Por Jorge Petinaud Martínez
Corresponsal jefe en Bolivia
Pese a que el millonario Samuel Doria Medina (Alianza Unidad) y Jorge Turo Quiroga (Alianza Libre) iniciaron sus campañas desde finales de 2024 y ya invirtieron millones en ellas, ninguno llega al 20 por ciento de la intención del voto.
Doria Medina apenas logra 18,7 puntos porcentuales, mientras que Quiroga registra 18,1 unidades de 100, seguidos del representante del bloque nacional popular Andrónico Rodríguez, quien recién inició oficialmente su accionar proselitista y en este último sondeo logró 11,8 por ciento.
Sin embargo, inquieta a los sectores afines a la derecha que el voto residual suma 31,9 unidades porcentuales, cifra mayor a la de preferencia de cualquier candidato, y si Rodríguez logra capitalizarla rebasaría los 40 puntos necesarios con 10 de diferencia respecto al segundo lugar para lograr la silla presidencial.
En la primera encuesta de Unitel, difundida el pasado junio, el acaudalado empresario tenía una intención de voto del 19,1 por ciento y el expresidente Tuto Quiroga 18,4 unidades de 100.
Otros integrantes del bando conservador también causan desánimo en los sectores afines a la oposición contraria al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), pues Manfred Reyes Villa (Autonomía Para Bolivia Súmate), ubicado cuarto, solo logra el apoyo del 8,2 por ciento; y el senador Rodrigo Paz (Partido Demócrata Cristiano) apenas registra 3,2 por ciento.
El alcalde de Santa Cruz de la Sierra (Unidad Cívica Solidaridad), Jhonny Fernández, 2,5 por ciento; Eduardo del Castillo (MAS), 2,3 unidades sobre 100, y la representante del Movimiento de Renovación Nacional, alcaldesa de El Alto, Eva Copa, 0,6 puntos de 100, cierran el listado con riesgo de no alcanzar el tres por ciento necesario para que sus agrupaciones políticas mantengan la personalidad jurídica.
Sin hacer referencia a la posibilidad de que Rodríguez pueda cautivar al voto residual (31,9 por ciento), los medios afines a las medidas neoliberales resaltan que la brecha entre Doria Medina y Quiroga se acortó, aunque ambos bajaron en el porcentaje de apoyo.
La segunda encuesta muestra un aumento del porcentaje del voto residual, que suma a las boletas nulas, en blanco y los indecisos.
El voto blanco registra el 8,2 por ciento, después que en la primera encuesta estuviera en 6,5 unidades de 100; los partidarios del nulo representan ahora 12,5 por ciento y los indecisos representan en julio 11,3 puntos porcentuales.
Según Unitel, el estudio de Ipsos-Ciesmori incluyó una muestra de dos mil 500 consultados entre el 5 y 7 de julio del año en curso en los nueve departamentos del país, y, de acuerdo con la encuestadora, garantiza un nivel de confianza del 95 por ciento con un margen de error nacional de 2,2 unidades de 100.
REGAÑO DESDE ESTADOS UNIDOS
Desde Estados Unidos, en tanto, el millonario nacido en Bolivia y nacionalizado norteamericano Marcelo Claure reflejó en sus redes sociales el sentimiento de frustración de los sectores partidarios de derrotar al gobernante MAS respecto a esta encuesta.
El accionista principal de la australiana Ausenco, una de las corporaciones más grandes del mundo dedicadas a la industrialización del litio (Bolivia posee la mayor reserva certificada del planeta con 23 millones de toneladas) remarcó en su cuenta de X que es necesaria la unidad de la derecha para derrotar al bloque nacional popular.
Anunció que esta semana informará a quién apoyará “hasta el final”.
“Cinco candidatos de oposición es una irresponsabilidad. Bolivia necesita unidad, no división. Solo así podremos derrotar al oficialismo y comenzar la reconstrucción del país (…), es momento de actuar con firmeza”, regañó el millonario en una clara expresión de injerencia en los comicios bolivianos.
Por su parte, el semanario de Potosí Nuestra Voz advirtió que es necesario hacer una crítica frontal al modelo de encuestas que se sigue utilizando en Bolivia.
“No hay innovación metodológica, no hay segmentación por perfiles sociodemográficos reales, y no se cruzan variables clave como pertenencia territorial, acceso a medios, consumo digital, nivel educativo o situación laboral”, describió el periódico.
Agregó que se repite el mismo modelo, con una muestra que no representa ni la diversidad ni la complejidad del electorado boliviano.
“Peor aún, se presentan los resultados como si fueran una fotografía nítida de lo que sucederá en las urnas, cuando en realidad no son más que un reflejo borroso y parcial y que en los resultados finales siempre fueron erróneos”, deploró el semanario potosino.
ENCUESTAS FALLIDAS
Una revisión a los archivos y páginas oficiales del Tribunal Supremo Electoral en relación con los últimos cinco procesos comiciales bolivianos, reafirman ese criterio del periódico potosino, en los cuales los resultados finales marcaron una diferencia que osciló entre siete y 20 puntos respecto a lo previsto en los sondeos.
Los datos que maneja el Movimiento al Socialismo muestran que en los comicios generales de 2005 hubo 18 puntos de diferencia, pues se pronosticó que el MAS obtendría el 36 por ciento, pero logró 54 puntos porcentuales.
En 2009, las encuestadoras daban a esta fuerza política 45 unidades de 100 y alcanzó 64 por ciento; mientras que en 2014 le vaticinaban 38 por ciento y en la práctica alcanzó 61 puntos de 100.
Finalmente, en las elecciones generales del 18 de octubre de 2020, la propia Ipsos-Ciesmori pronosticó que el actual mandatario, Luis Arce, solo lograría 30 puntos porcentuales en representación del MAS.
En realidad conquistó la presidencia con 55,11 por ciento de los votos válidos, mientras el opositor Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, quedó en segundo lugar con 28,83 unidades de 100.
Sobre esta base, el periodista boliviano Marcos Santiváñez opinó que al final, como decía Eduardo Galeano, “la realidad suele tener más imaginación que nosotros”. Y también, más dignidad que muchas encuestas.
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