lunes 22 de septiembre de 2025

Larimar: identidad y motor económico de República Dominicana

Santo Domingo (Prensa Latina) La piedra larimar, única en el mundo y extraída exclusivamente en la provincia Barahona, ha trascendido su valor mineral para convertirse en un símbolo cultural y en un motor de desarrollo económico y turístico de la República Dominicana.

Por Mariela Pérez Valenzuela

Corresponsal jefa en República Dominicana

Su azul turquesa, que evoca las aguas del Caribe, la distingue en los mercados internacionales y la posiciona como parte esencial de la Marca País.

En los últimos años, esta joya del Caribe experimenta un auge sin precedentes. Entre enero y agosto último, el país exportó 230 mil libras de la piedra, más del doble que en 2024, cuando fueron vendidas 95 mil 480 libras, de acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas.

Estas exportaciones generaron alrededor de 15 millones de dólares, lo que confirma el potencial de esta industria en la balanza comercial dominicana.

El reciente Registro Internacional de la Denominación de Origen “Larimar Barahona”, otorgado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi), constituye un hito histórico.

Este reconocimiento, que protege el origen y la exclusividad de la pectolita azul, garantiza su autenticidad y le otorga mayor prestigio en los mercados internacionales, en tanto blinda los intereses nacionales frente a imitaciones o usos indebidos.

El aumento en los pedidos se atribuye a la certificación internacional, que ha permitido incorporar nuevos mercados como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido e Italia, aunque China e India continúan como principales destinos.

El primero recibió más de 200 mil libras en lo que va de año, mientras que India importó 17 mil 402 libras.

Sin embargo, aún persiste un desafío: mientras el 40 por ciento de la piedra de Barahona (suroeste) se despacha en bruto, el 60 por ciento es adquirido por artesanos locales.

Expertos y autoridades coinciden en que la clave está en agregarle valía, mediante la transformación del mineral en piezas de joyería y arte que reflejen la identidad nacional.

IMPACTO SOCIAL EN LAS COMUNIDADES DEL SUR

El mineral no es solo un producto de exportación, también es sustento de vida para más de mil familias que dependen directa o indirectamente de la minería y la artesanía vinculada a la piedra.

En los municipios de la provincia Barahona, el trabajo minero y manual representa una fuente vital de empleo y adelanto comunitario.

El Ministerio de Energía y Minas ha implementado el Plan Integral de Seguridad y Salud de la Mina del Larimar, que busca mejorar las condiciones laborales en un sector caracterizado por su alto nivel de riesgo.

Entre las medidas adoptadas se incluyen la capacitación de brigadistas en rescate y el fortalecimiento de la cultura preventiva, con el objetivo de garantizar que los mineros desarrollen su labor en entornos más seguros.

Más de 700 mineros descienden por pozos de hasta 50 metros de profundidad, sujetos a cuerdas, en busca de la preciada piedra azul.

Los túneles crujen bajo travesaños de madera; en algunos tramos, láminas de metal reemplazan la viga para evitar derrumbes. Carros manuales recorren los rieles cargados de piedras hasta que grúas las elevan a la superficie.

El trabajo no es fácil ni seguro, aun cuando se adopten medidas. Desde 1974, cuando inició la explotación de la mina larimar en Barahona, una treintena de personas han perdido la vida en accidentes, según cifras oficiales.

UN SÍMBOLO CULTURAL

El larimar es, sobre todo, un emblema cultural. Declarado Piedra Nacional en 2011, esta gema es protagonista de eventos culturales y artísticos que exaltan su importancia.

El Congreso Nacional declaró el 22 de noviembre como “Día Nacional del Larimar”, porque un día similar, de 1916, el sacerdote Miguel Domingo Fuertes avistó la piedra en Barahona, lo que dio lugar a posteriores expediciones.

La feria Selecta RD: Maestros Artesanos, celebrada en fecha reciente en la Zona Colonial, rindió homenaje a la piedra semipreciosa y al talento de quienes la transforman en piezas únicas.

Durante estas actividades, se proyecta no solo como joya, sino como un símbolo de la creatividad y de la economía naranja, que reconoce a la cultura como motor de progreso.

Reconocimientos a maestros del oficio, exposiciones y expresiones artísticas vinculadas al mineral contribuyen a reforzar su identidad como herencia cultural.

Talladores y orfebres no solo generan ingresos, sino que también mantienen vivas técnicas tradicionales que se transmiten de generación en generación.

TURISMO Y PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Con la llegada de más de 10 millones de turistas al año, el tesoro de Quisqueya se ha convertido en un atractivo ineludible para quienes visitan el país.

Cada joya o pieza adquirida por un visitante es, en la práctica, un embajador cultural que viaja al extranjero llevando consigo parte de la historia nacional.

Iniciativas como la Ruta Azul del Sur, que combina minería, ecoturismo, educación y cultura, buscan consolidar al larimar como experiencia turística integral.

El objetivo es que el visitante no solo compre la piedra, sino que también conozca su origen, el proceso de extracción y la labor de los obreros del arte que la transforman.

El reto, sin embargo, es garantizar una explotación responsable que beneficie directamente a las comunidades de la provincia, impulse la industrialización local y preserve este patrimonio natural y cultural para las futuras generaciones.

Más que una gema, el larimar es hoy un símbolo de identidad, orgullo nacional y desarrollo sostenible para la República Dominicana.

arb/mpv

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