sábado 14 de diciembre de 2024
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Navío de conocimientos y esperanza por primera vez en Angola (+Fotos)

Luanda (Prensa Latina) Largas filas con personas de todas las edades, entusiasmo y avidez marcaron la acogida de Angola al MV Logos Hope, la mayor librería flotante del mundo que por primera vez llegó a puertos de este país.

Por Karina Marròn

Corresponsal jefe en Angola

Con más de cinco mil títulos a bordo y un programa de actividades diseñado para la estancia en Luanda, desde el 27 de julio al 1 de agosto, subir a la embarcación es mucho más que visitar una librería que de vez en vez se mueve con el vaivén de las olas.

Es una experiencia cultural inigualable, porque el Logos Hope atraviesa los mares gracias a la labor de 350 voluntarios de más de 60 países, quienes, pese a sus diferencias, están unidos por el deseo de compartir conocimientos y esperanza con las diferentes comunidades que visitan.

“Todos somos voluntarios, nadie recibe pago por lo que hace, desde el capitán de la embarcación hasta el director o los doctores”, comentó a Prensa Latina Navya Lankadasu, quien labora en el barco como especialista de comunicación y relaciones públicas.

Con 23 años y de nacionalidad india, lleva seis meses en el proyecto y afirma que se necesita tener pasión por ayudar a otras personas. “No es sencillo, pero es algo que amamos hacer”, añadió.

TODOS A BORDO

Las autoridades angoleñas y la dirección del Logos Hope organizaron la visita de manera que, aunque la fila sea larga fluya sin tropiezos y se priorice a los menores de 12 años de edad y los adultos mayores de 65, quienes tampoco tienen que pagar la entrada (500 kwanzas por persona, unos 57 centavos de dólar).

Ya dentro, lo primero que reciben los visitantes es una información sobre las características de la instalación, sus espacios y facilidades, y también pueden ver un video que resume la labor que realizan y los valores que representan.

Después, de forma ordenada, las personas inician la travesía por entre los libros, donde hay títulos infantiles, materiales escolares, libros didácticos, clásicos de la literatura para niños, además de novelas, ejemplares de poesía, libros de materias diversas y de temática religiosa, entre otros.

Para el estudiante Manuel Sebastião esta es una buena oportunidad para adquirir obras de Shakespeare y Homero, pues hay una gran variedad de grandes autores, dijo a Prensa Latina.

Él y otro compañero estaban felices de llevar a casa clásicos de la literatura y resaltaron además la presencia de libros sobre liderazgo, manejo empresarial y específicos de algunas especialidades, como la Medicina.

En tanto, Paulo Demba comentó que había venido a conocer la embarcación con sus dos hijos y a buscar libros didácticos para ellos. Le agradó mucho encontrar clásicos de la literatura infantil, pero lamentó que estuvieran en inglés.

El MV Logos Hope es operado por GBA Ships, una organización sin fines de lucro con sede en Alemania, cuyos navíos han visitado desde 1970 más de 150 países y acogido a unos 49 millones de personas.

Este barco en particular comenzó sus recorridos en el 2009 y es la mayor embarcación de la organización, y viaja con más de cinco mil títulos.

Editoras de todo el mundo tributan a la organización una variedad de libros no vendidos y eso permite que los puedan ofrecer por una fracción del precio de compra original y, aunque para cada puerto hacen el esfuerzo porque el material esté disponible en el idioma local, no siempre se logra, explicaron a los visitantes.

Pero el MV Logos Hope es mucho más que una librería, en él coexisten, además de una cafetería internacional, un pequeño teatro y un espacio para dinámicas con los niños.

“Para mí, personalmente, lo más hermoso es cuando vienen niños pequeños y se ven tan fascinados. Si miras cuando van llegando ves cómo se iluminan sus rostros, son tan felices, tienen una sonrisa enorme y disfrutan mucho descubriendo el barco, los libros y es realmente hermoso cómo interactúan”, confesó Lankadasu.

Añadió que las piezas teatrales que representan tienen siempre muy buena acogida. “La felicidad que muestran es para mí lo más gratificante. A veces vienen y te dan abrazos, te hablan en diferentes idiomas y hacen muchas preguntas, esa es una gran motivación, es algo que me hace feliz”, subrayó.

UNA COMUNIDAD QUE NAVEGA

El MV Logos Hope es como una comunidad flotante, afirma el plegable informativo de la embarcación y lo reafirmó la joven Lankadasu, quien comentó que tienen a bordo escuela, clínica, un comedor donde comparten y al final resulta “como una pequeña ciudad que navega”.

Los voluntarios vienen de todas las esferas de la vida y tienen diversas profesiones, algunos viajan con sus familias, donde los pequeños tienen sus actividades y los adultos cada uno tiene un papel que cumplir para el buen funcionamiento del barco.

“Para ser voluntario hay que ser mayor de edad y hablar fluidamente el inglés, porque es el idioma en el que nos comunicamos, además de que sus valores deben coincidir con la visión del Logos Hope”, explicó la especialista de comunicación y relaciones públicas.

Al respecto mencionó el propósito de brindar acceso a personas de todas partes a literatura de alta calidad, promover la paz y abrazar la diversidad.

Precisó que tienen dos programas, uno corto que va de tres a seis meses, mientras que el largo va de un año a dos o incluso más. Cada quien tiene que asumir sus propios gastos durante ese tiempo, apuntó. “El próximo mes tenemos cambio de temporada y muchas personas se van y otras se unen al barco. En el año tenemos dos momentos como ese y dependiendo del país donde estemos, ahí se unen los voluntarios”, detalló.

El MV Logos Hope navega fundamentalmente por la región del Caribe y África, mientras que una de sus embarcaciones hermanas hace recorridos por Asia.

En ese periodo la tripulación se convierte en una gran comunidad, donde es imprescindible ser respetuosos los unos con los otros, pues proceden de diferentes países y culturas, sin embargo, esa misma diversidad enriquece la experiencia, junto con momentos de la vida en altamar, como apreciar las bellezas naturales y avistar ballenas.

“En lo personal, en estos seis meses he aprendido a ser más sensible en cuanto a las diferencias culturales y cómo tratar a las personas; unas culturas son muy directas, otras indirectas, y tienes que tomarte el tiempo para ver cómo funcionan las cosas, para comunicarte y trabajar y convivir con muchas personas diferentes y tener buenas relaciones”, señaló Lankadasu.

Al filo de las 18:00 horas, cuando ya el barco está a punto de dejar de recibir visitantes, todavía los angoleños hacen fila para subir a bordo.

“Esta primera vez en Angola es una experiencia gratificante”, afirmó a Prensa Latina la joven india.

Cuando el 1 de agosto el MV Logos Hope leve anclas con su carga de conocimientos y esperanza, enfilará proa hacia Ghana, para después seguir a Sierra Leona y luego al Caribe.

arc/kmg

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