Por Verónica Nuñez Lastres

Redacción de Cultura

Esta ópera prima de Doñas es una road movie, un drama con situaciones cómicas, pues en palabras de su director, la realidad cubana es tan diversa e impredecible que el humor es inevitable.

Hace siete años que no hacía cine, y regresar a mi pasión inicial con un elenco de lujo, en Cuba, con una película que me permitió viajar a todo el país, es más de lo que esperaba, confesó el director en entrevista para Prensa Latina y Radio Rebelde.

La muerte de Felipe, revolucionario italiano naturalizado cubano, da inicio a un viaje inesperado que lleva a su hijo Pepe y al médico Jimmy al corazón secreto de la isla, detalla el sitio web del Programa Ibermedia, que apoyó la realización de la obra.

Entre paisajes intensos, silencios elocuentes y encuentros sorprendentes, el camino hacia la remota Baracoa se convierte en un recorrido de profunda transformación, entre lo surrealista y lo tierno, donde mundos opuestos terminan reconciliándose, finaliza la sinopsis.

La realización contó con la colaboración de Pointmedia Italia, De la Huerta Producciones, el Fondo de Fomento del Cine Cubano y Neos, con producción de Umberto Guido, Francesco Papa, Carlos de la Huerta y Filippo Ascione, quien fue guionista junto a Doñas.

El sonido estuvo a cargo de Damián Rubiera, Matteo Lugara, Rainer Russo, Fernando Alba y Giancarlo Russo; dirección de arte de Alexis Álvarez, música original de Bárbara Llanes, montaje de Francesco Galli y fotografía de Lorenzo Casadio.

Baracoa representa el regreso a las pantallas nacionales del actor Yadier Fernández (Jimmy), acompañado de un elenco de lujo con figuras como los italianos Giancarlo Giannini y Giovanni Giusto, y coprotagonizado por el cubano Carlos Luis González (Pepe).

Al ser road movie, hay muchos personajes episódicos, pero quise que fueran interpretados por grandísimos actores cubanos como Paula Alí, Yordanka Ariosa o Carlos Pérez Peña, comentó Luis Ernesto Doñas.

Siento que es una película en la que los actores crean micromovimientos y un arco de transformación muy claro, lo que de verdad es un buen trabajo para ellos, añadió.

Carlos Luis González, uno de sus protagonistas, no pone expectativas en lo que hace, prefiere disfrutar del proceso y no pensar en el alcance de la película o sus premios; Baracoa fue un trabajo duro y al mismo tiempo, una bendición.

Muchas veces subestimamos la posibilidad de hacer cine en esta actualidad y ha sido un regalo poder hacerlo con este equipo, estos actores, el poder compartir rol protagónico con un gran amigo y hermano de muchos años (Yadier Fernández).

Mientras, para su compañero de elenco fue gratificante volver con su público original, como se refirió a los cubanos, con una historia que le pareció apasionante desde la lectura del guion y un estilo de personaje que nunca le habían ofrecido.

La verdad fue mucho reto, con poco tiempo de preparación, pero no podía decir que no y lo asumí con toda la audacia posible, reveló Fernández, quien pudo conocer y prepararse con apoyo del Jimmy original que inspiró el filme.

¿Qué se llevan de sus personajes?

Todos los personajes siempre tienen un poco de uno, y uno al final siempre se queda con ese cariño que les pone; siento que puse mucho de Carlos, y me llevo mucho de Pepe, señaló Carlos Luis González.

Yadier Fernández considera coincidente la generosidad, la bondad y el valor de la amistad; su rol sabía escuchar y eso le gustó muchísimo.

Cuando traduces esto a un personaje, le vas añadiendo vivencias propias, anécdotas del mismo Jimmy que llegué a conocer, e incorporas ademanes, pero hay todo un trabajo psicológico y un mundo interno que no se dice en el texto, finalizó.

Baracoa se alzó con el Premio Súmate y una Mención especial de la Universidad Agraria de La Habana en el recién concluido 46 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana; para su director, este dramedy almodovariano retoma el tiempo y la paciencia para entender la identidad cubana.

Las personas decían que era una película vintage, porque es nostálgica y habla de valores nuestros que por la rapidez de la rutina, olvidamos, reflexionó.

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