personas con dificultad de aprendizaje, a quienes dan empleo, y de esa manera colaboran también 28 jóvenes rescatados de las calles, de malas formas de vida.
Comenta que el proyecto no se queda ahí, sino que tiene alianzas con firmas culturales como Artex, el Centro Cultural, y Fincas de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAC), como es el caso de El Cocal, del campesino Mazó, se suman también una panadería, dulcería, y una parrillada.
Lugares donde persiguen rescatar las tradiciones culturales de Manzanillo y defender sus modos de ver el mundo, y de esta manera crear un circuito para los turistas que lleguen tanto solos como en grupos.
Recuerda que tuvieron una operación de crucero, que pretenden en cualquier renacer, y en esa oportunidad los visitantes extranjeros quedaron muy satisfechos con la visita. El barco ancló frente a la bahía y en barcas más pequeñas llegaron a la ciudad.
Otro nombre curioso es un restaurante nombrado en la ciudad Cangrejo Loco, que tiene como lema Bien Criollo, Bien Cubano, donde se sirven cócteles locales, platos de este país, algunos muy atractivos como El Manjar Oriental o la Sopa de Perro (este no tiene carne de esas mascotas, por supuesto, es solo un nombre).
Se sirven en la ciudad además el Casabe (torta aborigen), junto con otros preparados de la comida regional a partir de investigaciones que pueden darle brillo al turismo en tal escenario, junto al Ajiaco, quizás el plato típico más conocido de toda Cuba, una mezcla de sopa, tubérculos y carnes, sumada el agua de coco, y la sonrisa de meseros. Murillo prefiere cerrar su charla con las potencialidades de Manzanillo, mediante el empleo de su aeropuerto internacional, ferrocarril, puerto certificado y operaciones de cruceros y mega yates, áreas de buceo, viajes a Cayería Linda, en los Jardines de La Reina y otros lugares del derredor.
Además de ofrecer fragmentos de historia, desde los aborígenes, la presencia siempre latente del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, la nueva trova que se fundó en la ciudad, el primer Festival del Sol, la primera revista literaria ORTO, el cantor del pueblo Carlos Puebla (1917-1989), los carnavales y la Fiesta del Mar.
Y no puede faltar en su reseña La Glorieta de estilo morisco del centro de la ciudad, la historia de una batalla naval, los edificios antiguos, y la naturalidad con la que cualquier lugareño te narra historias, como es el caso de nuestro guía.
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