Por Adis Marlén Morera
Redacción de Cultura
Quizás un bello homenaje al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, este 13 de agosto por el aniversario 98 de su natalicio, sean los versos de quien compartió con él -más allá de admiración mutua- lealtad a la cultura y a la patria que los vio erguirse.
Así denota este poema de Barnet, “Fidel”: Es cierto que los poetas atrapan instantes de la vida y los fijan en la historia. Generalmente el pasado vago y nostálgico. O el presente inmediato con sus fuegos sutiles y sus reverberaciones. Pero qué difícil atrapar el futuro y colocarlo para siempre en la vida de todos los poetas, de todos los hombres.
Desde el sillón que en varias ocasiones ocupó en la vivienda del intelectual esa figura inmensa de pensamiento revolucionario, escucho atenta elogios y anécdotas. Es difícil encontrar un dirigente político, un estadista con esas características, añadió, precursor de los grandes movimientos emancipadores de América Latina.
Para este artífice de la palabra escrita es un privilegio haber compartido momentos de su vida con el Comandante en Jefe: conversaciones telefónicas en la madrugada para comentar un libro, viajes a Estados Unidos y España, donde visitaron la morada familiar de Fidel en Láncara.
Barnet recordó cuánto le preocupaba al Comandante en Jefe la nutrición de la especie humana, incluso en condiciones delicadas de salud, también rememoró las innumerables visitas a su casa.
Es una de las personas más extraordinarias que he conocido, expresó, políticamente fue un genio e intelectualmente un hombre de una gran preparación, porque en el fondo de su ser fue un intelectual, un escritor.
Como periodista se destacó hasta el último momento con las Reflexiones, esas que en situaciones de una salud precaria poseen una lucidez asombrosa, evocó. Lo extrañamos por eso y le agradecemos sus obras a favor de este pueblo y del mundo, también contra los poderes hegemónicos, el racismo y las injusticias, añadió.
En momentos en los que el planeta se encuentra al borde de un abismo, su pensamiento y accionar son tan necesarios como obligatorio recurrir a ellos en el diálogo.
Él estaría muy preocupado con todo lo que ocurre en el mundo, principalmente en Medio Oriente y Gaza, donde se produce un brutal genocidio; y con lo relativo a la Inteligencia Artificial, algo importante y a la vez engañoso, pues no existe inteligencia artificial, sino natural, aseveró.
Ante esa cultura del ciberespacio, creo se hubiera erguido como lo que fue: un gladiador, significó.
Fue una persona única e irrepetible, pero sobre todo un líder que preconizó los valores humanistas en momentos en los cuales se hablaba, y se habla, de masacres y genocidios. Amó a los seres humanos y apoyó también el valor más grande que puede existir: la paz.
En su opinión, una paz con valores éticos, moral y poesía, y no condicionada por los valores hegemónicos que preconizan en los imperios.
Casi al final de la entrevista, Barnet calificó a Fidel Castro como el más grande líder humanista del siglo XX, una persona natural, muy afincada en los valores éticos. Un líder político de vocación emancipadora, el verdadero seguidor de José Martí.
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