Por Glenda Arcia
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Argentina
Numerosas iniciativas concretaron agrupaciones como las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, en recordación de los más de 30 mil detenidos-desaparecidos durante ese período, exigieron el respeto a los derechos de todas las personas y el procesamiento de los autores de delitos de lesa humanidad.
También instaron a enfrentar el negacionismo y fortalecer la lucha basada en los principios de Memoria, Verdad y Justicia.
Con tal propósito celebraron alrededor de la Pirámide de Mayo, en esta capital, la Marcha 43 de la Resistencia, en la cual participaron entidades como la Central de Trabajadores de Argentina-Autónoma, la Asociación de Trabajadores del Estado, la Gremial Docente y el Partido Obrero.
También asistieron miembros del Servicio de Paz y Justicia, el Centro de Abogados por Derechos Humanos, el Frente de Organizaciones en Lucha y la Izquierda Socialista.
Realizada por primera vez en 1981, la marcha fue convocada en aquel entonces para denunciar el terrorismo de Estado y demandar la aparición con vida de las víctimas.
Durante el mandato del expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) fue suspendida por considerar que el enemigo no estaba más en la Casa Rosada.
En 2015, las Madres volvieron a las calles para rechazar la gestión de Mauricio Macri y lo hicieron ahora para condenar el negacionismo y las políticas de ajuste del Gobierno del presidente Javier Milei.
Estaremos en las calles todo lo necesario, aseveró la luchadora Nora Cortiñas durante la jornada del 7 de diciembre, tres días antes de la toma de posesión del líder de La Libertad Avanza.
Además, resaltó la necesidad de redoblar los esfuerzos para garantizar que continúen los juicios que procesaron ya a mil 200 genocidas.
Las Madres seguiremos juntas para que no paren ningún proceso. Debemos presentar nuevos hábeas corpus para que nos revelen qué saben sobre lo que pasó con nuestros hijos, afirmó.
Tenemos que volver a pujar por la verdad, la memoria y la justicia y lograremos que nos digan algo más, añadió.
Además, instó a los jóvenes a acompañarlas en las acciones que sean necesarias.
A su vez, Elia Espen pidió castigo para los represores y la aparición de los bebés robados por ellos.
“Ante los que conjugan el verbo obedecer, yo no perdono ni olvido. ¿Pretenden que nos abracemos con los genocidas? Hasta mi último suspiro pediré que se abran los archivos de la dictadura, aseveró.
Hasta la fecha, las Abuelas lograron recuperar a 133 nietos arrebatados a sus familias por los militares y devolverles su identidad y origen.
La presidenta de esa asociación, Estela de Carlotto, prometió que la búsqueda de los 300 niños (ahora adultos) que faltan continuará con la misma fuerza que durante los más de 40 años transcurridos.
De Carlotto señaló que el triunfo de Milei y Victoria Villarruel en las elecciones generales fue “un gran baldazo de hielo al corazón”, pero aseguró que “no es momento de pesar, sino de seguir”.
“Nos humillaron durante la campaña, pero ahora son las autoridades del país. Nosotras siempre luchamos por la paz y la recuperación de la identidad de nuestros nietos. No vamos a dejar de hacerlo. Nunca claudicaremos”, comentó.
Asimismo, insistió en la necesidad de preservar la memoria histórica y no permitir que se repitan los crímenes de lesa humanidad perpetrados en centros clandestinos de detención donde torturaron y violaron a personas que luego fueron tiradas al mar.
Lo de ayer fue lágrimas, lo de hoy es lucha. Seguiremos buscando a nuestros nietos robados durante la dictadura, misión por la que pusimos en riesgo nuestras vidas. No es que seamos valientes, sino que sentimos un amor enorme por esa generación diezmada, dijo.
“Hay que mirar para adelante. Estamos vivos, tenemos un país maravilloso y cuando se haga algo que no le gusta al pueblo, saldremos a manifestarlo”, agregó.
También criticó los intentos de negar y borrar la historia argentina y de destinar a otros fines el espacio donde se ubica el Museo Sitio de Memoria ESMA, declarado este año Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
La instalación está ubicada en el edificio del Casino de Oficiales, donde funcionó un centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los más de 700 que existieron en Argentina durante la dictadura.
El lugar no fue alterado durante su recuperación, sino que permanece como fue descrito en los testimonios de los sobrevivientes en el llamado Juicio a las Juntas (1985) contra los principales jefes militares de aquel período y en los procesos retomados a partir de 2004.
En él estuvieron retenidos cerca de cinco mil militantes políticos y sociales, de organizaciones revolucionarias —armadas o no—, trabajadores, estudiantes, profesionales, artistas y religiosos, la mayoría de los cuales fueron arrojados vivos al mar.
Además, allí nacieron en cautiverio cientos de niños, luego separados de sus madres y apropiados ilegalmente o robados.
La declaración del museo como Patrimonio Mundial tuvo lugar en septiembre de este año y fue resaltada por numerosas personalidades, entre ellas el entonces jefe de Estado, Alberto Fernández.
El exmandatario aseveró que dicha decisión es un acto de justicia y resaltó que la memoria colectiva hace que los pueblos no repitan sus historias.
En la ESMA se expresó lo peor del terrorismo de Estado. La Argentina de esos años sufrió la persecución de todos los que se oponían a la dictadura. Algunos fueron perseguidos, otros detenidos y casi todos, torturados. Otros terminaron exiliados, muchos fueron asesinados y desaparecidos, señaló.
Hasta el día de hoy seguimos buscando los cuerpos de numerosas víctimas, afirmó.
Recientemente, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel destacó que la democracia y los derechos humanos son valores indivisibles y si se violan los segundos, la primera se debilita y desaparece.
En un mensaje a los jóvenes, los instó a seguir luchando y no perder la esperanza.
Hay que construir nuevas posibilidades de crecimiento político, revisar los errores y no permitir que gobiernos como el de Macri vuelvan a traernos deudas externas que son eternas e impagables. Debemos prepararnos para defender nuestros recursos naturales, indicó.
No todo está perdido, porque los argentinos tenemos bases de resistencia, experiencia, formación social y sindical. Mucha fuerza, esperanza y no dejen de sonreír. Estamos en un laberinto y solo se sale por arriba. Podremos ver el sol, aunque nos sacudan las lluvias y los vientos, apuntó.
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