y los seres humanos.
Por Nicholas Valdés
De la redacciòn de Asia y Oceanìa
El reino es hogar de paquidermos salvajes y dom esticados; los primeros, amparadosdos por la Ley de Protección y Preservación de la Vida Silvestre, y los segundos, por la de Bestias de Carga.
Según el más reciente informe del Departamento de Parques Nacionales, Vida Silvestre y Conservación de Plantas de Tailandia, casi cuatro mil 500 viven como silvestres en 93 bosques preservados.
Sin embargo, en la actualidad los enormes animales comenzaron a cruzar cada vez más zonas de los humanos, en particular desde unos 70 bosques preservados en el este del territorio nacional, en busca de alimento que encuentran en cultivos agrícolas y, en ocasiones, atacan a los residentes.
LA SITUACIÒN SE TORNA GRAVE
El informe de la oficina de Conservación de la Vida Silvestre calculó que en 2023 los paquidermos mataron a 21 personas e hirieron a otras 29, al tiempo que 24 de esos mamíferos a mano de los humanos.
Ese comportamiento de los elefantes suele ser causado por perturbaciones forestales como la tala ilegal o la deforestaciòn para convertir bosques en àreas agrìcolas o ganaderas.
De acuerdo con expertos, se necesita una base de datos sólida y soluciones dinámicas para abordar de manera sostenible el conflicto entre los elefantes salvajes y los seres humanos.
La presidenta de la Fundación Save Elephant, Saengduean Chailert, afirmó que esos grandes animales se han vuelto agresivos, porque usan armas contra ellos, como las llamadas bombas de ping-pong, un explosivo con forma de pelota de tenis de mesa.
El tema preocupa, porque si no actuamos, perderemos más elefantes y personas, advirtió Saengduean en conferencia ofrecida a la prensa el pasado 13 de marzo, Día Nacional del Elefante en Tailandia.
BASE DE DATOS NECESARIA PARA RESOLVER EL CONFLICTO
La titular de la Fundación Save Elephant señaló que el conflicto entre los elefantes salvajes y los locales persiste debido a que las agencias gubernamentales no han abordado el problema de manera proactiva y efectiva.
Saengduean dijo que la asignación presupuestaria del gobierno para construir vallas no es una buena idea porque los elefantes son lo suficientemente inteligentes como para destruirlas.
También está el hecho de que algunos residentes lamentan recibir una compensación de alrededor de solo 200 baht (unos cinco dólares) por cada árbol de durián derribado por las grandes bestias, debido a que una sola
de esas plantas podría generarles hasta 100 mil baht (dos mil 700 dólares), añadió la activista.
Conocida como la fruta más apestosa del mundo, el durián es un alimento tropical de gran tamaño (similar al de la sandía) y cubierto de espinas. No obstante, es muy popular ya que quienes se atreven a probarlo, pese al hedor que desprende, aseguran que es una delicia de sabor peculiar.
Para abordar el conflicto de forma eficaz, Saengduean aconsejó a las agencias gubernamentales desarrollar una base de datos de elefantes para estudiar su comportamiento y los factores que les obligan a escapar de los bosques preservados, incluidos comida y agua insuficientes.
La activista explicó que quienes trabajan con elefantes salvajes deben ser conscientes de las necesidades de los paquidermos antes de obligarlos a regresar al bosque. Por lo que es necesario mapear los lugares frecuentados por ellos: Si las bestias cambiaron de ruta en los últimos 10 años, debemos descubrir por qué, apuntó.
En África, ya se desarrolla una experiencia similar, aunque los expertos en elefantes africanos tardaron mucho en desarrollar la base de datos de esa especie en el continente, utilizando tanto tecnología como estudios de área.
RESOLVER LOS CONFLICTOS DESDE LA RESILIENCIA
En la actualidad, uno de los principales desafíos que enfrentan las agencias gubernamentales tailandesas es el desarrollo de soluciones al conflicto entre animales y humanos, pues las iniciativas suelen ser rígidas y no se ajustan a todas las situaciones.
Taweepoke Angkawanish, veterinario experimentado y jefe de la división de conservación de elefantes del Centro de Conservación de Elefantes de Tailandia, apuntó que se deberían desarrollar soluciones moldeables, ya que ciertas decisiones podrían ser efectivas en algunos momentos, pero no en otros.
Si abordamos el problema sin conocer la causa, sólo será eficaz durante un tiempo, por tanto, las agencias deberían buscar soluciones en términos del comportamiento de los elefantes y las áreas que visitan.
Por ejemplo, los machos suelen buscar zonas de alimentación después de perder la lucha contra otros elefantes por el derecho a aparearse, explicó el especialista.
Y es que ese hecho en sí representa uno de los principales riesgos.
Un estudio realizado en la India reveló que las hembras necesitan de 30 a 40 kilómetros cuadrados cada una para vivir, mientras que los elefantes machos necesitan 170 kilómetros cuadrados cada uno; por lo que el contacto con áreas pobladas por humanos es inevitable.
Esta es la situación a la cual se enfrentan hoy los paquidermos en Tailandia. Un animal venerado y exaltado al estatus de deidad, es perseguido -y en ocasiones ultimado- por el hombre, el mismo que durante siglos levantó altares en su honor por todo ese paìs de sudoeste asiàtico.
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