Por Ernesto Hernández Lacher
Redacción Internacional
Budapest está entre los pocos miembros del bloque que se distanció desde el principio de las políticas de sanciones contra Rusia, impuestas desde 2022 tras el despliegue militar especial en el Donbás.
Durante una visita a Moscú del primer ministro Viktor Orbán, a principios de ese mismo año, el jefe del gobierno afirmó que ninguno de los líderes de la UE busca un conflicto con Rusia.
También aseguró que su país como otros de Europa Central, está dispuesto a “hacer todo lo posible para prevenir una guerra fría y reducir la presión y las tensiones en las relaciones internacionales”.
Consideró las entonces incipientes sanciones como un instrumento condenado al fracaso y que, según sus palabras, logran el efecto contrario al que se le atribuye como objetivo.
Por otra parte Polonia, otro de los gobiernos adversos al ente comunitario pero favorable a este en cuanto a la política contra Moscú, expresó que la presidencia de Hungría será un desafío para la UE.
Ha mostrado Budapest una opinión diferente al resto de Europa sobre algunas cuestiones durante varios años, afirmó el primer ministro Donald Tusk, pero al mismo tiempo descartó que su futura posición influya en las decisiones específicas del bloque comunitario.
La UE está estructurada de tal manera que la función de la presidencia no implica la toma de decisiones, sino la tarea de organizar los procesos de toma de decisiones, explicó.
HUNGRIA Y LOS ALTOS CARGOS DE LA UE
Orban dejó clara su oposición a la reelección de Ursula von der Leyen para el cargo de presidenta de la Comisión Europea (CE), aludiendo a falta de gestión.
Europa necesita un liderazgo más eficaz, hay suficientes políticos con talento que pueden hacerlo, dijo Orban, aunque sin dar nombres, en entrevista a medios europeos difundida en su momento por la agencia rusa de noticias Sputnik.
Para el primer ministro húngaro, el Pacto Verde Europeo es una gestión completamente fallida mientras el pacto migratorio no resuelve ningún problema.
El jefe de gobierno también afirmó que los últimos cinco años fueron probablemente los peores en la historia de la UE.
Las recientes elecciones al Parlamento comunitario, prosiguió, demostraron que la gente quiere cambios, pero lo más probable es que siga en el poder la misma coalición gobernante.
En opinión del primer ministro húngaro, se trata de un problema estructural. Von der Leyen busca asegurarse un segundo mandato como jefa de la CE, y necesita para ello una mayoría absoluta de al menos 361 diputados del nuevo Parlamento Europeo, según refleja Sputnik.
Al final, Von der Leyen quedó nominada para permanecer en el cargo, mientras que el ex primer ministro portugués, António Costa, aspira a presidir el Consejo comunitario, y la actual primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, sería la Alta Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad.
Pero esas propuestas aún deberán ser ratificadas por el Parlamento Comunitario. Sobre el conflicto en Ucrania, Orban afirmó que Europa transita a toda prisa hacia una guerra contra Rusia.
Al intervenir en una marcha por la paz, declaró que el financiamiento y envío de armas a Ucrania, las pláticas sobre el despliegue de armas nucleares en esa zona y el regreso del servicio militar obligatorio muestran que “el tren pro-guerra no tiene una parada final”.
Budapest no permitirá que los jóvenes magiares sean enviados al frente, agregó Orban, para quien, según sus propias palabras, la UE es garantía de su bienestar. Europa esta frustrada por el mayor avance de Asia y últimamente crece el número de países europeos a favor de la cooperación con ese continente y no por el distanciamiento, declaró el estadista.
Según el líder húngaro, la recesión en Europa favorece a Estados Unidos y la UE pierde al renunciar a los hidrocarburos procedentes de Rusia a favor de los de Estados Unidos, que son de cinco a 10 veces más caros.
Esas son las posturas conocidas de Budapest, capital que guiará los destinos del mecanismo comunitario tras recibir el banderín de manos de Bélgica.
Bruselas, durante su período logró un acuerdo para unas nuevas reglas fiscales más estrictas con la deuda y el déficit público, además de concesiones a las protestas agrarias o el inicio de las negociaciones con vistas a la entrada de Ucrania al bloque.
También logró cerrar 74 expedientes legislativos y avanzar en unos 60 más, todavía pendientes de consensuar, y cuyas negociaciones hereda Hungría a partir de este 1 de julio.
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