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domingo 1 de diciembre de 2024
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Sudán entre descalabros

La Habana (Prensa Latina) El posible arreglo para lograr la paz se aleja del conflicto sudanés, mientras cada contrincante trata de hacer valer su fuerza a toda costa y también de imponer sus criterios en el ámbito subregional.

Por Julio Morejón Tartabull

Redacción África y Medio Oriente

Tras 10 meses de combates, el conflicto que continúa atrapado en un callejón sin salida, atraviesa por una sinuosa parálisis política y en el terreno no hay evidencia de una guerra total, pero tampoco de interés por finalizarlo.

Como la pugna persiste, varios observadores alarmaron con una virtual división territorial entre el Ejército (SNA) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (SFR) de los generales Abdel Fattah al Burhan y Mohamed Hamdan Dagalo, respectivamente.

Pese a las gestiones mediadoras, el escenario semeja un inestable lote de arena por donde transitar no es seguro; siempre se corre el riesgo de hundirse y perderse todo intento de conciliación por actos irracionales de odio, como la violencia sexual.

Cada contrincante expone su “verdad” en comunicados y versiones no oficiales (filtradas) que ilustran sucesos con los matices de interés de cada quien, sin que a la larga haya terceros que desmientan o confirmen.

Al respecto los partes de guerra resultan más sugerentes que veraces y requieren detalles muy precisos para conceder la certeza que demanda la información militar; durante meses esos documentos presentaron al SNA en desventaja.

Sin embargo, “las Fuerzas Armadas Sudanesas lanzaron nuevas ofensivas contra las de Apoyo Rápido, paramilitares de oposición, recuperando parte del territorio en Omdurmán, entre otros lugares”, anotó revista-adf.com.

Analistas citados por el sitio digital destacaron la capacidad operativa de las SFR y coincidieron en subrayar su movilidad en el teatro de operaciones, las consideran “ágiles y capaces”.

Esa milicia paramilitar, ahora un cuerpo armado suficientemente vertebrado, procede del yanyauid -jinetes armados árabes, progubernamentales- que enfrentaron a las guerrillas durante el conflicto en la región de Darfur (2003-2020).

Por consiguiente, algunos peritos identifican las potencialidades de las SFR con las experiencias en formas no convencionales de combate obtenidas durante años de guerra en el occidente sudanés.

Los paramilitares fueron empleados en la infantería por el Ejército, lo cual explica que los rivales se conozcan bien como para no errar en asuntos tácticos, que poco a poco pueden definir los avances estratégicos en la contienda. Aunque esto no significa que el triunfo esté en uno u otro lado, sino son antecedentes a evaluar, como lo es que el interés ofensivo castrense difundido por los medios tampoco aporte victorias.

LA DIVISIÓN

El Ejército controla el corredor del río Nilo, las provincias del este y algunas áreas en zonas de las SFR, mientras que estas usaron su movilidad y combatientes duchos para posesionarse en el oeste y sur del país.

Existe temor a que ocurra una nueva división en el otrora país más extenso de África, luego de que parte de su territorio lo ocupara desde 2011 Sudán del Sur, el Estado más joven del continente.

Aunque puede ocurrir otro fraccionamiento, no parece posible de inmediato por varias razones, una sería el caos de desplazados y refugiados que podría desembocar en una profunda crisis humanitaria o estallar la bomba demográfica.

La ONU registra unos “ocho millones de desplazados internos, a los que se suman 1,7 millones de personas que cruzaron la frontera hacia Sudán del Sur, Chad, Etiopía, Egipto, República Centroafricana y Libia”.

Otra peligrosa secuela sería avivar viejos conflictos entre comunidades que sobrevendrían en las nuevas condiciones, algunos se están librando en el contexto de lucha entre los efectivos de Al Burhan y los de Hamdan Dagalo.

También, una supuesta partición territorial incidiría en la crisis socioeconómica de los últimos seis-siete años, cuya nota sobresaliente fue el derrocamiento del presidente Omar Hasán al Bashir en 2019 y el paso a una transición poco efectiva.

De quedar dividido Sudán, eso entrañaría una disminución de su influencia en el mapa del Islam, lo cual, aparte del componente confesional, incluiría otros de carácter geopolítico.

En enero pasado Sudán abandonó la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), el esquema de integración de África Oriental encargado de la mediación en el conflicto.

Tomó esa decisión luego de que el grupo invitara sin consultar previamente con Sudán a Hamdan Dagalo a una reunión cumbre que sesionaría en Uganda, algo que Jartum calificó de intromisión en los asuntos del país.

“Lo que ocurre en Sudán es un asunto interno y no significa que su pueblo no sea capaz de resolver esta cuestión por sí mismo”, afirmó el general Al Burhan en su calidad de presidente del Consejo Soberano, máximo órgano de poder.

Desde abril del pasado año persiste la guerra, tras las SFR acusar a los mandos del Ejército de querer apoderarse del poder y marginar a los paramilitares, a quienes se trató de retirar la legitimidad y hoy son oficialmente identificados como terroristas.

Hasta el momento la contienda causó unos 12 mil muertos, alrededor de ocho millones de desplazados y más de un millón 300 mil refugiados, así como devastó extensos parajes.

arb/mt

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