Por Ivette Fernández
Corresponsal jefa en Colombia
La cita, que tuvo por sede a Colombia por ser presidente pro tempore del bloque regional, congregó finalmente a cerca de 60 delegaciones de ambas asociaciones en la norteña ciudad de Santa Marta los días 9 y 10 de noviembre.
Tanto el mandatario de Colombia, Gustavo Petro, como el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, calificaron como un triunfo el encuentro debido a que pudo entablarse el diálogo y el reconocimiento de la necesidad de buscar salidas negociadas a conflictos comunes en un momento en el que persisten serias divergencias entre los convocados.
Antes, el gobernante colombiano alertó que hubo intentos de boicotear la cita.
“Fuerzas ajenas a la paz de América han querido que la cumbre Celac/Europa fracase. Y claro que, en la nueva geopolítica fósil y antidemocrática, se busca que los pueblos que desean la libertad y la democracia no se junten”, advirtió en los días previos en su cuenta de la red social X.
Sin embargo, la reunión se dio y también se concretaron acuerdos, pese a que medios de derecha quisieron mostrarla como un fracaso debido a la inasistencia de dignatarios que antes confirmaran su participación como la presidenta de la Comisión Europea, , del canciller de Alemania, Friedrich Merz y otros de la región latinoamericana.
En declaraciones ofrecidas a la prensa tras la divulgación de la Declaración de Santa Marta, de 52 puntos, Petro afirmó que su primer gran mensaje es que “insistimos, persistimos, profundizamos en el criterio de la multilateralidad, que significa que naciones diversas se junten para solucionar problemas comunes”.
Según señaló el mandatario, no primó el deseo de una nación que domina a otra, que subordina o que impone, sino la intención de construir caminos consensuados.
“No hay manera de solucionar problemas fundamentales que atentan contra la existencia misma sino es partir del compromiso de la humanidad y de todas sus representaciones estatales”, afirmó.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, señaló que la cumbre, incluso en los momentos de incertidumbre, envía un pronunciamiento claro al mundo y es que Europa, América Latina y el Caribe mantienen “una apuesta por el diálogo en lugar de la división, la cooperación y no la confrontación, la asociación en lugar del aislamiento”.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Si bien en la Declaración se reconoce la necesidad de respetar el contenido y el espíritu de la Carta de Naciones Unidas, también se pidió una reforma integral del Consejo de Seguridad para hacerlo más representativo, inclusivo y democrático, de manera que refleje mejor las realidades mediante el fortalecimiento de la voz de las regiones subrepresentadas.
Los firmantes reafirmaron además el compromiso con la trasformación continua de la arquitectura financiera internacional, a fin de que sea más eficaz; con el uso efectivo de todas las fuentes de financiación para el desarrollo y con la exploración de opciones para abordar la sostenibilidad de la deuda.
Igualmente expresaron su oposición a la amenaza o al uso de la fuerza y a cualquier acción que no sea conforme con el derecho internacional, y proclamaron su defensa al respeto y el pleno ejercicio de todos los derechos humanos.
Reconocieron la declaratoria de la Celac como Zona de Paz, así como la importancia de preservar la neutralidad del Canal de Panamá para la paz y la estabilidad mundiales, el comercio y la cooperación internacional.
Reiteraron la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, así como el rechazo a las leyes y reglamentos con efectos extraterritoriales.
Costa reveló a la prensa que se movilizan ya 31 mil millones de euros en más de 100 iniciativas en toda la región, y que se pondrá en marcha un nuevo paquete de proyectos. Uno de ellos tiene que ver con la conectividad digital vía satélite para llevar Internet hasta los lugares más remotos de la región.
Refirió la extensión del programa Bella, o sea, aquel asociado al cable submarino que conecta a ambos continentes, además de la iniciativa para la integración de las redes eléctricas regionales.
Ya está en marcha la nueva red de supercomputadoras que enlazarán a Europa y América Latina y el Caribe para impulsar la innovación, la investigación y los partenariados tecnológicos, aseguró.
Comentó además que se acordaron dos declaraciones adicionales.
Primero, una Alianza para la Seguridad Ciudadana cuyo objetivo es fortalecer la cooperación entre la Unión Europea, América Latina y el Caribe para la lucha contra la delincuencia organizada, incluido el tráfico de drogas; y un segundo diseñado para facilitar intercambios sobre avances y buenas prácticas en la economía del cuidado.
“En definitiva, con esta cumbre en Santa Marta hemos cumplido nuestros objetivos de avanzar y consolidar la relación birregional en múltiples ámbitos, de forma que el progreso económico de nuestros pueblos vaya de la mano con el desarrollo, la justicia social y los derechos humanos”, valoró.
QUEDARON INSATISFACCIONES
Aunque durante el encuentro se abordó la importancia de la seguridad marítima y de la estabilidad en el Caribe y se coincidió en la relevancia de la cooperación, el respeto mutuo y el pleno cumplimiento del derecho internacional, incluso en la lucha contra el crimen organizado transnacional y el tráfico ilícito de drogas, esta cita dejó insatisfacciones.
La Declaración reflejó que varios Estados miembros de la Celac destacaron sus posiciones nacionales respecto a la situación en el Caribe y el Pacífico, sin que se incluyera ninguna otra observación acerca del contexto, lo que llevó a algunas delegaciones a calificar de tibia esta aproximación a la escalada belicista protagonizada por Estados Unidos en la región. El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, lamentó que la Declaración de Santa Marta no se refiriera de modo más contundente a la amenaza guerrerista.
Preferimos un documento más directo y radical, comentó, y señaló que la Declaración no refleja suficientemente el debate producido acerca de la defensa de América Latina y el Caribe como zona de paz frente a las amenazas estadounidenses.
Ya antes el vicepresidente cubano, Salvador Valdés, quien presidió la delegación de Cuba al evento, había exhortado en su discurso a incluir en la Declaración un rechazo enérgico y de denuncia ante esa situación.
Debido a esa cuestión, Venezuela, que es la nación más amenazada del área, anunció que se retiraba del pronunciamiento, que tampoco rubricó Nicaragua.
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