Por Roberto F. Campos
De la redacción de Economía
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Un artículo del investigador Jenaro Artiles (1897-1976), político, profesor, paleógrafo y archivero español, aporta datos sobre esa torre ubicada en la costa noroeste de la principal ciudad cubana.
Señala que La Habana antes de quedar asentada en su lugar definitivo, estuvo como a una legua en línea recta a ambos lados del río Almendares hasta la desembocadura.
En todo caso, precisó el intelectual español, el pueblo viejo de La Habana en la costa norte estaba, sin duda, en el sitio llamado La Chorrera.
Y ello lo demuestran documentos del siglo XVI que nos han llegado y nos viene trasmitiendo una tradición antiquísima, conservada con persistencia durante varios siglos, relató.
Pero La Chorrera era en el siglo XVI y lo fue hasta mediados del siglo siguiente, no la boca del río del mismo nombre, sino la chorrera, tajo y rápido de la corriente en los actuales Puentes Grandes, que dio nombre al paraje primero, al río después y a la desembocadura más tarde.
Esas notas de Artiles refieren que desde la primera mitad del siglo XVII, se levantó el torreón de Santa Dorotea de la Luna en la Chorrera en la desembocadura del Almendares.
El sitio estuvo bajo ataques de enemigos de todas clases y nacionalidades, desde los piratas Jacques de Sores y Francis Drake, de tristes recuerdos para La Habana en el siglo XVI, hasta Pie de Pato y Dieguillo, el Mulato.
El torreón de La Chorrera, con el de Cojímar al otro lado, hacía el naciente de la costa peligrosa y en constante zozobra de La Habana, constituían la avanzada de la defensa militar en que descansaban autoridades y vecinos y en torno a uno y otro torreón se desarrollaron vecindarios.
Un movimiento de dos obras de fortificación de la importancia estratégica, y con ello, la vida y tráfico que surgía entonces en torno a las fortalezas, por la presencia de la guarnición, los relevos y la permanencia de soldados y jefes, familiares y amigos.
Río de La Chorrera, La Chorrera, Camino de la Playa, Camino de la Chorrera, son diferentes nombres asignados a ese lugar. He ahí el origen del nombre de La Chorrera asignado a lo que hoy se conoce.
El Fuerte de Santa Dorotea de la Luna de la Chorrera se terminó de construir en mayo de 1646. Junto con el torreón de Cojímar.
Sus funciones consistieron en defender la desembocadura del río Almendares y evitar que barcos enemigos a la Corona Española se abastecieran de agua dulce.
Durante la toma de La Habana por los ingleses, este torreón sufrió daños mayores. La artillería de los barcos ingleses lo destruyó en su mayor parte. El torreón que vemos hoy en día se construyó después que La Habana regresó bajo el gobierno de España.
El diseño de la fortaleza corrió a cargo de Juan Bautista Antonelli, hijo de Bautista Antonelli, el constructor del Morro y de la Punta. Originalmente era redondo, como las torres que había en las costas de España para rechazar los ataques de los moros, estaba artillado y tenía capacidad para 50 hombres.
Cumplió su misión protectora hasta que en la toma de La Habana por los ingleses fue abatido por la escuadra de Lord Albemarle.
A principios de 1762, el rey Carlos III le había declarado la guerra a Inglaterra, y el 6 de junio ya estaba frente al puerto de La Habana una escuadra inglesa formada por numerosos navíos de guerra, cerca de 150 embarcaciones de transporte y varios miles de hombres.
El ataque mayor fue por el este, cerca de Cojímar, pero por la Chorrera también desembarcaron dos mil soldados.
Cruzaron esas tropas el monte vedado, se situaron en las cercanías de la ciudad, sobre la loma llamada de Aróstegui, donde luego se construyó el castillo del Príncipe y, con la toma de Guanabacoa y la voladura del baluarte del Morro, La Habana se rindió.
De menos de un año fue la ocupación inglesa, que terminó al firmarse en Fontainebleu y en París la paz entre las dos naciones, con el acuerdo de que Inglaterra le devolvía la ciudad a los españoles a cambio de la península de la Florida.
Otra vez así el monte vedado volvió a serlo, y en el islote donde estuvo el torreón de la Chorrera se construyó un pequeño castillo en forma de rectángulo en cuya azotea se colocaron varios cañones.
HISTORIAS Y MÁS HISTORIAS
La construcción del Torreón de la Chorrera la propuso el gobernador Pedro Valdés a principios del siglo XVII, y reiterada su necesidad por otros gobernadores.
Después de una visita en el año 1633 por una comisión a la que la Junta de Guerra del Consejo de Indias le encomendó dictaminar, fue ordenada su construcción urgente por la Real Cédula del 30 de enero de 1635.
Y luego de abandonos, finalmente en una época más reciente se convirtió en restaurante, casa de vinos y espacio recreativo junto al emblemático restaurante 1830, y ambos los consideran de interés para la gastronomía y el turismo de La Habana de nuestros días.
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