domingo 19 de enero de 2025
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Las ballenas jorobadas visitan República Dominicana

Santo Domingo (Prensa Latina) Miles de personas, dominicanas y extranjeras, esperan ansiosas la llegada de ballenas jorobadas que abandonan las bajas temperaturas del Atlántico Norte para instalarse en las cálidas aguas de la bahía de Samaná, en el noreste de la República Dominicana.

Por Mariela Pérez Valenzuela

Corresponsal jefa en República Dominicana

Es habitual la presencia de estos cetáceos de gran porte que llegan para reproducirse a Samaná, desde este enero y hasta marzo, luego de recorrer miles de kilómetros.

Las ballenas jorobadas realizan lo que se catalogan como espectaculares rituales de apareamientos en las cálidas aguas del mar Caribe.

Los recién nacidos, pegados a sus madres, solo abandonan el sitio cuando son lo suficientemente fuertes para defenderse de depredadores que merodean los entornos de este país.

La temporada del arribo de estos mamíferos comenzó el pasado 15 de enero y hasta que se alejen de la provincia de Samaná brindarán uno de los espectáculos naturales más esperados.

Expertos consideran que, por su ubicación, la península homónima es una de las mejores ubicaciones del planeta para la observación de las ballenas jorobadas, uno de los mamíferos marinos más grandes del planeta; toma este nombre debido a la curvatura que adopta su columna cuando se sumerge en el agua.

De acuerdo con expertos, un ejemplar mide entre 14 y 16 metros, con un peso que oscila entre 30 y 40 toneladas.

Sus aletas pectorales, en forma de alas, alcanzan una longitud de hasta cinco metros, mientras su cabeza es bastante alargada y el color de su cuerpo resulta variable en el vientre, yendo del blanco al negro, pero en todos los ejemplares el dorso es negro.

Los machos de esta especie son conocidos por el canto distintivo que usan para comunicarse y durante el apareamiento, el cual puede ser escuchado sin dificultad por quienes permanecen horas en las orillas de la bahía solo para disfrutar de su presencia, sus acrobacias y sus juegos.

En la relación de curiosidades está que las hembras son más grandes que los machos. Mientras las primeras suelen medir entre 12 y 14 metros, con máximos de hasta 15,5, los segundos están en el rango comprendido entre los 11 y los 13 metros.

También llama la atención que la leche producida por las hembras es de color rosa y las pequeñas crías consumen hasta 50 galones de ese líquido por día, equivalente a 800 biberones de leche para niños.

Esta especie vive en pequeños grupos temporales –como los que llegan a Samaná- que suelen acercarse a los espectadores cuando saltan sobre la superficie del mar. Luego de alejarse de las costas parten con sus crías en parejas y algunas veces incluso los machos en solitario.

Estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales dominicano estima que el pasado año fueron identificadas al menos 252 de estos mamíferos y en el último cuatrienio, afirman, Samaná recibió más de ocho mil 800 de los enormes ejemplares.

TURISMO Y BALLENAS JOROBADAS

El arribo de las ballenas jorobadas resulta uno de los principales atractivos que brinda la bahía de Samaná, la cual forma parte del Santuario de Mamíferos Marinos de la República Dominicana, creado con el propósito de proteger a esas especies.

En esa zona marina, declarada Reserva de la Bioesfera por la Unesco, está el parque nacional Los Haitises, muy popular entre los atractivos turísticos dominicanos por sus cuevas con pictografías y petroglifos de origen taíno, y diversidad de aves, manglares, islas e islotes.

El viceministerio de Áreas Protegidas y Biodiversidad informó en fecha reciente que espera superar los 61 mil 500 visitantes esta temporada, muchos de ellos ya en Samaná para observar el espectáculo que ofrecen las ballenas y sus hijos recién nacidos en esas aguas.

Según las reservaciones realizadas, hasta el lugar llegaron en 2024 unos 40 mil 557 turistas foráneos, un 66,1 por ciento de todos los visitantes.

Para República Dominicana, que el pasado año recibió más de 10 millones de turistas, bahía de Samaná constituye un sitio privilegiado para la recepción de quienes prefieren el disfrute con la naturaleza, y en especial la conservación ambiental y la preservación de la vida marina.

El gobierno dominicano estableció, mediante decreto presidencial del 2024, ampliar en un 30 por ciento la protección de su espacio marítimo y la creación del Santuario, un lugar especial para el resguardo y el estudio de las ballenas en su etapa reproductiva.

República Dominicana siempre se ha opuesto a la caza comercial de estos mamíferos, una postura reafirmada por el viceministro de Recursos Costeros y Marinos, José Ramón Reyes, en la sexagésima novena reunión bienal de la Comisión Ballenera Internacional celebrada en Perú.

Reyes señaló que los países que votaron a favor se ampararon en que esos cetáceos pueden servir como alimentos, pero esa no es la visión de República Dominicana, ya que el país, explicó, posee varios santuarios marinos que son ejemplo para las naciones de la región.

La visión del gobierno es que estos mamíferos desempeñan un rol esencial, como especie, en el equilibrio de los ecosistemas marinos.

Su presencia en Samaná, donde son protegidas, también tiene un favorable impacto en el impulso de las economías locales que atienden a los miles de visitantes cada principio de año.

arb/mpv

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