Por Adis Marlén Morera
De la redacciòn de Cultura
Fotos: José Tito Meriño (FotosPL)
En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, el artista consideró que esta nación, pese a las dificultades, siempre va un paso adelante al cultivar el ser y no el tener, «y cultivar el ser es inspirador para cualquiera, es reencontrarse con el verdadero valor de existir», precisó.
Aunque no es su primera vez en suelo caribeño, disfruta igualmente su estancia en una Cuba que aprecia distinta e interesante. Estoy muy contento y agradecido porque siento y sentimos en México un gran respeto y orgullo por el pueblo cubano como identidad de América Latina, aseveró.
Gual, dueño de un virtuosismo escénico que le abrió las puertas en muchos países, ofreció el taller De la risa y la caricia en la Escuela Nacional de Teatro, en el contexto del octavo Festival Internacional de Payasos, que se celebra en La Habana y en la oriental provincia de Granma.
El maestro así lo tituló, pues el trabajo transita en el frágil hilo de la comedia a la tragedia, de la verdad a la ficción. Pero sobre todo con la mirada verdadera del artista en la escena, acotó.
Fue su primera clase en el marco del evento, dijo, en la que palpó el estado social, psicológico y emocional de los estudiantes sobre la comprensión del género clown, también elogió el fragmento de un espectáculo de Teatro Tuyo, de Cuba, a cuyos 25 años de creado y a México está dedicado el festival.
Percibí el trabajo de los jóvenes, muy interesante y bien hecho; será enriquecedor tener la perspectiva de un payaso internacional que no tiene fronteras, y ojalá cada año venga un maestro de esos, de una dimensión planetaria, opinó.
Para él no hay una forma de ser clown, sino muchas, y esas muchas se sustentan en descubrir la esencia individual de cada intérprete.
Su talento en escena le ha permitido viajar a infinidad de ciudades y entender más al ser humano que a las culturas en sí mismas, añadió, una fortuna heredada de esa expresión que abraza desde el silencio y hace vibrar a multitudes.
Algo nos une y es el lenguaje del humor, de la fragilidad humana, consideró un intérprete cuya pasión por el acto de hacer reír lo motivó a dirigir más de 20 espectáculos de creación propia: De risa en Risa, Huraclown, Humor en Cubos, Epitafios Cómicos, Travesías, Odiseas de un payaso en la mar, entre otros.
La risa es capaz de derrumbar al poder, pero hablamos de una risa inteligente, reflexiva, analítica, profunda y crítica, destacó.
Si de humor y excelencia se trata, no existe mayor privilegio que comprender ese arte en la voz de quien enamoró y enamora a tantos a su alrededor, con una palabra o expresión, desde la empatía propia de un maestro.
El clown, explicó, no pretende convertirse en alguien famoso, sino en una conexión de lo humano y lo sublime a través de la risa y las emociones.
No se logra en un año ni en una graduación, se forma con el paso del tiempo; a medida que comprendemos la vida, uno va entendiendo su propio discurso, refirió.
A diferencia del teatro, evita la distancia entre el espectador y el artista en escena, cuando este se dispone a representar al ser humano y su realidad, significó. Es un gran personaje que representa lo vivido y va mucho más allá de las fronteras porque habla de lo profundamente humano. «Estar aquí en Cuba es conectarme con eso», aseveró.
A lo largo de su quehacer artístico, Gual ha colaborado con directores de diversos países y manifestaciones, entre ellos destaca la Grand Maitre de Ballet, Laura Alonso, Premio Nacional de Danza 2021 por sus aportes a la cultura cubana.
– ¿Qué no debe faltar en un clown para alcanzar la excelencia?
– Desde el punto de vista formativo, dominar distintas técnicas de las artes del circo, unido a una gran actuación, por supuesto, luego entender que la actuación no es para actuarse, sino para vivir a través de ella.
Una cualidad fundamental radica en la fragilidad y empatía con el público, mirar a los ojos y amar a la humanidad con deseos de servirle sin limitación alguna, enfatizó.
Energía, entusiasmo y capacidad imaginativa también influyen mucho, consideró, mientras mayor sea esa capacidad, más posibilidades tendrás de desarrollar improvisaciones o discursos interesantes, complejos.
Aziz Gual ha trasladado su creatividad al cine e impartido talleres en el centro nacional de las artes en México, en la escuela libre de payasos de Rio de Janeiro, Brasil, y en más de 15 naciones.
Para quien desborda gestualidad ante la cámara, aquel que no necesita palabras para llegar al alma y arrancar una sonrisa. Para ese artista genuino de peculiar vestuario, «el clown es el lenguaje del corazón».
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