Su edificación, que comenzó en la era de las armas tradicionales, se mantuvo a lo largo de dos mil años durante diferentes dinastías con un único objetivo: la supervivencia.
“Para aquellos que la levantaron, si no se podía resolver la cuestión de la vida o la muerte, todo lo demás carecía de sentido. Esto era cierto tanto para las comunidades agrícolas al sur de la Gran Muralla como para las nómadas al norte de ella”, explicó a Prensa Latina Dong Yaohui, vicepresidente de la Sociedad China de la Gran Muralla.
También en entrevista exclusiva con esta agencia, el director de la Oficina de Investigación de Historia General Antigua y profesor especializado en el estudio de este monumento, Zhao Xianhai, comentó que su construcción fue una respuesta defensiva para prevenir los ataques de las tribus nómadas y proteger las regiones agrícolas de las llanuras del norte, las mesetas del noroeste, el corredor Hexi y las áreas occidentales.
En opinión de la investigadora He Beibei, la Gran Muralla representa un símbolo de China: “representa la vigilancia del hogar, la protección de la paz y la convivencia pacífica, en lugar de expansión y agresión”, dijo a Prensa Latina.
Rodeada de mitos y leyendas, este ícono constituye la fortificación militar más antigua del mundo, símbolo de la sabiduría del pueblo chino que decodificaremos de la mano de tres principales expertos chinos en el tema.
TAN TEMPRANO COMO EL SIGLO VII a.n.e.
Entendamos primero que la Gran Muralla no es un solo y largo muro, sino varias secciones que se ramifican, cruzan o transcurren de forma paralela a otras, “un sistema de defensa tridimensional que permitió superar la movilidad y fuerza de los jinetes nómadas”, apuntó Zhao, también especialista de la Academia de Ciencias Sociales.
Su construcción y uso datan de la época de los Estados Combatientes (Siglo VII a.n.e) cuando cada reino levantó sus propias fronteras de acuerdo con las necesidades de defensa.
“Después de la unificación de China por el Emperador Qin Shi Huang (221 a.n.e.) se conectaron las murallas construidas con anterioridad y construyeron nuevas secciones para defenderse de los nómadas Xiongnu en el norte, formando un sistema mayor de líneas defensivas”, señaló por su parte He.
La fortificación alcanzó una escala masiva con posterioridad y en particular durante la dinastía Ming (1368-1644) se construyó una muralla de más de ocho mil kilómetros que perdura hasta la actualidad.
“A lo largo de esta se establecieron numerosos fuertes para guarniciones y aún se conservan muchas reliquias culturales distribuidas en 15 provincias, regiones autónomas y municipios directamente subordinados, como Beijing, Tianjin, Hebei, Shanxi, Mongolia Interior, Liaoning, Jilin, Heilongjiang, Shandong, Henan, Shaanxi, Gansu, Qinghai, Ningxia y Xinjiang”, apuntó Dong.
Según Zhao, la fortificación se adaptó a diversos paisajes: “en áreas donde escaseaban las piedras, utilizaron la técnica de construcción con tierra apisonada, reforzada con materiales como cañas, hierbas, ramas y fragmentos de cerámica, además se levantaron compuertas para permitir que los ríos fluyeran a través de la muralla y en zonas montañosas aprovecharon los accidentes geográficos como parte de la defensa.
En opinión de la máster en Bellas Artes de la Universidad de Beijing, He Beibei, este es un principio crucial para la disposición militar: la experiencia de “adaptarse al terreno y utilizar la dificultad para bloquear”.
La altura promedio es de unos siete u ocho metros, el espesor inferior es de unos seis o siete metros y la parte superior de la muralla tiene unos cuatro o cinco metros de ancho.
En la mayoría de los tramos puede verse una carretera sobre ella que permitió el tránsito de caballos y soldados entre los diferentes cuarteles.
Con el fin de facilitar la observación y comunicación rápida entre las tropas en caso de asalto, se construyeron torres en colinas que empleaban señales de humo en el día o de fuego en la noche, explicó el profesor Zhao.
Los pasos y las puertas funcionaban como importantes puntos de acceso y salida. Juyongguan, Shanhaiguan y Jiayuguan son algunos de los más conocidos.
“La construcción de la Gran Muralla se realizó para establecer un orden entre las comunidades agrícolas y nómadas en las áreas donde se entrecruzaban. Construir un orden ha sido un problema constante para la humanidad desde la antigüedad hasta hoy”, señaló el profesor Dong.
Según apuntó el experto, su existencia ayudó a reducir los enfrentamientos entre las dos economías y disminuyó la frecuencia de guerras entre ellas, lo cual resolvió parcialmente los conflictos entre civilizaciones diferentes en esa época.
La construcción desempeñó un papel positivo en la prevención de la invasión meridional de los xiongnu y en la protección del desarrollo económico y cultural de las llanuras centrales.
MITOS Y LEYENDAS
La construcción de la Gran Muralla se realizó en regiones montañosas y desérticas con condiciones climáticas severas.
Los trabajadores tuvieron que soportar altas temperaturas en verano y gélidas en invierno, así como la adversidad de los vientos de arena en una era sin maquinaria y las incursiones nómadas, lo cual provocó la muerte de cientos de miles.
Nunca se han encontrado pruebas, pero el folclore popular chino mantuvo vivo el mito de los trabajadores enterrados bajo el muro durante más de dos mil años.
Esta narrativa persistió a lo largo de la historia, convirtiéndose en un tema recurrente en los cuentos populares antiguos, como el de la leyenda de Lady Meng Jiang y la Gran Muralla.
Se trata del relato de la joven esposa de un hombre obligado a trabajar en el muro durante la dinastía Han. Como no tenía noticias de él en un tiempo, fue a buscarlo y pronto descubrió que había muerto.
Su llanto fue tan desgarrador que una sección de la muralla se derrumbó, revelando los huesos de su esposo.
Otros mitos aluden al papel de criaturas como el dragón -símbolo de fuerza, poder y buena suerte- en la construcción de la Gran Muralla.
“Uno de los mayores mitos es la creencia de que es la única construcción humana visible desde la Luna, lo cual se difundió ampliamente en el mundo occidental desde hace mucho tiempo y persistió durante años. Aunque la tecnología aeroespacial moderna ha desmentido este mito, aún tiene influencia”, mencionó Zhao.
CONSERVAR SIGLOS DE CULTURA
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, la Gran Muralla se convirtió en la atracción más conocida de China, lo cual impulsó la industria turística nacional e internacional.
“A lo largo del tiempo, esta edificación ha enfrentado desafíos complejos debido a factores externos como la naturaleza y la intervención humana”, subrayó Dong, quien es además miembro del Comité de Consultores de Expertos en la Construcción de Parques Culturales Nacionales.
En 2006, el gobierno implementó el “Reglamento para la Protección de la Gran Muralla”, y en 2019 publicó el “Plan General para la Protección de la Gran Muralla”, que establece principios generales, objetivos por etapas, detalles del trabajo y requisitos específicos.
En agosto de 2021 China promulgó el “Plan de Construcción y Protección de Parques Culturales Nacionales de la Gran Muralla” e integró los recursos culturales y arqueológicos de 15 provincias y regiones.
“No solo es protegerla, sino también utilizarla de manera efectiva, impulsar el desarrollo económico en la región para que los residentes a lo largo de la muralla se beneficien de su protección y uso, mejorando así su calidad de vida”, agregó el profesor.
Este es un destino turístico muy conocido y los visitantes pueden disfrutar de sensaciones distintas y vistas impresionantes. En este sentido, las secciones de Badaling, Mutianyu y Jinshanling son las más populares.
El proyecto de restauración enfrenta desafíos como las condiciones climáticas severas, el acceso a áreas remotas y la necesidad de equilibrar la preservación con la modernización.
Sin embargo, uno de los avances más significativos radica en el uso de tecnología moderna, como drones, escaneo láser e impresión 3D, que permiten evaluar el estado del muro e identificar áreas que requieren atención urgente.
Las comunidades locales también desempeñan un papel protagónico en los esfuerzos de conservación y, de hecho, han organizado festivales y eventos culturales para resaltar la importancia de la Gran Muralla en la cultura de esta nación.
Para el profesor Zhao, la era moderna, la apertura del proceso de globalización, el contacto cercano entre diferentes civilizaciones y la interacción en términos de conocimiento permitió una mejor comprensión sobre este monumento y su profundo impacto en la identidad de China.
Un dragón de piedra sobre el norte de China
Agradecimientos a: China Daily