Por Teyuné Díaz Díaz
Jefe de redacción de Economía
Fotos Panchito González, Prensa Latina
Precisamente por sus cualidades, desde 1987 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, le otorgó la categoría de Reserva de la Biosfera (una de las seis existentes en el país) y, además, forma parte de uno de los 14 Parques Nacionales con una extensión aproximada de 39 mil 901 héctareas.
En entrevista con Prensa Latina, el responsable de programa de Uso Público y Educación Ambiental del Parque Nacional de Guanahacabibes, Mario Borrego, explicó que este lugar ubicado en el extremo más occidental de Cuba constituye un verdadero tesoro natural e ideal para prácticas ecoturísticas.
A juicio de Borrego, una de las razones del buen grado de conservación de la península de Guanahacabibes, se debe al aislamiento de las comunidades humanas, a más de 130 kilómetros (km) de Pinar del Río; una población de unos mil 300 habitantes en cuatro localidades, y a ellos se suman, por supuesto, un equipo de investigadores y especialistas.
Expertos encargados del Plan de manejo para la investigación, la monitorización y la protección de los recursos naturales, realizar actividades de ecoturismo de forma sostenible, así como un programa de Educación Ambiental con las comunicadas locales y el público visitante.
OPCIONES ECOTURÍSTICAS
Las propuestas son variadas, dijo, existen senderos interpretativos como Cueva Las Perlas, considerada la más grande de las más de 150 cuevas estudiadas en la península, el recorrido comienza desde el Centro de visitantes en La Bajada hasta la caverna a una distancia mil 500 metros.
Otra opción es la excursión desde La Bajada hasta el cabo de San Antonio, con una duración de aproximadamente de cinco horas, y durante el camino el visitante tiene la oportunidad de realizar paradas en sitios de interés paisajístico, y otras para apreciar elementos muy específicos del entorno como pudiera ser la observación de aves.
El Sendero del Bosque al Mar, continuó, con una hora y media de duración su principal atractivo es La Poza Redonda, una dolina cársica, y un tipo de caverna situado justo a la orilla del mar.
Pero la llegada del verano hay otras posibilidades, comenta, se pueden observar las tortugas marinas, una gran atractivo turístico, pues se tratan de especies en peligro de extinción y su observación en hábitats naturales es considerada un privilegio en el mundo, y en la península se pueden observar hasta en su proceso de reproducción en la playa La Barca a la cual se acercan unos 800 ejemplares al año.
Guanahacabibes es considerado el sitio más importante de Cuba para la conservación de tortugas marinas, posee un proyecto desde 1998 iniciado con estudiantes de la Universidad de La Habana atendidos por el Centro de Investigaciones Marinas, a quienes se sumaron la Universidad de Pinar del Río, y algunos colaboradores locales que apoyan el estudio y la conservación de estos animales, precisó el experto.
A las prácticas ecoturísticas se unen la observación de los farallones desde un mirador, y la zona de humedal -en la zona de conservación del cabo de San Antonio- sitio natural donde se reproduce el cocodrilo americano con una población dentro de las más grandes en la región occidental.
Mientras, en el punto más occidental del país se encuentra el Faro Roncalli, construido en 1849 y en funcionamiento desde 1850, y a solo cuatro km la playa El Francés, parte de las playas de Las Tumbas donde se encuentra ubicada el centro turístico Villa Gaviota Cabo San Antonio.
El buceo forma parte de los atractivos turísticos del área, para ello los visitantes pueden acceder al Centro Internacional de Buceo María la Gorda, un privilegio para los viajeros interesados en explorar sus aguas cristalinas y arrecifes coralinos bien conservados.
SINGULARIDADES DE GUANAHACABIBES
La península de Guanahacabibes es una llanura cársica, cubierta al 60 por ciento de roca caliza, con notables diferencias entre la costa Norte y la Sur, esta última es elevada con farallones de hasta 20 metros sobre el nivel del mar y, desde el punto de vista paisajístico es uno de los principales atractivos de la región.
Mientras la costa norte tiene un área de manglares de unos 80 kilómetros, explicó Borrego.
Más de 140 especies de árboles maderables en bosques semidesiduos constituyen la formación vegetal predominante, dijo y precisó que durante años fue una importante fuente de empleo para el uso forestal, sobretodo en la tala de árboles.
Luego, se introdujo la crianza de cerdos silvestres, y posteriormente la apicultura, como dato curioso la misma familia desarrolla esa actividad en los últimos 100 años con una tradición de cuatro generaciones, comentó.
Al referirse a la biodiversidad, acotó que la península cuenta con 700 plantas superiores, de ellas 15 endémicas locales, más de 200 especies de aves, y un corredor aéreo conocido como La ruta del Misisipi que atraviesa el golfo de México y luego se bifurca.
Una parte enrumba hacia Yucatán, la otra atraviesa la península y continúa hacia Centroamérica, un proceso natural que ocurre cuando empiezan al llegar los primeros frentes fríos para luego retornar las aves en la primavera.
Uno de los fenómenos naturales excepcionales y poco mencionados, opinó Borrego, es la presencia de los cangrejos terrestres, de las tres especies, el rojo y negro es la más común, pues al ser una llanura cársica encuentran refugio entre las oquedades de las cuevas.
Sobre el particular, el experto resaltó que como consecuencia del cambio climático y el alza de las temperaturas se observa que la etapa de reproducción comienza mucho antes del inicio de la primavera; desde los primeros días de marzo.
Notables son las 24 especies de mamíferos, enfatizó, entre las que destacan las 14 variedades de murciélagos, uno de ellos endémico de Guanahacabibes, rareza zoológica y de gran interés científico, con un hábitat en una cueva muy específica, La Barca.
Por tal motivo La Barca está protegida -ubicada dentro del Parque Nacional- y al mismo tiempo ostenta un reconocimiento en el nivel de Latinoamérica como una de las cuevas más importantes de la región para el estudio y conocimiento de los murciélagos.
Los anfibios también forman parte de los grupos biológicos presentes, con 19 especies, y algunas ranas endémicas locales, aunque con una población restringida; y también existen 110 especies de mariposas diurnas, amplió.
Al comentar sobre la fauna marina Borrego explicó que existen más de 200 especies de peces de arrecifes de coral, y peces en los manglares, más de mil ejemplares de moluscos marinos que representan aproximadamente 60 por ciento de la diversidad de esos animales en Cuba, de los cuales hay dos variedades propias de la península.
Destacan también las más de 30 tipos de esponjas, unas 27 de gorgonia, consideradas como un patrón biológico para adoptar medidas de corrección y hacer un uso sostenible de los recursos marinos, unido a los más de 40 tipos de corales, incluido el coral negro, considerado en el Caribe una joya. El grado de conservación y variedad de los arrecifes, coloca a los sitios de buceo de Guanahacabibes entre los más diversos de Cuba y mejor conservados del Caribe insular, por tal motivo recibieron el reconocimiento internacional de protocolo spot, resguardado solo para aquellas zonas especialmente protegidas del Gran Caribe, ponderó el investigador.
Sobre el reconocimiento, Borrego acotó que esa categoría en Cuba solo la ostentan la parte marina de la Ciénaga de Zapata, en el sur de Matanzas, y el Parque Nacional Jardines de la Reina, al sur de Ciego de Ávila.
De ahí, que la biodiversidad terrestre y marina, así como su conservación convierten al Parque Nacional Guanahacabibes en un destino único que combina la riqueza natural y la cultura, con experiencias ecoturísticas inolvidables e irrepetibles para quienes buscan explorar la naturaleza.
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