Por Nara Romero Rams
Corresponsal jefe en Etiopía
De 5 al 7 de noviembre el Museo Conmemorativo de la Victoria de Adwa de esta capital acogió esa cita convocada por el gobierno etíope, la Unión Africana y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) que atrajo a más de mil 500 participantes de 25 países.
Jefes de Estado, ministros, agencias de la ONU, instituciones financieras, el sector privado y la sociedad civil estuvieron entre los presentes, todos comprometidos a abordar la inseguridad alimentaria global.
El director general de la Müller, enfatizó en que erradicar el hambre se puede lograr mediante una gobernanza eficaz, inversiones sustanciales en agricultura sostenible, cadenas de suministro equitativas y avances en innovación e industrialización.
Müller destacó el enorme potencial de África, aunque precisó en la necesidad de asociaciones genuinas, al recabar de las naciones industrializadas y al G7 cumplimiento de sus compromisos, que incluyen el objetivo de ayuda del 0,7 por ciento de financiación climática.
De igual manera, mencionó el alivio de la deuda de los países menos desarrollados (PMA) del continente, acceso equitativo a los mercados financieros y a condiciones comerciales justas.
Reiteró la dedicación de la Onudi a colaborar con los países en desarrollo para fomentar la industrialización, estimular el crecimiento económico y crear empleos.
“Seis de las economías de más rápido crecimiento del mundo se encuentran en África, gracias al liderazgo capaz de países como Kenya, Etiopía y Sierra Leona. Poseemos las tecnologías y la experiencia necesarias; lo que falta es voluntad política de los líderes mundiales”, subrayó.
Precisó que una inversión adicional de 50 mil millones de dólares durante la próxima década podría eliminar el hambre, que representa sólo alrededor de dos por ciento de los gastos militares mundiales anuales.
ETIOPÍA Y LA AUTOSUFICIENCIA ALIMENTARIA
Etiopía está en el camino hacia la autosuficiencia alimentaria y ha dado un paso significativo hacia el logro de la seguridad en el tema, afirmó el presidente Taye Atske Selassie.
Recalcó que la cuestión del hambre es nuestra agenda común que requiere mucha atención, ya que es el desafío de varios países africanos.
Ante esa realidad, dijo que la determinación de Addis Abeba es detener la cascada de miserias del pasado, al tiempo que mencionó iniciativas llevadas a cabo en el cultivo del trigo que vienen dando logros notables.
Sobre ese aspecto, el país alcanzó la autosuficiencia en ese cereal y exportar su producto excedente gracias al liderazgo efectivo del primer ministro Abiy Ahmed, así como su visión y compromiso con los agricultores etíopes y la transformación del sector agrícola.
El mandatario hizo hincapié en la necesidad de una asociación sólida entre los gobiernos africanos y el sector privado para mejorar la productividad y el desarrollo sostenible de la resiliencia climática.
Por otra parte, Muller consideró que Etiopía identificó al trigo como un producto estratégico para la seguridad alimentaria, la sustitución de importaciones y la exportación al mercado extranjero.
Resaltó que su producción alcanzó un nuevo hito y le permitió al país situarse como uno de los mayores productores de trigo de África. El éxito de Etiopía es posible replicarlo en casi todos los países africanos, consideró.
ÁFRICA ANSÍA COOPERACIÓN
El presidente de Kenya, William Ruto, enfatizó en la importancia de la cooperación global para abordar el hambre y aumentar la producción de alimentos para satisfacer las necesidades de poblaciones en crecimiento.
“La colaboración global es esencial para combatir eficazmente el hambre y también implementar políticas y programas para impulsar la producción de alimentos para alimentar a las poblaciones en aumento”, señaló Ruto al intervenir en la conferencia.
Por lo tanto, continuó, los gobiernos, las organizaciones internacionales, el sector privado y otros socios deben trabajar juntos para garantizar que los agricultores tengan los insumos, los sistemas de riego y la infraestructura necesarios para evitar pérdidas poscosecha, entre otras cosas.
En el caso del mandatario de Sierra Leona, Julius Maada Bio, elogió el logro de la autosuficiencia en trigo de Etiopía, lo cual calificó de “faro de esperanza y optimismo” para África.
Maada Bio enfatizó que ese éxito demuestra el potencial transformador de las intervenciones tecnológicas específicas, el fortalecimiento institucional y las políticas de apoyo para lograr la seguridad alimentaria.
“El logro de Etiopía es un ejemplo notable de lo que se puede lograr cuando se alinean acciones estratégicas. Con un liderazgo visionario y una fuerte voluntad política, África puede aprovechar su vasta tierra cultivable y su creciente población para asegurar alimentos para todos y garantizar que ningún niño se vaya a la cama con hambre”, aseveró.
Instó a los líderes africanos a comprometerse plenamente a desbloquear el potencial agrícola del continente, destacando la importancia de intensificar los esfuerzos hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS2): hambre cero.
“Es hora de que los líderes utilicen todo el capital político para transformar los sistemas alimentarios y acercar colectivamente a África a un mundo sin hambre”, dijo al tiempo que pedía un enfoque integral y sostenible para abordar ese flagelo y la inseguridad alimentaria en todo el continente.
Aprovechó la ocasión para compartir las iniciativas de Sierra Leona hacia la seguridad alimentaria, incluido el emblemático Programa Pizza Loaf, cuyo objetivo es impulsar la productividad agrícola, construir sistemas alimentarios resilientes y aprovechar la fuerza laboral joven y el clima favorable a través de tecnologías modernas.
Destacó su exitoso programa de alimentación escolar, que ha mejorado la asistencia escolar, la retención y el rendimiento académico que asegura a más de 500 mil estudiantes comidas nutritivas durante el año académico.
Subrayó la importancia de empoderar a las mujeres, que constituyen más del 70 por ciento de la fuerza laboral agrícola de Freetown, a través de oportunidades económicas y apoyo al procesamiento local.
A medida que la población de África continúa creciendo, con proyecciones que sugieren que alcanzará los dos mil 400 millones para 2050, subrayó la necesidad urgente de una acción colectiva para asegurar el futuro alimentario del continente.
Reiteró el llamamiento a los gobiernos, las organizaciones internacionales, el mundo académico, la sociedad civil y el sector privado a trabajar juntos para lograr la seguridad y soberanía alimentaria de África y el mundo.
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