Así lo confirmó el segundo Foro de Inversión de la Alianza Acelerada para las Energías Renovables en África (APRA), convocado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) y el Gobierno de Sierra Leona, reflejó el portal Down to Earth.
Durante la inauguración, el 22 de octubre en Freetown, el director general de Irena, Francesco La Camera, afirmó que la brecha entre el vasto potencial de África en energías renovables y su implementación real sigue siendo muy ancha.
El Foro Internacional de la Energía afirma que, pese a las mejoras en el acceso global a la energía, alrededor de 600 millones de personas en África subsahariana carecen de acceso a la electricidad.
De tal manera está limitado su acceso a la información y la comunicación y las obliga a depender de fuentes tradicionales de combustible para cocinar y calentarse, lo cual provoca contaminación del aire.
Los panelistas y expertos en energía corroboraron en el foro que África enfrenta diversos desafíos para expandir el acceso a la energía para su gran población.
Kandeh Yumkella, a cargo de la Iniciativa Presidencial sobre Cambio Climático, Energías Renovables y Seguridad Alimentaria y del Grupo de Coordinación de la Gobernanza Energética indicó que el continente busca aprovechar su vasto potencial de energía renovable, mientras enfrenta persistentes desafíos de seguridad energética arraigados en la pobreza, infraestructura inadecuada y limitaciones económicas.
El esfuerzo de transición en el continente se ve muy afectado por las ineficiencias de los sistemas de red existentes, por lo cual se necesita reformarlos, señaló Yumkella.
“Las compañías eléctricas en África están mal mantenidas y mal diseñadas, y ello obstaculiza la modernización y perpetúa la pobreza energética”, acotó.
La mayoría de los países africanos continúan experimentando frecuentes cortes de suministro y de electricidad que perturban la actividad económica y demuestran que añadir energías renovables sin modernizar la red eléctrica no es suficiente para un suministro confiable, añadió.
Gloria Magombo, secretaria permanente del Ministerio de Energía y Desarrollo Energético de Zimbabue, afirmó que su país, aunque comprometido con la transición energética, sigue utilizando carbón como fuente de energía para garantizar seguridad.
El costo del capital para proyectos sostenibles y amigables con el entorno en África es significativamente mayor que en los países desarrollados, lo que desalienta la inversión privada, indicó.
“Si bien la inversión mundial en energías renovables ha aumentado, África recibe solo una pequeña fracción, muy por debajo de los miles de millones que se necesitan anualmente para alcanzar los objetivos energéticos”, dijo Magombo.
Agregó que esa brecha se agrava por los altos niveles de deuda y la retirada de la financiación internacional para el clima.
Fadhel Kaboub, profesor Asociado de Economía de la Universidad Denison, explicó que África necesita transformar su arquitectura financiera para lograr la transición energética.
En el antiguo sistema energético, del que intentamos alejarnos de los combustibles fósiles, a los africanos siempre se nos ha negado el acceso a la tecnología para buscar, perforar y refinar petróleo. Y en el nuevo sistema energético al que intentamos hacer la transición, seguimos sin tener acceso a la financiación, subrayó.
África recibe solo uno por ciento de la financiación mundial para energías renovables, aunque posee el mayor potencial del mundo. También tiene un acceso restringido o limitado a la fabricación e implementación de infraestructura de energías renovables para liberar todo el potencial del continente.
Hay un potencial de producir mil veces sus necesidades energéticas previstas a partir de energías renovables para 2040, argumentó Kaboub. “Eso está técnicamente al alcance, pero aún no tenemos acceso a financiación ni tecnología de fabricación”, recalcó.
La transformación estructural requiere de políticas que aborden simultáneamente las causas profundas de la deuda externa.
Invertir en soberanía alimentaria, energías renovables y una verdadera industrialización verde nos permite ascender en la cadena de valor, en lugar de quedarnos estancados en la base de la jerarquía como exportadores de materias primas, o de aspirar a ser exportadores de materias primas ligeramente procesadas, resaltó.
“Queremos escalar toda la cadena de valor y liberar todo el potencial del continente que será el mayor mercado del planeta para 2050. Seremos un continente de dos mil 500 millones de personas, y sin energía no habrá desarrollo, no habrá salud… ninguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU es alcanzable sin el potencial energético que podemos liberar”, explicó.
La evidencia de Irena también muestra que, pese a disponer de algunos de los mejores recursos solares del mundo, el continente solo tiene instalada una fracción de su potencial renovable debido a estos problemas interrelacionados.
Muchas economías africanas dependen de combustibles fósiles para obtener ingresos y electricidad, y los líderes abogan por el uso continuo del gas natural como “combustible de transición” para impulsar la industrialización.
Los líderes africanos enfatizan que la contribución del continente a las emisiones globales es mínima y debe priorizarse su derecho al desarrollo.
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