Por Isaura Diez Millán
Corresponsal jefa en China
El gobierno chino declaró en varias ocasiones que la reunificación nacional es indetenible y que Taiwán es parte inalienable del gigante asiático, basados en el Consenso de 1992 y el principio de Una sola China.
En la actualidad 183 países, incluido Estados Unidos, respaldan esta política, sin embargo, Washington es uno de los principales aliados de Taipei y vende armamento a esa región, un movimiento que según analistas busca contener a China.
De hecho, el gobierno chino protestó por otra provisión de armas del país norteamericano a Taiwán, la primera desde las elecciones en esa región insular, el 13 de enero, y la decimotercera bajo el gobierno de Joe Biden.
A lo anterior se suma una reciente visita de congresistas estadounidenses a la isla luego de los comicios en los que resultó ganador el candidado del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP), de tendencia separatista.
Para Pan Deng, director del Instituto de Derecho de América Latina de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de China, el tema de una posible guerra entre Beijing y Taipei, así como la supuesta intervención de Washington con tropas, es cada vez más recurrente entre los políticos estadounidenses.
“La razón es muy simple, los Estados Unidos tienen a China como su mayor competidor, pero les resulta difícil contener al país asiático por medios convencionales y utiliza a Taiwán como peón para lograr su propósito”, explicó a Prensa Latina.
Según Pan, el gobierno estadounidense piensa que si la parte continental ataca la región insular se sumergirá en el pantano de una guerra prolongada, lo cual puede ser el medio menos costoso y más eficaz para contener a China.
El presidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (máximo órgano asesor del país), Wang Huning, pidió avanzar en el desarrollo pacífico de los nexos con Taiwán, ampliar los intercambios para profundizar la integración.
Por otro lado, urgió a rechazar cualquier manifestación de separatismo, así como la interferencia de fuerzas externas en los asuntos de la isla.
Beijing refuerza constantemente el carácter pacífico de la reunificación nacional y si miramos los últimos 40 años del desarrollo vertiginoso de China, estos han sido en paz, no necesitaron de una guerra para su despegue económico.
Sin embargo, la parte continental no descarta el uso de la fuerza y su discurso se vuelve más beligerante cuando fuerzas ajenas a la isla interfieren en los asuntos internos del gigante asiático.
TAIWÁN NUNCA FUE UN PAÍS
De acuerdo con investigaciones históricas, desde el año 230 (n.e.) había relatos de Taiwán en los documentos chinos durante el período de los Tres Reinos.
Posteriormente los gobiernos centrales imperiales crearon organismos administrativos para ejercer su jurisdicción sobre la isla y en 1684 se creó una prefectura de Taiwán bajo la jurisdicción de la provincia de Fujian.
En 1885 pasó a ser una provincia de China y en 1895 Japón obligó a la dinastía Qing, derrotada en la guerra sino-japonesa, a ceder esa región y las islas Penghu.
“Hace 80 años, China, Estados Unidos y Gran Bretaña emitieron la Declaración de El Cairo, la cual estipulaba claramente que Taiwán, el territorio chino robado por Japón, sería devuelto a China”, señaló recientemente una portavoz de la Cancillería.
Por otro lado, la vocera explicó que el artículo 8 de la Proclamación de Potsdam, firmada conjuntamente por Beijing, Washington, Londres y Moscú (Unión Soviética) en 1945, reafirmó estas disposiciones y obligaba a Japón a la rendición incondicional.
“Esta serie de documentos con efecto jurídico internacional ha sentado las bases históricas y jurídicas de que Taiwán es un territorio inalienable de China”, señaló la portavoz.
Luego de la guerra civil, el cabecilla Chiang Kai-sek, líder del Kuomintang, se retiró a la isla vencido en 1949 por el Partido Comunista de China y Mao Zedong proclamó la República Popular China.
Esto provocó un estado de prolongada confrontación política a ambos lados del estrecho, porque Chiang estableció allí su propio gobierno y una supuesta “República de China” que contó con el respaldo de Estados Unidos y el occidente colectivo.
Sin embargo, en octubre de 1971 la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Resolución 2758, la cual devolvió el asiento de representación en ONU a Beijing y dejó claro que no existen “dos Chinas” o “una China, un Taiwán”.
Desde entonces cada vez más países reconocieron que todo el territorio chino, incluido Taiwán, es parte de un mismo país con el gobierno central en esta capital.
TEMA SENSIBLE PARA CHINA
Una nación que desee establecer nexos diplomáticos y una fructífera cooperación con la segunda economía del orbe, primero debe reconocer el principio de una sola China, así de medular es este tema para Beijing.
Hacia lo interno, el gigante asiático apuesta por mejorar los lazos con la isla como una forma de lograr un acercamiento cada vez mayor en pos de esa reunificación nacional pacífica.
De hecho Andrew Hsia, vicepresidente del Kuomintang chino, encabezó una delegación que visitó la parte continental a finales de febrero y en cuya agenda se destacaron los recorridos por Xiamen, Guangzhou, Nanchang, Hangzhou, Kunshan, Shanghai y otras ciudades habitadas por compatriotas taiwaneses.
El objetivo es proporcionar una ventana para la comunicación entre los dos lados del estrecho en medio de un escenario bilateral tenso tras el incidente con el barco pesquero continental.
El pasado 14 de febrero en aguas cercanas a Kinmen (controlado por Taipei), una embarcación china fue embestida por una lancha patrullera costera de Taiwán, lo que provocó que sus cuatro tripulantes cayeran al mar, dos de ellos murieron y los otros estuvieron retenidos en la isla hasta hace muy poco.
El gobierno urgió a las autoridades taiwanesas a publicar la verdad sobre los acontecimientos y agregó que “se reserva el derecho de tomar acciones adicionales”.
La visita del alto funcionario taiwanés ocurre también luego de las elecciones al liderazgo de la isla, en las que el Partido Democrático Progresista se hizo del ejecutivo, pero el Kuomintang -que promueve un acercamiento con Beijng- ganó la mayoría legislativa.
En su mensaje de nuevo año, el presidente Xi Jinping enfatizó que China seguramente será reunificada y agregó que “todos los chinos a ambos lados del estrecho de Taiwán deben estar unidos por un sentido común de propósito y compartir la gloria del rejuvenecimiento de la nación”.
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