Por Deisy Francis Mexidor
Corresponsal jefa en Estados Unidos
Y para el presidente Donald Trump, resultó un termómetro cuando exhibe los más bajos índices de su segundo mandato.
Con una participación electoral inusualmente alta para este tipo de ejercicio cívico fuera de ciclo, los demócratas lograron plantar la bandera azul en las gobernaciones de Virginia y Nueva Jersey de manera convincente, con ventajas que rondaron el 15 por ciento sobre los oponentes republicanos.
Mientras en Nueva York -la victoria más sonada- fue la de la alcaldía con la que los demócratas consiguieron no solo reforzar su influencia, sino que, por primera vez, un candidato abiertamente del ala más progresista del partido se afinca en tan alto puesto.
El triunfo del socialista democrático Zohran Mamdani se produjo en una contienda que registró una alta participación en las urnas. Se estima que fueron más de dos millones de votos registrados, lo cual ubicó a esa jornada electoral como la de mayor concurrencia en más de medio siglo.
Mamdani, de 34 años, un inmigrante musulmán que pretende hacer más asequible para la clase trabajadora una de las ciudades más caras del mundo y centro del poder financiero global, venció inequívocamente a Andrew Cuomo.
El exgobernador de Nueva York, en su momento un ícono del partido que terminó renunciando al cargo en 2021 en medio de un escándalo por acoso sexual, sufrió la derrota frente a Mamdani en las primarias demócratas de junio y decidió lanzarse como candidato independiente. En la pelea de este 4 de noviembre también superó al republicano Curtis Sliwa.
La victoria de Mamdani sobre Cuomo, que además se lanzó como independiente luego de su derrota en junio en las primarias demócratas, plantea preguntas para el partido que ha dado claras muestras de división y disgusto desde que Trump retornó a la Casa Blanca después de ganarle a la exvicepresidenta Kamala Harris en 2024.

Aunque a Mamdani lo tildan de comunista -algo que él mismo negó más de una vez-, su agenda progresista en la carrera por la alcaldía impactó entre los votantes cansados de los políticos tradicionales, en especial entre los jóvenes.
Su plataforma se enfoca en propuestas como congelar el alquiler para los neoyorquinos que viven en departamentos con renta regulada, que los autobuses públicos sean gratuitos, proveer cuidado infantil universal aumentando los impuestos a los más ricos y pretende crear un Departamento de Seguridad Comunitaria dirigido a la salud mental en lugar de la respuesta policial.
Mamdani, un legislador estatal de ascendencia surasiática y nacido en Kampala, Uganda, prestará juramento como alcalde de la ciudad de Nueva York el próximo 1 de enero. Sustituirá al actual ocupante del puesto, Eric Adams, quien retiró su candidatura a la reelección en septiembre.
Hará historia, entre otras razones, por ser el primer musulmán en desempeñar ese cargo en la megaurbe y por ser el más joven en asumirlo en más de un siglo.
Algunos observadores señalaron que el triunfo de Mamdani puso de relieve a un líder de nueva generación del Partido Demócrata, capaz de articular un mensaje económico contundente como el que no logró en noviembre pasado la exvicepresidenta Kamala Harris.
Trump, por su parte, lanzó sus primeros ataques contra Mamdani tras las primarias demócratas. Desde su plataforma Truth Social, el presidente lo calificó de “comunista lunático 100%” y lo atacó por su aspecto físico, su voz y su inteligencia.
Al confirmarse la victoria del demócrata, el mandatario republicano dijo en un evento público que “muchos neoyorquinos huirán del régimen comunista” de Mamdani y que con su elección “Estados Unidos perdió un poco de soberanía”. “Espero que le vaya bien a Nueva York. Tal vez le ayudemos un poco”, subrayó.
CRESTAS EN LA OLA AZUL
La representante Mikie Sherrill, de Nueva Jersey, y la exrepresentante Abigail Spanberger, de Virginia, se alzaron también con victorias convincentes en las elecciones para la gobernación en sus respectivos estados.
Ambas tienen un estilo diferente al de Mamdani y sus posturas son más centristas, pero el tema de la asequibilidad es una preocupación para los votantes y ese es, a juicio de expertos, un elemento clave que los unió.
Las campañas demócratas centradas en este tema de la asequibilidad tuvieron gran acogida desde el Bronx hasta Blacksburg, Virginia, destacaron medios de prensa.
Los comicios dieron indicios, además, de que la tendencia del voto latino favorable a Trump comenzó a revertirse. Tanto Spanberger como Sherrill se agenciaron ese segmento poblacional por amplios márgenes.

Entretanto, California aprobó con facilidad en un referendo estatal la Proposición 50 (o Prop 50), una iniciativa relacionada con la redistribución de distritos impulsada por el gobernador Gavin Newsom, potencial aspirante a la presidencia de Estados Unidos a la vuelta de tres años.
Esta enmienda constitucional estatal de California, aprobada el 4 de noviembre, autoriza cambiar temporalmente el mapa de los distritos congresionales del estado para las elecciones del Congreso de los Estados Unidos de 2026, 2028 y 2030.
La medida fue una respuesta a los intentos de Trump y los republicanos en otros estados, en particular Texas, de establecer mapas congresionales intermedios con vistas a las elecciones de mitad de mandato, en las cuales pretenden mantener e incluso aumentar la mayoría en la Cámara de Representantes.
De ahí que la Prop 50 de California (un estado clave para el Congreso) se proyectó como una “respuesta” para proteger a los demócratas y contrarrestar las maniobras partidistas de los republicanos.
Con la aprobación de los nuevos mapas, los demócratas podrían mantener hasta 48 de los 52 escaños que tiene California después de las elecciones de 2026, frente a los 43 actuales. Ganarían cinco butacas.
Al hablar sobre la barrida electoral, Trump afirmó que las encuestas indicaron que el cierre del gobierno (desde el 1 de octubre) fue un factor determinante en los éxitos demócratas.
Hasta aseguró el presidente en un desayuno con senadores republicanos al día siguiente de las elecciones que “el hecho de que yo no estuviera en la boleta electoral fue el factor más importante. Pero no sé si eso sea cierto, aunque me sentí honrado de que lo dijeran”.

Sin embargo, los resultados de los sondeos a boca de urna mostraron que los votantes expresaron su preocupación por la economía, sumado a un descontento generalizado con la situación actual del país.
Trump recibió un conteo de protección el 4 de noviembre, el primer test importante desde que volvió a la mansión ejecutiva hace 10 meses. El rechazo a sus políticas migratorias, la decepción con la economía o una combinación de ambos factores, podría ser una señal de aliento para los demócratas.
Aunque esto no significa -como dice un refrán popular- que los azules vayan a tomar el toro por los cuernos en las elecciones de medio término de 2026, ni que estén a punto de ponerle el pare a Trump.
Pero el mensaje de momento es claro: el martes electoral desde cuatro puntos del país midió el ánimo de los votantes y el resultado es que están disgustados con el actual ocupante del sillón del Despacho Oval, quien cuenta apenas con un índice de aprobación de 37 por ciento, según recientes sondeos.
“…como saben, no se esperaba una victoria. Ganamos en zonas demócratas, pero no creo que haya sido bueno para los republicanos. …No estoy seguro de que haya sido bueno para nadie”, admitió Trump.
Para el senador Tim Kaine, las contiendas fueron un “mensaje contundente” de la ciudadanía: “Podemos ser un país mucho mejor de lo que somos en este momento”.
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