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viernes 4 de octubre de 2024
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En marcha otra estrategia estadounidense de divide y vencerás

San Salvador (Prensa Latina) La vieja estrategia divide y vencerás se ejecuta en América Latina y en otras regiones del mundo de forma abierta y encubierta, como parte de los planes del imperialismo internacional encabezado por Estados Unidos para retomar espacios perdidos.

Por Luis Beatón

Corresponsal jefe en El Salvador

Así lo expresan reconocidos analistas al adentrarse en los complejos escenarios que enfrentan los pueblos latinoamericanos luego de notorios avances en décadas anteriores de procesos de integración como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur) y más recientemente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Este último mecanismo intergubernamental para el diálogo y el acuerdo político, que incluye a 33 países de América Latina y el Caribe, fue resultado de largos esfuerzos de figuras políticas como el expresidente argentino Néstor Kirchner, quien impulsó la recomposición de las relaciones con los países de Latinoamérica, principalmente Brasil y Venezuela.

Estos procesos tuvieron un comienzo esperanzador en las relaciones cimentadas y fomentados por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y su par venezolano, Hugo Chávez, con el acercamiento entre sus países.

En 2004 impulsaron la creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), una plataforma de integración de los países de América Latina y el Caribe que pone énfasis en la solidaridad, la complementariedad, la justicia y la cooperación.

Estados Unidos nunca ignoró los peligros que estos movimientos representaban para sus intereses hegemónicos y la cascareada política que confiere a sus vecinos al sur del río Bravo la condición de “patio trasero”, donde solo ellos pueden “mandar y establecer las reglas del comercio”, siempre para su beneficio.

FUERTE INJERENCIA DE ESTADOS UNIDOS

Recientemente el analista y académico venezolano Sergio Rodríguez Gelfenstein abordó el tema de la fuerte injerencia de Estados Unidos, y afirmó que no sólo en Europa del Este y en Asia-Pacífico el conglomerado militar terrorista se expande, también al sur del Río Bravo.

“Otro tanto ocurre en América Latina y el Caribe, en la que Estados Unidos está iniciando un agresivo plan de expansión a lo largo de todas las latitudes y longitudes de la región”, sostuvo.

La política estadounidense hacia la región se puso en manos del Pentágono y en específico del Comando Sur dirigido por la generala Laura Richardson, la principal protagonista y ejecutora de las decisiones de la Casa Blanca en la región.

“Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras poco comunes, tienen el triángulo del litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. El 60 por ciento del litio del mundo está en el triángulo del litio: Argentina, Bolivia, Chile”, definió la militar al reiterar el interés en restaurar la política de dominación en el área.

Agregó que “tenemos [sic] 31 por ciento del agua dulce del mundo en esta región” y que “con ese inventario, a Estados Unidos le queda mucho por hacer”. Además, mencionó que a su país le interesaban “las grandes reservas de petróleo y los recursos de Venezuela en petróleo, oro y cobre [y] los bosques de Amazonia que son los pulmones del mundo”, citó Rodríguez Gelfenstein.

La generala estadounidense fue clara cuando argumentó que eso tiene que ver con “la seguridad nacional de su país”, por lo cual Washington debía establecer los parámetros de conducta de las naciones latinoamericanas y caribeñas y alejar de ellas a los ”adversarios”, es decir, China, Rusia e Irán, según sus propias definiciones.

Esa política se tradujo en aumentar la presencia militar en la región desde la Argentina de Javier Milei, el Ecuador de Daniel Noboa, e incluso hasta el salvadoreño Nayib Bukele con su política de seguridad contra las pandillas, que le permitió aumentar el tamaño de la Fuerza Armada y recibir “donaciones” de equipos bélicos entregados por la embajada estadounidense.

A estos planes de penetración con bases navales y militares -contra el tráfico de drogas y la creación de un escenario para contrarrestar la presencia de “fuerzas extraterritoriales de China, la India e Irán”, pues Washington se considera “patrón” de los pueblos de la región-, se suman acciones para dividir gobiernos y enfrentar pueblos.

NUEVO PLAN RECOLONIZADOR

Un informe del periódico digital El Radar reveló un nuevo plan de Estados Unidos para llevar a cabo la recolonización de América Latina. Este proyecto, denominado “Simón Bolívar”, busca evitar el empoderamiento económico de la región a través del comercio con potencias asiáticas como China e India.

No es de extrañar, pues Washington está consciente de que el mayor peligro para la hegemonía estadounidense es la alianza Brics, conformada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, además de Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, Irán y Argentina. De ahí la urgencia por retomar el “territorio perdido”, señaló la publicación.

Estados Unidos participa en una serie de “jugadas” para mantener su lugar como potencia mundial, y en ese accionar, tal vez, El Salvador es un laboratorio donde estrategias de seguridad permiten el control y la expansión de acciones de penetración económica, las cuales al parecer, de diferentes formas, se adentran en países como Argentina, Ecuador y otras naciones.

Según El Radar, el siguiente paso, que ya se estaría ejecutando, es aislar a países que no le son afines, es decir, Colombia, Bolivia, Venezuela. Esto, favoreciendo a la oposición y amplificando disputas entre naciones con la colaboración de tres bastiones de apoyo estadounidense -Perú, Ecuador y Argentina.

El reciente análisis de Sputnik, “América Latina, ¿más desunida que nunca en el siglo XXI?”, hace una aproximación al tema de la unidad latinoamericana con opiniones del politólogo Daniel Prieto.

La crisis diplomática entre México y Ecuador por la detención del exvicepresidente Jorge Glas y los últimos cruces públicos entre varios mandatarios latinoamericanos, como el protagonizado por el colombiano Gustavo Petro y el argentino Javier Milei, alejan cada vez más a América Latina de la mejor época de la integración regional de principios del siglo XXI, citó el experto.

Además de esas diferencias, otros presidentes latinoamericanos como Petro, Milei, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el venezolano Nicolás Maduro o incluso el salvadoreño Nayib Bukele no dudaron en hacer públicas sus diferencias directas con otros mandatarios de la región, muchas veces comprometiendo las relaciones diplomáticas entre las naciones.

Según Prieto, las posiciones ideológicas de los distintos gobiernos de América Latina y el Caribe, que oscilan entre la izquierda, la derecha y el autodenominado centro, prevalecen por encima de los intereses económicos y comerciales e impiden que haya diálogos fructíferos para la reintegración de la región.

El analista consideró que estas diferencias entre gobiernos “han ralentizado los procesos de integración latinoamericana”, los cuales avanzaron en décadas anteriores, y conspiran contra la consolidación “de un bloque regional sólido capaz de negociar en conjunto con otros bloques regionales, como el Sudeste Asiático con China a la cabeza, la Unión Europea o Norteamérica”.

Para Prieto, en la última década los diferentes presidentes latinoamericanos dieron mucha más importancia a las agendas políticas internas que a una regional, en función de los respectivos ciclos electorales que deben afrontar en sus países, algo de lo cual se aprovecha Washington para retomar su agenda de dominación nunca olvidada.

arb/lb

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