martes 18 de marzo de 2025

Libros digitales contra impresos, una batalla sinsentido (+Fotos)

La Habana (Prensa Latina) Cuando le dije a mi padre que iría a la 33 Feria Internacional del Libro de La Habana durante varios días por trabajo, su única petición fue: “No compres más libros, ya no tienes donde ponerlos”.

Por Verónica Núñez Lastres*

Colaboradora de Prensa Latina

Regresé de la Fortaleza San Carlos de La Cabaña, principal sede del evento, con 31 ejemplares nuevos y el catálogo de propuestas digitales de la editorial Arte y Literatura, porque también leo en este formato que me ofrece múltiples ventajas.

En físico tendré alrededor de 100 libros en casa y 496 obras digitales se agrupan en una carpeta de mi teléfono, aunque no he hecho un conteo total actualizado en ambos casos.

¿Podría almacenar casi 500 libros impresos en mi casa? ¿Podría cualquier joven cubano promedio hacerlo? La respuesta es clara: no. Y esta es una de las principales razones por las que el libro digital es cada vez más consumido y producido.

El miedo de que el libro digital sustituya al impreso no es tan real ni está justificado, expresó Josué Pérez, poeta y asesor del Instituto Cubano del Libro, durante una entrevista. Lo que existe es la necesidad de utilizarlo, no solo porque en Cuba hay dificultad con las impresiones en papel, sino porque es una alternativa de los tiempos actuales, añadió.

¿CÓMO LEEN LOS JÓVENES?

A esta pregunta sencilla respondieron 146 jóvenes en una encuesta anónima de Prensa Latina.

Si bien compartían ideas comunes, también aportaban argumentos interesantes que permiten comprender un poco el panorama literario actual del país en cuanto a ofertas y preferencias.

El 65,8 por ciento de los encuestados tiene entre 19 a 25 años de edad y son, en su mayoría, mujeres; la novela fue el género más consumido, sobre todo románticas, fantásticas y de ciencia ficción.

Al año, el 33,6 por ciento confesó leer más de 20 libros y el segundo mayor grupo (23,3 por ciento), lee entre 5 y 10 libros en el mismo periodo de tiempo. El 54,1 consume las obras literarias en ambos formatos, pero le sigue el 48,6 leyendo en digital.

¿POR QUÉ?

Algunas respuestas fueron escuetas, pero contundentes: “No se consiguen ya libros en papel y las novedades hay que leerlas en digital”, “Es lo que hay”, “En digital es más fácil conseguir los libros”, “Los libros físicos están caros”.

Otros jóvenes fueron un poco más explicativos y los siguientes argumentos resumen de manera general su perspectiva:

Me gusta leer en formato físico y tengo varios libros impresos, pero el formato digital es más barato y me permite leer más, apuntó uno de los encuestados.

Tengo libros en físico que he adquirido a través de librerías estatales y otros que he comprado (vendedores privados) o me han regalado, pero la mayoría de los que me gustan están en digital debido a que no llegan al país o los precios no me son asequibles, precisó otro.

Los libros que me gustarían no los encuentras en forma física y por eso siempre está la vía digital, pero no hay nada como leer sintiendo el olor a imprenta en el libro, señaló un tercero.

Este último comentario es un excelente puente para conocer en cuál de los dos formatos preferirían leer.

Más del 60 por ciento de los 146 jóvenes priorizaría la lectura de obras impresas si existieran las condiciones idóneas: ofertas nacionales y extranjeras atractivas con precios más asequibles.

La lectura digital es más cómoda porque la puedes llevar contigo y te da la facilidad de poder tener ejemplares que tal vez en físico no los encuentres, sin embargo, nada se compara con el olor de las páginas de un libro abierto, puntualizó un usuario.

Leo muchísimo mejor en físico que en el celular; al libro no se le acaba la batería, señaló otra persona con cierta dosis de humor.

También están los audiolibros como una tercera opción cada vez más optada por los lectores, quienes argumentan que les da libertad para realizar otras tareas con las manos desocupadas.

¿QUÉ DICEN LAS EDITORIALES Y LOS ESCRITORES CUBANOS?

Todas las editoriales consultadas cuentan con un catálogo digital, lo que ya deja entrever que no se presentan como detractores de este formato.

Para Michel Torres Corona, director del grupo Nuevo Milenio, el libro digital no pertenece al futuro, sino que es algo presente e innegable. Reconoció que estos no tienen los límites geográficos y de tiradas que los físicos.

A su vez la directora de Letras Cubanas, Yanelis González, expresó que el interés por llegar a los jóvenes impulsó en parte la inserción al formato digital y audiolibros, pues el principal público de la editorial es adulto.

Durante un encuentro en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba con motivo de la Feria del Libro, autores graduados del Centro de Formación Onelio Jorge Cardoso expresaron sus criterios sobre esta “lucha de poderes”.

Evidentemente hay más generaciones que se están acercando a los libros digitales; no por eso dejo de amar el libro de papel, pero la digitalización me ha servido en términos prácticos para darle visibilidad a mi obra, explicó la escritora cubana Barbarella D`Acevedo.

Para Lisette Rodríguez, promotora de Ediciones Loynaz y del Centro Cultural Hermanos Loynaz, es importante adaptarse a las nuevas tecnologías, siempre en pos del desarrollo.

Los jóvenes y hasta los niños con todos los formatos digitales desean que sean bien acogidos; estamos trabajando en los públicos adultos, que quizás tienen una resistencia más fuerte al formato digital, pero también llegan a entender que con un clic pueden acceder a muchas obras, subrayó.

La reconocida investigadora Francisca López Civeira, a quien se dedicó la presente edición de la feria, cree que el libro digital es una opción válida, porque no pesa y permite leer en cualquier circunstancia, aunque el libro físico se siente más cercano.

A su vez, el ensayista Virgilio López Lemus piensa que es fundamental seguir aumentando el número de títulos digitales, pero, sobre todo, la edición para teléfonos y los audiolibros porque “por ahí es que van los jóvenes a leer”.

UN ENFRENTAMIENTO INNECESARIO

Ver a los libros digitales e impresos como enemigos naturales constituye un error que es imprescindible subsanar; se trata de formatos compatibles y más aún, complementarios.

Ambos formatos ofrecen ventajas, señalaba uno de los jóvenes encuestados, quien agregó que las bibliotecas digitales no ocupan espacio y puedes leer en casi cualquier sitio; los tomos físicos son una experiencia atractiva y más cercana.

El título digital no vino a excluir al impreso, es una manera de repotenciar el alcance del libro; ese hábito de leer en físico no se tiene que perder, sino compartir con la diversidad de formatos que además tributan a una experiencia del lector mucho más enriquecida, enfatizó Torres Corona.

Como bien expresó el director del centro Onelio, Ernesto Pérez Castillo, “la literatura es el viaje, y los libros son el vehículo; uno puede viajar en varios medios, pero lo importante es el viaje”.

arb/mml/vnl

*Estudiante de Periodismo

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