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jueves 10 de octubre de 2024
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Colombia, el gobierno Petro y la influencia del cuarto poder

Bogotá, (Prensa Latina) En palabras del presidente de Colombia, Gustavo Petro, el periodismo realizado en su país se presta para hacer propaganda política en favor de la extrema derecha.

Ivette Fernández

Corresponsal jefe en Colombia

En dìas recientes, el mandatario advirtió que, contrario a la verdad, en el ejercicio comunicativo se usa la mentira de manera generalizada y se ocultan fechas en titulares para endilgarle corrupción al actual gobierno cuando es de otros.

“Los grupos neonazis parecieran dominar el relato mediático. Se les abren las puertas, se recogen sus mensajes en las redes solo porque atacan al presidente, sin un solo examen de verificación, olvidando que detrás de ellos siempre está [Joseph] Goebbels”, afirmó en alusión al ministro nazi de Propaganda que ejerció entre 1933 y 1945.

A su juicio, en la nación sudamericana el gran capital tiene periodismo, lo paga y cuenta con la mayoría de los medios, en tanto no funciona así con la gente trabajadora y humilde.

También denunció que la perspectiva del gran capital, su visión sobre las pensiones, la salud y los grandes negocios con lo público se irradian masivamente, en tanto no se visibilizan de igual manera los criterios de la mujer trabajadora o del viejo sin pensión. Para analizar el escenario mediático que prima hoy en Colombia, Prensa Latina conversó con dos profesionales cuyo desempeño tiene que ver con el ejercicio periodístico y con aquel realizado desde las redes sociales.

PULSO CON EL GOBIERNO

Oscar Perdomo, editor de la revista Raya, empieza por aclarar que en Colombia la prensa está casi en su totalidad concentrada en grupos de interés que hoy están en la oposición al gobierno de Gustavo Petro y, en lo estratégico, son contrarias a cualquier alternativa distinta al discurso hegemónico neoliberal.

Comentó que por esa causa es claro que el conjunto de estos medios está desarrollando su proceso comunicativo, con matices, en divergencia con el gobierno.

“Los matices están basados en las diferentes agendas que por sectores de bloque de poder representan cada uno de ellos. Podríamos decir que hay medios que representan algún sector de la burguesía financiera, y sus disputas internas; otros a burguesías más industriales, incluso ligadas a procesos de desarrollo del capital nacional o territorial; y un último grupo ligado a clanes (o mafias) de poder territoriales”, explicó.

A su juicio, esto implica que aunque todos estén en oposición, algunos ejerzan una oposición frontal y desestabilizadora, y otros adoptan una postura más moderada, dada su articulación a grupos de poder que mantienen canales de diálogo con el gobierno.

En opinión del abogado, editor del Periódico Conciencia y también influencer, David Porras, los medios tradicionales de prensa en Colombia reflejan la gestión de Petro de manera crítica, en muchos casos resaltando conflictos y dificultades más que logros.

Esta cobertura no siempre es inexacta, pero tiende a estar sesgada hacia una narrativa que responde a los intereses de las élites tradicionales, que pueden sentirse amenazadas por las propuestas de cambio del gobierno, consideró.

Perdomo, por su parte, expresó que si bien cada medio representa los intereses de quienes los dirigen o de quienes son propiedad, la única coincidencia del discurso es en poner bajo sospecha cada acción, propuesta, o política pública del gobierno, algunos desde el saboteo directo, y otros desde una postura crítica de derecha.

Esto, dijo, con la finalidad de narrarle al país una idea de gobierno en crisis permanente, cuando no desgobierno, y lograr así una derrota estratégica a largo plazo, por vía de la inconveniencia o la simple desilusión de un proyecto político que deberían representar las fuerzas alternativas al orden social vigente instaurado en Colombia.

FUERZAS DESNIVELADAS

Junto con los grandes conglomerados mediáticos están también medios alternativos en el escenario informativo colombiano. Sin embargo, el poder de los primeros opaca en gran medida el relato de los segundos. Según expone Porras, aunque han ganado influencia, especialmente en redes sociales y ciertos sectores de la población, los progresistas carecen del alcance, los recursos y la infraestructura de los medios tradicionales.

Destacó, no obstante, que juegan un papel crucial al ofrecer perspectivas alternativas y desafiar los relatos predominantes.

El Gobierno, planteó, ha utilizado medios y comunicadores alternativos, pero de manera a veces fragmentada y sin una coordinación estratégica robusta que ha limitado su capacidad para contrarrestar eficazmente la influencia de los medios tradicionales y consolidar una narrativa coherente sobre su gestión. Perdomo enfatizó, por su parte, que el gobierno carece de una estrategia comunicativa que tenga la capacidad de hacer control a las maniobras de la derecha desarrollada desde los medios corporativos hegemónicos.

Desde el punto de vista institucional no existe coherencia y articulación entre los múltiples equipos de comunicación de gobierno y sus aliados parlamentarios, estimó.

Refirió que si bien cada legislador hoy afín al ejecutivo tiene un equipo de comunicación, esto no se revierte en la difusión de información estratégica para el gobierno, y tampoco contribuye a la construcción colectiva de una matriz político-comunicativa alternativa.

La demostración diaria de eso, acotó, es que la defensa estratégica del gobierno Petro está basada y desarrollada casi de manera exclusiva en las mismas capacidades comunicativas del presidente ejercidas desde su propia cuenta de X.

Porras, en cambio, sí considera que el llamado Gobierno del Cambio tiene una estrategia comunicativa, pero a menudo parece ser reactiva en lugar de proactiva.

Aunque se ha utilizado el acceso directo a la ciudadanía a través de redes sociales para defender posiciones y responder a críticas, la estrategia a veces carece de cohesión y planificación a largo plazo, lo que debilita su efectividad en el contexto de una constante presión mediática, aseveró.

Reveló además que no hay una sala de crisis que combata efectivamente los “escándalos” usualmente creados o magnificados por la derecha y genere rápidamente una contranarrativa que exponga la verdad de los hechos.

EL CONTRADISCURSO

¿Qué hacer entonces ante un escenario comunicativo que revela hostilidad hacia el programa de Petro?

A juicio de Porras, es preciso desarrollar una narrativa clara y coherente, o sea, conectar las políticas del gobierno con las preocupaciones y necesidades cotidianas de la ciudadanía, y también fortalecer las alianzas con medios alternativos.

Abogó asimismo a favor de dar un uso estratégico de las redes sociales y que se enfoquen no solo en responder, sino en construir una presencia constante que anticipe y comunique logros y proyectos de manera efectiva.

Por otra parte, mencionó la pertinencia de diseñar campañas de información que expliquen de manera simple y accesible las políticas públicas y sus beneficios, al tiempo que enfatizó en la importancia de establecer una comunicación más emocional y participativa.

Sobre este punto, dijo, se trata de involucrar a la ciudadanía como vocera de los cambios logrados, dando protagonismo a historias de vida impactadas por las políticas del gobierno.

Perdomo va más allá al considerar que no es posible pensarse hoy en una estrategia comunicativa sólida para la coyuntura inmediata y que haga frente a la opinión negativa alrededor del gobierno Petro, sin analizar y resolver de fondo el problema de la estructura de la propiedad de los medios y su financiación.

“No hacerlo, y sobre todo no transformarlo, significa seguir en una disputa francamente desequilibrada y prácticamente inviable”, opinó.

Comentó, no obstante, que se deben fortalecer iniciativas comunicativas alternativas, con el objetivo de que crezcan hacia el copamiento y disputa directa con los medios tradicionales, fomentando la producción de contenidos de calidad y que logren competir con los medios hegemónicos.

Todo lo anterior solamente se puede cambiar a partir de una estrategia comunicativa seria, vinculada y organizada de manera centralizada, desde las posibilidades de gobierno, y basadas esencialmente en las potencialidades comunicativas en el ámbito de lo alternativo, remarcó.

arc/ifs

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