Por Martin Hacthoun
Corresponsal jefe en Argentina
Primero, habrá comicios legislativos el 31 de agosto en Corrientes y el 7 de septiembre en Provincia de Buenos Aires, vistas como medidores de la aceptación pública y la influencia de las diversas fuerzas en pugna.
Ahora, ese escenario electoral tiene de trasfondo una retahíla de escándalos que golpean directamente al mandatario Javier Milei, a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y a cercanos consejeros y funcionarios en puestos clave del gobierno por el cobro de coimas de la venta de medicinas para discapacitados. Aparte de esta bataola, hay otras que empañan la moralidad institucional del gobierno.
La campaña política se desarrolla también en un ambiente económico que da señales recesivas; la economía sufrió en julio su segunda caída más fuerte en 16 meses, el consumo baja a causa del desplome del poder adquisitivo, el desempleo golpea 184 mil trabajadores estatales, unas 15 mil pequeñas y medianas empresas han quebrado, crece la inestabilidad financiera, la actividad industrial apenas roza el 50 por ciento y la deuda sigue ampliándose.
Aparte de que estarán en disputa 24 bancas en el Senado y 127 en la Cámara de Diputados en octubre, el resultado en las urnas será interpretado como un medidor de la aceptación del público del gobierno de Javier Milei que quiere tener mayor presencia en el palacio legislativo para impulsar sus políticas.
De ganar la LLA/PRO, la Casa Rosada lo sentirá como un respaldo a su programa de ajuste económico y le servirá como sustento al mercado financiero respecto a la viabilidad de su programa económico a fin de recabar apoyo para profundizar su política monetaria y de ajuste económico.
Por el otro lado, Fuerza Patria que el Partido Justicialista logró articular como frente de unidad tiene el objetivo de mantener sus bancas en ambas cámaras del palacio legislativo, y también ampliarlas a fin de contrarrestar, lo máximo posible, el número de congresistas que pueda llegar a conseguir el oficialismo nacional.
En esa dirección, cada fuerza política, más las otras envueltas en la pugna electoral, presentaron el domingo 17 las listas con sus candidatos.
El peronismo buscó conformarla con referentes de los diversos espacios para cubrir un amplio abanico de sectores, desde el político, social hasta el sindical, con figuras de peso histórico como el excanciller y ex ministro de Defensa Jorge Taiana, quien encabeza la lista para diputados de la Provincia de Buenos Aires.
Por la banda del oficialismo, Karina Milei, armadora del conglomerado de LLA/PRO, que logró representación en la mayoría de las provincias, sumó a las listas a actores, conductores televisivos, “influencers” extravagantes y exdeportistas, hasta una modelo que posaba casi desnuda para la revista Play Boy.
La idea es capitalizar con esos “outsiders” y la popularidad adquirida en la televisión, las redes sociales o el deporte profesional, mientras desechó a políticos del PRO como la exgobernadora de Provincia de Buenos Aires y actual diputada nacional María Eugenia Vidal, figura relevante en el partido de Mauricio Macri, quien ahora se rindió a los pies de Karina y su agrupación fue prácticamente absorbida por la LLA.
Con esos aspirantes Milei confía en superar 40 por ciento de los votos en octubre y hacerse fuerte en el centro del país.
La postulación de los candidatos, en especial de la LLA/PRO mostró lo que parece convertirse en una costumbre que se va instalando en la política argentina, “incursión de personajes mediáticos y celebridades que hasta hace poco se movían en ámbitos totalmente alejados del Congreso”, advierte un comentario del diario Página12.
Aunque esas “celebridades” despiertan entusiasmo en algunos votantes, también suscita críticas de sectores que cuestionan la preparación de estas personas para ejercer cargos legislativos.
La entrega de los postulantes también dejó partidos golpeados por la ruptura, dirigentes que se presentaron en solitario y coaliciones que no alcanzaron la meta, por lo que –a juicio de elDiarioAR- el cierre de listas resultó “una radiografía del clima político actual: fragmentación, personalismos y una competencia que se reconfigura, incluso, en el mismo momento de la oficialización”.
Entonces, el electorado tendrá la última palabra el 26 de octubre, cuando se defina si la popularidad mediática alcanza para convertirse en capital político real.
Por ahora, lo único que tienen los analistas para vislumbrar un probable resultado es lo que muestran las encuestas, pero todavía es muy prematuro para hacer precisiones en un panorama político volátil y cambiante.
Un sondeo que realizó la consultora Zuban Córdoba del 8 al 11 de agosto entre dos mil potenciales votantes repartidos por todo el país reflejó que Milei está lejos de obtener más de 40 por ciento que pronostica, lo que genera alarma en los predios libertarios por la gran paridad en la preferencia del electorado a esta altura.
No obstante, en ese sondeo la alianza LLA/PRO obtuvo la aceptación del 38,6 por ciento de los encuestados. Sin embargo, la diferencia con Fuerza Patria es casi nula y podría revertirse en el marco de la campaña, dado que el frente del justicialismo obtiene una intención de voto del 37,9, tan solo una mínima diferencia de 0,7 puntos.
Empero, ese estudio fue hecho días antes de que estallara el escándalo que hoy crea negros nubarrones sobre la Casa Rosada de los hermanos Milei, y ya circulan encuestas que resultan alarmantes para el oficialismo.
Una realizada entre electores que llevaron a Milei a la Presidencia en diciembre de 2023 detectó que El 50 por ciento del electorado netamente libertario en Provincia de Buenos Aires afirmó que a pesar del escándalo va a seguir votando a La Libertad Avanza; aunque el otro 50 por ciento restante no lo hará.
La investigación igualmente muestra que 30 por ciento está arrepentido y no va a volver a votar por la LLA, lo que demuestra una profunda desilusión y enojo hacia Javier Milei y su entorno.
El sondeo encontró, además que 20 por ciento que sí tenía pensado apoyarlo en las urnas, ahora a causa del escándalo desatado no acudirá a votar; siendo esto una nueva muestra más de apatía y desencanto hacia la gestión política del actual gobierno argentino.
En este contexto, apareció una tercera fuerza política, Grito Federal, que lo compusieron seis gobernadores de diversos signos políticos: Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Ignacio Torres (Chubut) y Claudio Vidal (Santa Cruz), que primero llamaron su concertación “Provincias Unidas”, y según encuestas cuenta por ahora una aceptación del 8,3 por ciento del electorado, monto que le roban al peronismo y al oficialismo.
El Frente de Izquierda es otro de los armados en contienda que el sondeo de Zuban Córdoba da 3,1 por ciento de la intención de voto entre los potenciales votantes.
Ahora los encuestados que no saben a cuál fuerza elegir representan el 7,2 por ciento y en el acápite “Otro”, 4,9 por ciento, lo que da un nivel de indecisos de 12,1 puntos, cuyo voto será determinante el 26 de octubre si por fin acuden a las urnas.
El gran desafío para el peronismo es convencer al electorado que acuda en masa a las urnas, para romper la apatía política que se ha mostrado en comicios legislativos locales en varias provincias que adelantaron sus elecciones, con la idea de que con esa participación puedan obtener decisivos dividendos.
Aunque falta todavía dos años y medio, Zuban Córdoba hizo una última pregunta en su estudio: “Si les gustaría o no una posible reelección del Presidente en el 2027 para otros cuatro años de mandato”.
En ese escenario hipotético, casi cuatro de cada 10 participantes respondieron positivamente (37,9%), mientras que la mayoría se mostró en desacuerdo (58,1%). Además, solo un 4 por ciento no supo qué responder.
arc/mh