Por Nara Romero Rams
Corresponsal jefe en Etiopía
El 29 de julio pasado, el Banco Nacional de Etiopía (NBE) anunció una reforma al sistema cambiario, con efecto inmediato, basada en el mercado y para abordar una distorsión de larga data dentro de la economía del país.
Los cambios vigentes permiten a los bancos comprar y vender divisas de/a sus clientes y entre ellos a tipos libremente negociados, y con el NBE sólo realizarán intervenciones limitadas para apoyar el mercado en sus inicios y si las condiciones desordenadas lo justifican.
“Si bien dicha reforma se retrasó hasta ahora debido a una combinación de factores externos e internos, el inicio de un nuevo año presupuestario y el exitoso nuevo compromiso con socios externos claves brindan una ventana de oportunidad para embarcarse en esta reforma del tipo de cambio”, subrayó la notificaciòn.
Ante las preocupaciones generadas por la devaluación del birr (moneda local), el primer ministro Abiy Ahmed recalcó la necesidad de reducir la brecha entre el mercado negro y los tipos de cambio oficiales tras las recientes reformas macroeconómicas apoyadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
“No creo que la política cambiaria que siguen actualmente los bancos garantice una unificación [monetaria] adecuada. Necesitamos reducir la brecha entre el mercado negro y el tipo de cambio oficial. ¿Qué diferencia hay si el tipo de cambio en el mercado negro es 130 y el tipo oficial es 70? Es necesario abordar esto”, aseveró.
Ahmed reconoció que los esfuerzos encaminados a reducir esa brecha son insuficientes, de ahí la necesidad de una mayor depreciación del birr para cerrar la diferencia entre los mercados oficial y paralelo.
La medida se hizo evidente cuando este viernes la moneda local se desplomó a un tipo de compra de 90,7 por dólar y de venta de 98,05 para una depreciaciòn de 40 por ciento desde el anuncio de la nueva reforma cambiaria.
El jefe del gobierno etíope aclaró que la devaluación del birr es una afirmación falsa, “lo que hicimos fue unificar la moneda. Incluso los bancos operaban en el mercado negro. Todo, excepto las importaciones de fertilizantes y combustibles, se ve afectado por el mercado negro”, señaló.
A su juicio, la decisión de modificar el sistema cambiario es un paso necesario para la economía, “un trago amargo difícil de tragar, pero es necesario para curarnos de nuestro dolor económico”.
Otra deficiencia en el sector mencionada por el jefe de gobierno etíope fue la pesada carga de la deuda de proyectos como el ferrocarril Etiopía-Djibouti y el sistema de tren ligero de Addis Abeba.
Precisó que con una deuda de cuatro mil 900 millones de dólares es difícil ver una salida fácil, de ahí que el impago del mercado de bonos fue una medida estratégica para impulsar la reestructuración del monto comprometido, un proceso complejo de extensas negociaciones.
Las reformas, introducidas por el NBE, llevaron al país africano a un régimen de tipo de cambio flotante, permitiendo a los bancos comprar y vender divisas a tipos de cambio libremente negociados.
Para combatir la explotación y el robo tras la reforma cambiaria, Ahmed anunció el establecimiento de un grupo de trabajo de supervisión de alto nivel con la responsabilidad de adoptar las medidas necesarias para garantizar una aplicación estricta.
LA VISIÓN DEL BANCO NACIONAL DE ETIOPÍA
El gobernador del Banco Nacional, Mamo Mehretu, destacó que la decisión tomada sobre el sistema de gestión de divisas tiene como objetivo histórico fomentar el crecimiento económico sostenido.
Mehretu hizo hincapié en que las instituciones crediticias no obligaban al gobierno a implementar reformas macroeconómicas autóctonas, sino que las veía como un paso necesario para abordar los desafíos económicos apremiantes.
Describió las deficiencias de la política macroeconómica anterior, entre ellas una inflación galopante, escasez de divisas, un sistema financiero ineficiente que marginaba al sector privado y una dependencia excesiva del crédito extranjero.
Precisó que el crecimiento económico fue impulsado principalmente por la inversión gubernamental financiada mediante préstamos en un modelo insostenible. Para rectificar estos problemas, fue ideada una estrategia de reforma económica local, añadió.
La implementación exitosa de la primera fase de esta reforma en 2019 arrojó resultados impresionantes como la reducción de la deuda pública a 17,4 por ciento desde más de 40 por ciento y un aumento significativo de la participación del sector privado en el sistema financiero, destacó.
Asimismo, las medidas adoptadas para mejorar la gestión de las empresas públicas y la creación de nuevas instituciones con el objetivo de estimular la inversión.
El gobernador del NBE enfatizó que la reforma es un enfoque holístico que abarca la gestión de ingresos y de divisas, así como las finanzas en un paso crucial para abordar la persistente crisis cambiaria.
Con la premisa de lograr un punto de inflexión histórico y revitalizar el sector, expresó confianza en la capacidad de la nueva política para estimular el crecimiento económico, el espíritu empresarial y la creación de empleo, citando la proyección del FMI de una tasa promedio de crecimiento del Producto Interno Bruto del ocho por ciento durante los próximos cuatro años.
Los beneficios clave de la reforma incluyen una mayor recaudación de ingresos, mayores reservas de divisas, un mejor clima de exportación e inversión y una mayor equidad económica, enfatizó.
“La reforma realizada en materia cambiaria traerá un mercado saludable al frenar las actividades ilegales y fomentar la exportación y la inversión”, expresó al tiempo que reconoció el potencial de desafíos del mercado y que el Banco Nacional intervendrá según sea necesario para su estabilización.
Recalcó que Etiopía obtuvo un apoyo financiero sustancial de instituciones crediticias internacionales que reconocen el potencial de la reforma y las perspectivas económicas del país, de ahí lo crucial de las reformas para atraer inversión extranjera y aumentar las entradas de divisas.
Reveló que las instituciones financieras proporcionaron a Addis Abeba apoyo financiero y préstamos que son los más altos de África teniendo en cuenta la capacidad de productividad del país. El FMI y el BM depositaron el 1 de agosto dos mil 500 millones de dólares en el Banco Nacional de Etiopía.
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