En la Ciudad Luz el esgrimista Ramón Fonst, con solo 17 años, se convirtió en el primer cubano y latinoamericano en alcanzar el oro olímpico, en la rama de espada categoría amateur y también se alzó con la plata al enfrentarse a los maestros en esa disciplina.
Comenzó de esta manera a tejerse un largo camino, que el mismo Fonst abonó con tres títulos más en la tercera cita universal del deporte, celebrada en la ciudad estadounidense de San Luis.
A casi 120 años de distancia, otro cubano se apresta a lograr una nueva hazaña olímpica: coronarse por quinta ocasión en lucha grecorromana: hablamos del gigante Mijaín López
HISTORIA DE UN COMIENZO
Nació el 20 de agosto de 1982 en el poblado de Herradura, de la provincia de Pinar del Río, en una familia sencilla y muy vinculada al deporte, pues sus hermanos Misael y Michel practicaban remo y boxeo, respectivamente, y lo estimularon para incorporarse a la actividad física.
A los 10 años Mijaín fue captado por un profesor de lucha que apreció en él no sólo su gran tamaño y fortaleza, sino las cualidades necesarias en la práctica de esa exigente disciplina.
Con 17 años se incorporó a la selección nacional cubana en la especialidad de lucha grecorromana y en su estreno olímpico, en Atenas 2004, quedó en quinto lugar.
Un año después ganó el campeonato mundial y repitió en 2007, 2009, 2010 y 2014; se impuso en 10 ediciones de torneos panamericanos y alcanzó el oro en los Juegos Panamericanos en 2003, 2007, 2011, 2015 y 2019.
A nivel olímpico su despegue ocurrió con el cetro en Beijing 2008 y más adelante se coronó en Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020 (2021).
El nombre de Mijaín López ya está inscrito junto a otros inolvidables, como José Raúl Capablanca, sin dudas uno de los mejores ajedrecistas de la historia, o el beisbolista más completo conocido jamás, el “inmortal” Martín Dihigo.
LOS RETOS CONTINÚAN
Mijaín López concedió una entrevista a Escáner en Santiago de Chile, a donde viajó invitado por la organización Panam Sport, y allí habló, entre otros temas, de sus futuros retos.
-Cinco veces campeón mundial, cuatro títulos olímpicos y cinco medallas de oro en Juegos Panamericanos… ¿Qué más sigue ahora, Mijaín?
-Mi próxima meta es participar en los Juegos Panamericanos de Chile donde espero obtener mi sexta medalla a nivel continental en igual número de competencias. Eso es un sueño para cualquier atleta.
Posteriormente tengo el propósito de competir en los Juegos Olímpicos París 2024, y allí aspiro a conquistar el quinto título de mi carrera deportiva.
-En París podrías convertirte en el atleta más galardonado en la historia de los Juegos Olímpicos en una misma disciplina.
-Sí, ese es mi sueño, me sentiría muy orgulloso de conseguir ese resultado que hasta hoy nadie ha podido lograr en el mundo.
Es un reto que lleva mucho sacrificio y una gran preparación, pero me siento muy bien, estoy muy contento y creo que lo puedo conseguir, sólo es la espera y hacer las cosas bien.
Mijaín es un ejemplo de las profundas transformaciones hechas tras el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959. En toda la mitad del siglo XX, aparte de las medallas de Fonst sólo se conquistó una plata más, en Londres 1948.
Cuando el deporte fue declarado como un derecho del pueblo y se pusieron el talento y los recursos necesarios para desarrollarlo, los resultados llegaron de inmediato.
-Son grandes desafíos los que vienen adelante, Mijaín. ¿Cómo te estás preparando para ellos?
-Desde que terminé los Juegos de Tokio 2020 tuve un descanso sin entrenar pues lo necesitaba por la cantidad de años que llevo de carrera deportiva.
Ahora ya estamos enfocados en las próximas competencias y hemos iniciado una preparación lenta, de tal manera que mi cuerpo se adapte y esté preparado para regresar a los colchones de la lucha grecorromana, pero me siento bien y ahora faltan los entrenamientos planificados en distintos países para estar listo.
Fue en Tokio 1964 cuando el país caribeño retornó a los medalleros y a partir de allí su presencia fue incuestionable, no sólo en los Juegos Olímpicos, sino en cuanta competencia internacional ha participado.
Se eslabonan, entre otros, los nombres de Teófilo Stevenson, Alberto Juantorena, María Caridad Colón, las Morenas del Caribe que dejaron huella perenne en el Voleibol femenino, Félix Savón y Pedro Luis Lazo.
Imposible olvidar a la Tormenta del Caribe, Ana Fidelia Quirot, el Príncipe de las Alturas, Javier Sotomayor, o la multipremiada judoca Idalys Ortíz.
Consiga o no su quinto lauro olímpico, ya el nombre de Mijaín López está inscrito en la extensa lista de glorias deportivas de Cuba.
-Tú fuiste declarado embajador de los Panamericanos Santiago 2023 por Panam Sports, la máxima organización deportiva continental. ¿Qué significa esto para ti?
-Es algo muy grande, yo creo que cualquier atleta se sentiría orgulloso por ese nombramiento. También pienso que es una manera de reconocer los resultados que he tenido en mi larga carrera en el deporte.
En cuanto a la preparación del evento, creo que Chile está trabajando de una forma excelente, están muy organizados y hay varios aspectos de los juegos ya adelantados.
Van a ser unos Panamericanos alegres, donde todos los atletas se sentirán en casa y muy satisfechos de estar aquí.
-¿Cuáles son las proyecciones de Cuba para Santiago 2023?
-Bueno, entre las metas figura estar entre los cuatro o cinco primeros países de América. La delegación en estos momentos es muy joven, pero nuestros atletas saben sobreponerse a los obstáculos y podemos obtener un buen resultado.
Respecto a los deportes de combate, tradicionalmente contribuyen mucho al medallero de Cuba.
La lucha, por ejemplo, en los recientes Juegos Centroamericanos conquistó 14 de las 18 medallas de oro en disputa y, si bien el boxeo no salió como esperábamos, eso no impide que ambos, junto al judo, sean deportes insignia, de primera línea.
-Al hablar de Cuba, Mijaín, es inevitable hablar del bloqueo impuesto por Estados Unidos. ¿Cómo afecta esta política agresiva al deporte?
-Por supuesto que el bloqueo tiene un fuerte impacto. Hay muchas preparaciones y eventos donde no podemos participar, tenemos déficit de implementos, medicamentos y otras cosas necesarias para enfrentar las competencias, pero nosotros ponemos nuestro corazón y nuestra grandeza.
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