lunes 24 de marzo de 2025

Francia y los tambores de la guerra

París (Prensa Latina) Los tambores de la guerra vuelven a sonar en Europa con la internacionalización del conflicto en Ucrania, con impacto en Francia en lo político y económico, tras la convocatoria a un rearme del viejo continente y críticas internas.

Por Waldo Mendiluza

Corresponsal jefe en Francia

El presidente Emmanuel Macron y el primer ministro británico, Keir Starmer, encabezan una cruzada para presentar a Rusia como una amenaza expansionista, frente a la cual abogan por disparar el gasto militar y las capacidades defensivas europeas, en un contexto marcado por el cambio de política de Estados Unidos con el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, quien inició un acercamiento directo con Moscú.

En ese escenario, el llamamiento es al sentimiento patriótico y soberanista y a enrolar a la sociedad en un esfuerzo de guerra unas veces abierto y otras solapado, con voces discordantes que reclaman una visión de paz y advierten de las consecuencias sociales de aumentar drásticamente los recursos destinados al campo militar.

El ministro francés de Economía y Finanzas, Éric Lombard, anunció la cercana implementación de un depósito bancario para que los ciudadanos aporten al rearme del país.

Animo a los franceses a invertir más en la economía a largo plazo, que remunera mejor que el ahorro, afirmó el funcionario al abordar un programa que aún no cuenta con todos los detalles.

Según los primeros elementos, la iniciativa permitirá a los franceses depositar de 500 a miles de euros en la banca pública Bpifrance, dinero que no podrán tocar durante al menos cinco años, sin que esté clara la tasa de retribución cuando llegue el momento de recuperarlo. La expectativa del Gobierno es ingresar por esta vía unos 450 millones de euros, de manera que los ciudadanos se conviertan en accionistas indirectos de las empresas encargadas de acelerar la producción de pertrechos bélicos.

Macron reunió en el Palacio del Elíseo a representantes de la industria militar francesa, entre ellos de Dassault, Airbus, Thales, Safran, Gicat y Naval Group.

Ante los tiempos que corren en Europa y la insistencia en que Rusia constituye una amenaza, lo cual Moscú niega, el reclamo contempla fabricar más misiles, tanques, submarinos y aviones de combate.

Una de las demandas, señaladas por el ministro de Defensa Sébastien Lecornu, es a la compañía Dassault Aviation para que entregue por año a partir del 2026 cuatro o cinco cazas Rafale, el avión estrella galo, en lugar de los dos actuales.

La cadena Europe1 publicó que el Ejecutivo prepara un manual de crisis para distribuirlo a la población con indicaciones de cómo actuar ante diversas circunstancias, incluido un conflicto.

A diferencia de Suecia, que sí instruyó a sus súbditos en la preparación para una guerra, el gobierno francés asegura que ese no es el objetivo específico del documento que debe llegar a los hogares para el verano.

REACCIONES

Desde la oposición, líderes políticos como Marine Le Pen (Agrupación Nacional) y Jean-Luc Mélenchon (La Francia Insumisa), recurrentes candidatos presidenciales, fijaron postura contra los vientos de guerra que soplan en el continente.

Para Le Pen, la máxima figura identificada con la extrema derecha, Macron juega con el miedo de los franceses.

Todos comprenden que el presidente, con un tono marcial, nos trata de convencer de que debemos convertir las fábricas de papel higiénico en fábricas de armas, porque la guerra es para mañana, ironizó la dirigente derrotada en el balotaje por el jefe de Estado en las dos más recidentes elecciones presidenciales (2017 y 2022).

Mélenchon abogó por una política de no alineamiento enfocada en la paz, que implique: “ni Donald Trump, ni Vladimir Putin”.

Respecto a la alegada amenaza rusa, el insumiso estimó que el verdadero peligro es Trump, al precisar que el mandatario estadounidense libra una guerra arancelaria contra sus aliados y mantiene sus propósitos de anexarse a países soberanos.

En el ámbito económico, el Movimiento de Empresas de Francia (Medef) alertó sobre los inconvenientes en materia de inversión y empleo que supone una economía de guerra, aunque sin oponerse abiertamente a decisiones gubernamentales.

De tal manera que se generarían perturbaciones y un estrés adicional, con un impacto negativo en las empresas, que podrían verse obligadas a suspender inversiones y contrataciones, advirtió el presidente de la principal patronal gala, Patrick Martin. Sin embargo, precisó a la cadena RMC que si fuese necesario asumir semejante esfuerzo, habrá que hacerlo, al analizar el escenario imperante, en particular la postura del gobierno de Francia de apoyo a Ucrania en el conflicto con Rusia.

Martin manifestó que en estos momentos Francia no está lista para enrolarse en una economía de guerra, la cual implica contar con medios excepcionales.

También mostró preocupación el presidente de la Corte de Cuentas, Pierre Moscovici, quien consideró que una economía centrada en los esfuerzos de guerra no es lo mejor para el país por el riesgo de que se dispare aún más la deuda pública.

“Sí, debemos defendernos y ser más fuertes, sí, existe una amenaza rusa y la necesidad de estar al lado de Ucrania, pero enfocar toda nuestra economía en la guerra no me parece algo justo”, opinó en France Inter.

Respecto al panorama social, la Confederación General del Trabajo (CGT), uno de los principales sindicatos del país, denunció el camino hacia una economía de guerra, a la que atribuyó consecuencias nefastas para los trabajadores.

No solo impone la austeridad, también cuestiona los derechos y las libertades y favorece al capital y las finanzas, subrayó en un comunicado.

De acuerdo con la CGT, el momento es el propicio para hacer prevalecer la diplomacia que, a su juicio, podría traducirse en el llamamiento de Francia y la Unión Europea a una conferencia de paz bajo la égida de la ONU que ponga fin al conflicto en Ucrania y evite la repartición de sus recursos por potencias extranjeras.

arc/wmr

RELACIONADOS