domingo 2 de noviembre de 2025

Los estuches de habanos firmados por Fidel en Cuba (+Fotos)

La Habana (Prensa Latina) Una de las curiosidades más significativas de los habanos está en que muchos de los cofres de esos preciosos productos tabacaleros los firmó el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro (1926-2016).

Por Roberto F. Campos

De la redacción de Economía

Ya de por sí, los habanos o puros Premium (hechos a mano) ganaron fama por su calidad, gracias a la triple condición de clima, suelos y experiencia de los productores, y son sumamente reclamados en el mercado internacional.

La iniciativa de los Festivales del Habano añadió valor a tales productos, un evento que ocurre desde 1999 en esta capital y que atrae por año unas mil personas de unas 70 naciones.

Fidel Castro asistió en varias ocasiones a dichas reuniones y firmara los cajones más sobresalientes puestos en subasta, lo que elevó de sobremanera el atractivo de la puja y la posibilidad de los compradores de poder conversar con el líder.

El Festival del Habano no es solo la cita más importante para los amantes del puro Premium en ell nivel mundial, sino también un evento profundamente ligado con la historia, la cultura y la política de Cuba.

Y en el centro de esa triada, durante muchos años, se erigió la figura de Fidel Castro. Su participación, aunque no siempre física, fue constante y simbólica que elevaba el prestigio del evento y del producto mismo.

Fidel, conocido por su asociación icónica con los puros habanos (que abandonó por razones de salud en 1985), entendió como nadie el valor del tabaco cubano no solo como un producto de exportación vital, sino como un símbolo de la artesanía y la resistencia.

Su participación en el festival se puede analizar en dos facetas principales: su papel como anfitrión de honor en las ediciones a las que asistió y el valor de colección único de los habanos y humidores con su firma.

La presencia de Fidel en el Festival del Habano resultó escasa, estratégica e impactante.

El movimiento de los eventos dedicados al habano comenzó en 1993 con una cena de gala en el restaurante de Las Ruinas, en la periferia capitalina, y luego siguió, en 1995, en la inauguración del hotel Meliá Cohiba, que resultó escenario para la entrega de los primeros premios, en ese entonces nombrados premios Hombre Habano del Año (luego se llamarían Premio Habano del Año) y, en 1999, adopta de manera definitiva el nombre de Festival del Habano.

En el Palacio de Convenciones, en el Museo de Bellas Artes, en el centro nocturno Tropicana, donde se celebraron muchas de esas reuniones, en su cierre, apareció el líder, quien con anterioridad o en ese momento, firmó los estuches y humidores más significativos.

Esas presentaciones no eran meros actos protocolares, sino herramientas de diplomacia económica como una muestra al mundo de la apertura de Cuba a los negocios y al turismo.

Foto: Roberto F. Campos

La firma autógrafa de Fidel Castro en un humidor o en una caja de habanos es uno de los elementos más codiciado para cualquier coleccionista. Su valor puede alcanzar cifras astronómicas en subastas internacionales, a menudo por decenas o incluso cientos de miles de dólares.

Fidel solo firmaba humidores en contadas ocasiones, casi siempre vinculadas con ediciones especiales o a conmemoraciones históricas (como el aniversario de la Revolución o de una marca específica).

La inmensa mayoría de esos objetos firmados los crearon para ser subastados en la Gala de Clausura del Festival. Los fondos recaudados se destinaban al sistema de salud pública de Cuba.

Los humidores que merecían su firma eran piezas de arte en sí mismas. Hechos con maderas preciosas.

Contenían cientos, a veces miles, de puros de marcas Premium como Cohiba, Montecristo o Partagás, todos seleccionados a mano y envejecidos. Cada humidor era numerado, lo cual aumentaba su exclusividad.

Firmaba directamente sobre la madera o sobre una placa de metal o cerámica adosada al humidor. En el caso de las cajas, su firma solía estar estampada o serigrafiada en ediciones especiales, aunque las firmadas a mano son las más valiosas.

Foto: Roberto F. Campos

También firmo cajones subastados por Partagás, en un encuentro en el que incluso participó el cineasta estadounidense Steven Spielberg.

Algunos son ejemplos notables como Humidor Cohiba 2003 (Por el XXXV Aniversario de la Marca): Se crearon 35 humidores excepcionales, cada uno con 35 cigarros de cada vitola de la línea Cohiba en ese momento.

Humidor H. Upmann 2004 (aniversario 160): Un humidor de edición limitada con 160 puros de la marca. Los ejemplares firmados por Fidel alcanzaron precios récord.

Su participación trascendió lo comercial, porque resultaban actos de consolidación de una marca país.

Él era el mejor embajador posible, quien avalaba el producto más lujoso y deseado por los fumadores. Su presencia y su firma dotaban al habano de un aura de historia, rebeldía y exclusividad que ningún otro producto en el mundo puede replicar.

Incluso después de que su salud le impidiera asistir, su espíritu siempre estuvo presente.

Las marcas que él favorecía, como Cohiba, siguen siendo las estrellas del festival. Los humidores que firmó se conservan en colecciones privadas como auténticas reliquias, testigos silenciosos de una era, en la cual el líder de una nación y su producto más famoso estaban irrevocablemente unidos.

Su primera aparición en el Festival del Habano fue en 1999, y la última en 2005, de acuerdo con los reportes de prensa que se pueden encontrar en Internet hoy día.

La predilección de Fidel Castro en su época de fumador se concentraba en el Lancero de Cohiba, cuando lo fumaba no se nombraba así, pues fue una creación para su uso personal que luego pasó a comercializarse.

Foto: Roberto F. Campos

Durante sus años como fumador activo (hasta 1985), Fidel Castro no solo era un aficionado; era un conocedor. Su marca predilecta era Cohiba y su relación con esa marca es única, ya que él fue fundamental en su creación.

La historia es bien conocida en el mundo del tabaco. A principios de los años 60, Fidel notó que uno de sus guardaespaldas fumaba un puro con un aroma particularmente agradable.

Al preguntarle por su origen, resultó que provenía de una torcedora privada. Fidel probó el puro y quedó tan impresionado que sugirió una producción especial para él y los funcionarios de alto nivel.

Así nació Cohiba, que en sus inicios no era una marca comercial, sino un puro reservado para regalo y uso particular. De ese placer personal nació una de las marcas más emblemáticas del ya atractivo portafolio de los habanos de Cuba, cuando muchas piezas de colección llevan su firma.

CURIOSIDADES

Fidel Castro concedió pocas entrevistas relacionadas con el mundo del habano. Era un maestro de la comunicación y utilizaba el tema del puro, con el que se le identificaba mundialmente, como un elemento humano en sus entrevistas, a menudo para suavizar su imagen o hacer un punto político.

De acuerdo con los entendidos, una de las entrevistas más significativas resultó la concedida a Jeffrey Goldberg de The New York Times (2010). Aunque para esa fecha ya llevaba 25 años sin fumar, la conversación es una de las más citadas sobre el tema.

La entrevista con el periodista italiano Gianni Minà (varias, pero destacó una de los 80). En una de sus conversaciones durante la época en que Fidel aún fumaba, el líder habló extensamente sobre el placer de fumar un puro, el ritual que lo acompañaba y su papel en sus largas jornadas de trabajo y deliberación.

Otra muy destacada, muy particularmente en relación con los puros fue la que propició una portada de Fidel en la revista estadounidense Cigar Aficionado (1994), la publicación más importante del mundo sobre puros Premium. La imagen es icónica y resultado de una cuidadosa estrategia.

En esa ocasión, el entrevistador fue el periodista y director de Cigar Aficionado, Marvin R. Shanken.

Fidel habló con nostalgia de su época como fumador, explicó porqué dejó de fumar y elogió la calidad insuperable del tabaco cubano.

Las piezas tabacaleras cubanas con la firma de Fidel Castro constituyen un acontecimiento que rebasa la trayectoria de un hombre, quien contribuyó a resaltar la la calidad de tal vez el producto más autóctono de Cuba que exalta la industria nacional cubana y sus productores.

arc/rfc

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