Por Ivette Fernández
Corresponsal jefe en Colombia
Durante una visita realizada al país neogranadino por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se hizo patente cuánto en común existe entre ambas naciones y la defensa de sus gobernantes por liberar a sus pueblos del rezago de siglos de colonialismo y políticas desiguales.
La necesidad de refundar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, fue otra de las propuestas defendidas por el líder del gigante subregional, en virtud de la urgencia de ganar en integración y entendimiento.
Uno de los aspectos sobresalientes fue el reconocimiento de que los países latinoamericanos están obligados a cooperar más entre sí para entre todos fortalecerse.
Necesitamos construir una alianza estratégica entre Brasil y Colombia y es preciso identificar todas las trabas que estorban las negociaciones, planteó Lula.
Aseveró que, mientras más fuerte se logre ser, más los respetarán las grandes economías como Estados Unidos, China, Rusia, India y la Unión Europea.
“Lo que nos hace crecer es una posición activa y altiva para hacernos respetar en el mundo político y de los negocios”, afirmó.
Alertó asimismo sobre los peligros de seguir intentando imitar o complacer las políticas de Estados poderosos.
Somos un continente colonizado, comentó, nuestra cabeza estaba orientada hacia Europa, de donde vinieron los colonizadores, y por otro lado, a Estados Unidos y su economía más pujante.
Acotó que, sin embargo, después de 500 años de existencia, todos los territorios del sur siguen siendo pobres.
“Es en este continente donde hay más desempleo, desnutrición, hambre, más mortalidad infantil y menos perspectivas”, aseveró.
Enfatizó en cambio, cómo Estados Unidos -que debería ocuparse de generar empleo junto con sus vecinos- tiene una política de construir un muro para que los latinoamericanos que buscan oportunidades de trabajo, dada toda la publicidad que hacen, sean considerados delincuentes.
CONSTRUCTORES DE LA PAZ
En conversación con Prensa Latina, el Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Colombia Ricardo Sánchez refirió que una de las cuestiones más relevantes de la visita fue constatar cuánto celo ponen Lula y Petro en la defensa de América Latina como zona de paz.
Destacó en este punto la manera en la que ambos luchan por garantizar que las contradicciones y las distintas maniobras que se dan en el continente, para crear focos de perturbación armada o de enfrentamientos, sean resueltos favorablemente con apego al derecho internacional de la paz.
Un punto a destacar, dijo, es la unidad demostrada en torno a la solidaridad con México y el derecho a asilo y también el repudio al gobierno de Daniel Noboa que, el pasado 5 de abril, maltrató a miembros de la legación diplomática mexicana en Quito.
Consideró que ambos mandatarios son líderes en la denuncia de esos sucesos, en los que se privó de su derecho al asilo político al exvicepresidente Jorge Glass y añadió que, por sus posturas, ambos presidentes van a apoyar la causa mexicana en la Corte Internacional de Justicia.
La presencia de Lula en Colombia reafirma esa identidad compartida, expresó.
Otras de las cuestiones fundamentales en la que ambos gobiernos coinciden, concierne a la salvación de la Amazonía, resaltó el académico.
“El enfrentamiento a políticas destructivas de los ambientes es un asunto estratégico no solo para Brasil, Colombia, los países amazónicos o el resto de América Latina, sino que es un asunto estratégico para el mundo”, apuntó.
Sobre ese tema, puntualizó, es muy importante la profundización de acuerdos y que se estrechen los lazos entre los dos presidentes.
A juicio del entendido, la visita de Lula reviste una gran importancia para Colombia y para todo el continente.
Para Colombia, porque estrecha aún más los lazos ya existentes de fraternidad y de unidad de ambos países y de los dos presidentes, al tiempo que reafirma la importancia conferida a las relaciones comerciales, económicas, culturales.
Para América Latina porque ambos, Petro y Lula, se han constituido en unos líderes de talla internacional, aseguró.
ACUERDOS PARA IMPULSAR LA INTEGRACIÓN
Durante su estancia en Bogotá, Lula asistió a la firma de siete acuerdos bilaterales que dinamizarán la cooperación en los sectores del turismo, promoción comercial, salud, desarrollo agrario, comunicaciones y conectividad.
En tanto, su par Gustavo Petro propuso una alianza estratégica entre Ecopetrol y Petrobras, las dos compañías petrolíferas más importantes de Colombia y Brasil, respectivamente, para producir hidrógeno verde.
“Les propongo hacer un proyecto de energías limpias común para pasar a la vanguardia de las energías limpias en América Latina y el mundo. Es posible que el hidrógeno verde sea el petróleo del futuro”, expresó Petro ante más de 300 empresarios binacionales.
Agregó además que esta unión entre los dos países sería “muy profunda, si el proyecto central tanto de capitales públicos y privados es generar a partir de las energías limpias de Colombia y de Brasil, impulsando la vida en el planeta”.
Mencionó la necesidad de que los nexos entre los dos estados se convierta en una relación estratégica -donde se prioricen y establezcan medidas concretas para que las dos economías se integren y no se separen- y cuya potencia impulse al conjunto de Sudamérica a una integración real y no retórica.
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