Por Zeus Naya
Corresponsal jefe en Guatemala
La carrera hacia la primera vuelta de los sufragios concentró las miradas en los primeros cinco meses, al tiempo de la exclusión de tres candidaturas a la silla presidencial, entre ellas, la de la líder indígena Thelma Cabrera.
Desde antes su partido Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) denunció los obstáculos con los que se encontró en la campaña el binomio, además del exprocuparador de Derechos Humanos (2017-2022) Jordán Rodas.
También cayeron de la contienda los empresarios Roberto Arzú (Podemos) y Carlos Pineda (Prosperidad Ciudadana), quien consideró que con la medida contra él ganaba la corrupción, perdía el país y refirió síntomas de “una dictadura”.
Analistas cuestionaron entonces la credibilidad de las instituciones e indicaron que los beneficiados serían el candidato oficialista Manuel Conde (Vamos), Zury Ríos (Valor-Unionista) y Sandra Torres (Unidad Nacional de la Esperanza).
Añadieron que los guatemaltecos enfrentaban, en general, los comicios más atípicos desde la etapa democrática de 1985, con candidatos abiertamente relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico.
PRIMERA VUELTA (25 DE JUNIO)
El domingo 25 de junio Torres fue la más votada, con el 15,86 por ciento de las papeletas válidas a su favor, pero acaparó titulares el sorpresivo segundo puesto del abanderado del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo.
El hastío social y la necesidad de cambiar los planes de los poderes fácticos condujeron a que el exdiplomático lograra el 11,77 por ciento, por delante de pesos pesados como Conde, Ríos y Edmont Mulet (Cabal).
A pesar de la amplia observación a las elecciones, récord histórico, nueve fuerzas derrotadas cuestionaron los resultados preliminares e incluso la Corte de Constitucionalidad (CC) ordenó al TSE realizar un nuevo escrutinio de votos.
El ente encargado del proceso cumplió con las audiencias de revisión, según lo ordenado y, en medio de alta tensión, el máximo tribunal de Guatemala pidió oficializar a los ganadores y prepararse para la improrrogable fecha del balotaje.
En el ínterin, para más drama, el 12 de julio la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) saltó al ruedo político al presentar el caso “Corrupción Semilla”, por supuestas firmas falsas en la constitución de esa fuerza en 2018.
El jefe de tal entidad del Ministerio Público (MP), Rafael Curruchiche, solicitó el retiro de la personería jurídica de la agrupación, pedido avalado por el juez Freddy Orellana.
Sin embargo, la CC amparó a la formación de Arévalo para disputar así la fase decisiva, no sin antes recibir una fuerte presión de diferentes organizaciones, que reclamaron respeto a la voluntad popular expresada en las urnas.
SEGUNDA VUELTA (20 DE AGOSTO)
Al cierre de su contienda rumbo al balotaje presidencial, Arévalo enfatizó que la desinformación golpeó a la democracia y “los corruptos se benefician de que se engañe a la población”.
Es obra de quienes quieren que Guatemala no cambie y “tienen como principal vocera a nuestra contendiente”, subrayó el diputado y sociólogo de profesión.
Criticó la persecución y hostigamiento a su agrupación, que sufrió desde campañas sucias hasta arremetidas de sectores reaccionarios, los cuales tergiversaron las propuestas de Semilla con un discurso ultraconservador, anticomunista e incluso racista.
No obstante los abiertos ataques en contra, obtuvo el 58,05 por ciento de los votos (dos millones 441 mil 661), superior en más de 20 puntos a la exprimera dama.
Torres, quien alcanzó por tercera ocasión seguida una segunda vuelta electoral, solo llegó al 37,24 por ciento (un millón 567 mil 472).
La líder de la UNE optó por no hablar a la prensa tras el conteo y su partido aseguró mediante un comunicado que fijaría “una posición definitiva cuando se esclarezcan los resultados con total transparencia”.
Pese al alborozo popular y el actor protagónico en escena, el consultor Helmer Velázquez descartó en declaraciones a Prensa Latina que signifique aún una transformación del mapa político.
Ese contexto podría sobrevenir en el decursar de los próximos años, esto si la coyuntura produce fisuras en la alianza denominada “pacto de corruptos” y la fuerza democrática crece fortalecida, expresó.
Los ciudadanos guatemaltecos esperan “el inicio de una nueva forma de hacer política, honesta, eficiente y la salida de la mediocridad”, concretó.
Sumó que la institucionalidad pública funcione, una real separación de poderes, particularmente independencia de la justicia.
PROTESTAS INÉDITAS (OCTUBRE)
Poco tiempo después, el pleno de magistrados del ente rector del proceso de votaciones oficializó los resultados de la segunda vuelta electoral con Arévalo y su compañera de fórmula Karin Herrera como binomio presidencial electo.
La FECI volvió a la carga y allanó el Registro de Ciudadanos y el Centro de Operaciones del Proceso Comicial, para secuestrar evidencias en cajas con papeletas del 25 de junio.
Organizaciones expusieron que con esas prácticas se vulnera el proceso electoral, el cual reconocieron por su transparencia y participación ciudadana, tanto sectores locales como la observación internacional.
En una nueva maniobra, pese a resistencia de los magistrados, el sábado 30 de septiembre miembros de la FECI arrebataron con el empleo de la fuerza actas de los comicios presidenciales de la primera y la segunda vueltas.
La crisis escaló con el paro y los bloqueos de carreteras estratégicas del país, iniciados el 2 de octubre por iniciativa de los reconocidos 48 Cantones del departamento de Totonicapán, en exigencia a la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras y varios de sus funcionarios.
El mandatario electo advirtió sobre el problema que constituye para la democracia las acciones del MP y enfatizó que el órgano investigativo “está violando de manera continua y sistemática el sistema legal guatemalteco”.
Arévalo canceló temporal la participación en el proceso administrativo de cambio de mando, “en tanto se restablecen las condiciones institucionales necesarias”, aseveró.
Luego propuso retomar la transición de Gobierno, pero con un cambio en la metodología, solo reuniones sectoriales, lo cual aceptó el jefe de Estado actual de la nación, Alejandro Giammattei.
Después de 20 días consecutivos de protestas y más de 100 vías cerradas con afectaciones importantes a la economía, Guatemala retornó de a poco a la “normalidad” debido a un cambio de estrategia de las autoridades indígenas.
El presidente de los 48 Cantones, Luis Pacheco, precisó que se concentrarían frente al MP, “porque esta no es una guerra, es un levantamiento en favor de la democracia”, remarcó.
El plantón ante la sede del ente investigativo, ubicada en el capitalino barrio Gerona, en el casco histórico, permanece por más de 80 días continuos con consignas, pancartas y otras acciones las 24 horas.
¿CANCELACIÓN DEL PROCESO ELECTORAL?
El MP informó a inicios de diciembre que presentaría una nueva solicitud de retiro de antejuicio contra Arévalo, por la posible comisión de lavado de dinero.
Curruchiche detalló resultados de las investigaciones dentro del caso “Corrupción Semilla”, que implica además a dos diputados de esa agrupación política.
En cuanto al proceso de los sufragios de junio y agosto, planteó que existió “sabotaje” en su manejo e irregularidades en la operación del sistema de trasmisión de resultados y la alteración de documentos.
Sugirió anular los sufragios por supuestas irregularidades en actas, sobre lo cual la presidenta del TSE, Blanca Alfaro, declaró que los ganadores deben tomar posesión, de lo contrario, “hay rompimiento constitucional”, afirmó.
La CC emitió una resolución en la que confirmó los resultados de los comicios pasados y ordenó continuar con la transición de autoridades electas como está previsto.
La resistencia se mantiene en las calles y redes sociales. Organizaciones continúan con la condena a la persecución judicial. Expertos proyectan días aún de mucha de incertidumbre hasta el próximo 14 de enero.
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