Por Oscar Bravo Fong
Redacción África y Medio Oriente
Según el ente Proyecto de Datos de Localización de Conflictos Armados, como consecuencia de la espiral de violencia desatada en ese territorio desde mediados de abril de 2023 hasta la fecha murieron más de 13 mil 200 personas y cientos resultaron heridas, en un marco de unos cuatro mil 800 incidentes violentos.
Fuentes humanitarias que situaron, no obstante, el número de occisos en unos 24 mil, revelaron también una alarmante cifra de desplazados en el período: más de 12 millones de civiles, como parte de la crisis multidimensional que vive ese territorio, afectado además por la propagación de enfermedades como el cólera.
Sólo en el estado de Al-Jazirah, en la región centro este, por causa de la violencia desatada por las RSF se reportaron siete mil decesos, en tanto 1,5 millones huyeron de poblados del este de la demarcación, declaró el secretario general de la organización Conferencia de Al Jazirah, Al Mir Mahmoud.
La organización paramilitar realiza ataques de represalia contra aldeas del este y el sur de Al-Jazirah desde finales de octubre último, tras la deserción de un comandante clave, Abu Aqla Kakil, quien se afilió al Ejército nacional, apuntó el portal digital Sudán Tribune.
Por otra parte, fieros combates se desarrollaron entre las fuerzas enemigas en el área de El-Fasher, en el estado de Darfur Norte (noroeste). Las Fuerzas de Apoyo Rápido, en una de sus más recientes acciones en la demarcación atacaron un hospital, donde ultimaron a nueve personas e hirieron a otras 20.
Al calor de la escalada de violencia entre ambos lados, las RSF, consideradas milicias terroristas por el Gobierno, también embistieron con artillería de largo alcance en los 11 primeros días de diciembre el Campamento de desplazados de Zamzam y áreas circundantes de El-Fasher.
Tras sus acciones en la primera instalación, que alberga casi un millón de desplazados, resultaron muertos 73 civiles y heridos otros 370.
En tal sentido, los agresores esgrimieron que sus asaltos estaban justificados porque dentro del campo se encontraban combatientes aliados del Ejército, lo que fue refutado por los residentes del recinto.
Dentro de Zamzam, situado a unos 13 kilómetros al suroeste de El-Fasher, la organización Médicos Sin Fronteras denunció que los ataques convirtieron la vida de los desplazados en una pesadilla viviente, con víctimas y pánico generalizado.
Tanto las RSF como las tropas regulares fueron acusadas a lo largo del año por organizaciones benéficas de cometer atrocidades contra la población civil, entre ellas, crímenes, agresiones sexuales, desplazamientos forzados y limpieza étnica.
ESCALADA DE UNA CRISIS
De acuerdo con el director de Acción contra el Hambre en Sudán, Samy Guessabi, la grave situación humanitaria en territorio sudanés escaló de forma drástica ya que pasó de 15,8 millones de necesitados de ayuda en 2023 a cerca de 25 millones, lo cual la convierte en una de las mayores crisis de desplazados y hambre del mundo.
El cuadro social es más grave en Darfur Central y Kordofán del Sur, donde alrededor del 68 y el 58 por ciento de la población, respectivamente, sufren inseguridad alimentaria.
Uno de los hechos que más llama la atención es que los dos bandos durante este año en diversas ocasiones atacaron mercados en Darfur Norte, Jartum y otras áreas, lo que además de causar decesos de civiles, destruyó infraestructuras y enormes cantidades de alimentos.
Vale decir que en el lapso miles de sudaneses huyeron de zonas de conflicto hacia países vecinos como Sudán del Sur, Chad, Etiopía y Uganda, lo que ejerce presión sobre esos Estados desde el punto de vista alimentario y los obliga a solicitar asistencia internacional para los refugiados.
EJÉRCITO CAPTURA IMPORTANTE CIUDAD
Marca el actual año, en ese contexto, el que las Fuerzas Armadas Sudanesas el 23 de noviembre último recuperaron de manos enemigas la estratégica ciudad de Sinja, capital del oriental estado de Sennar, la cual ocupaban las RSF desde finales de junio del actual 2024.
Con la recaptura de Sinja, considerada bastión importante al ser sede de la 17 División de infantería, el Ejército nacional debilitó significativamente la posición del ente irregular en el centro de Sudán y redujo la amenaza de su expansión al vecino estado del Nilo Azul, valoraron analistas.
Luego de reunirse en noviembre último con las autoridades eritreas, el presidente del gobierno de transición sudanés, Abdel Fattah al-Burhan, quien no descartó seguir usando la fuerza de las armas, abogó por encontrar una solución negociada al conflicto en su país para alcanzar la paz.
En Sudán está vigente un acuerdo alcanzado en la ciudad de Jeddah, Arabia Saudita, el 7 de noviembre de 2023 entre el Ejército y las RSF, en que ambas partes se comprometieron a facilitar la entrada al país de ayuda humanitaria y proteger a los civiles.
Sin embargo, el pacto, suscrito con la mediación de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), Arabia Saudita y Estados Unidos, resultó vulnerado en diversos momentos en el territorio sudanés al calor de la virulencia de los combates, concordaron denunciantes.
En el territorio sudanés, con una población ascendente a unos 48 millones de habitantes, el conflicto armado se desencadenó entre el Ejército, comandado por el general al-Burhan, y las RSF, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, debido a fuertes contradicciones por cuotas de poder entre ambos representantes.
Los dos jefes, antes aliados en un gobierno de unidad nacional, se enemistaron en medio de un proceso de integración del grupo paramilitar a las tropas gubernamentales.
Como se conoce, el ente irregular surgió de las antiguas milicias Janjaweed, acusadas de cometer masacres en el anterior conflicto en la región de Darfur.
Cuando aún no se restañaron en el Estado africano las viejas heridas abiertas a partir de 2003 en Darfur y en el que, según Naciones Unidas, perecieron unas 300 mil personas, la nueva guerra civil en Sudán, la cual afecta la región, siega vidas y destruye infraestructuras, sin la posibilidad de un alto al fuego a la vista.
arb/obf